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Los récords que rompe el maíz

Analizar los mercados de granos correctamente implica conocer las proporciones que cada uno de ellos ostenta en el esquema mundial. Para ejemplificar lo antedicho, no es igual el movimiento de precios que puede tener un producto con relativamente poca producción y alto consumo (léase soja), como otro como el maíz, que tiene una producción mundial muy superior, pero un consumo menos dinámico.

No obstante, algo diferente pareciera estar ocurriendo en la plaza del maíz. La demanda viene rompiendo récords. Las ventas externas estadounidenses superan los 42 millones de toneladas, cuando recién el ciclo comercial se encuentra a mitad de camino. La producción de bioetanol también es récord.

La otra cuestión no menor está vinculada al tema productivo. Con más de cuatro años de muy buenas cosechas en el mundo (sino récord) y una oferta que supera ampliamente los 1000 millones de toneladas, el maíz sigue estando en el centro de la escena.

Sin embargo, la baja internacional en las cotizaciones, sumado -en muchos casos- a las subas en los costos de producción, pareciera estar cambiando aunque sea un poco dicha tendencia. Los recientes datos oficiosos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) muestran muy preliminarmente una caída en el área sembrada en los Estados Unidos.

La situación doméstica resulta un tanto diferente. Con casi 35 millones de toneladas de producción esperada para este año, aquí la oferta sí podría ser récord.

Ello no resulta un tema menor a nivel internacional, por cuanto nuestro país representa el tercer exportador mundial de este producto. Claramente, la quita de retenciones y la eliminación de los ROE, ha generado esta situación única. En Brasil, la situación es similar a la de Argentina, aunque por otros motivos. Si bien todavía resta atravesar una parte importante del mercado climático por estas latitudes, es dable esperar un volumen de producción importante. No obstante, en la medida que avancen las semanas, la plaza granaria internacional se irá concentrando cada vez más en lo que pueda ocurrir en los Estados Unidos. Las propias variables de estos mercados, sumado a las decisiones inestimables de la nueva administración estadounidense, incrementarán sin duda alguna los niveles de volatilidad. Es imperioso estar atentos a las oportunidades, pero tratando de ponderar de forma correcta el grado de flexibilidad en las estrategias a adoptar.

Diego de la Puente – PARA LA NACION

El autor es socio de Nóvitas SA