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Frigoríficos: un cambio de manos entre dos gigantes brasileños de la carne que genera dudas

La compra de Minerva de las plantas de JBS en Argentina, Paraguay y Uruguay por US$ 300 millones la convierte en un peso pesado de la región

Minerva, diosa romana de la guerra y la sabiduría, es también el nombre del tercer mayor grupo frigorífico brasileño, que está por convertirse en el de más plantas en la Argentina.

Hace unos días, esta empresa comunicó a la Bolsa de San Pablo que le compraría los activos de la Argentina, Paraguay y Uruguay a su compatriota JBS, cuyos dueños están haciendo tambalear al presidente de Brasil, Michel Temer, al exponerlo en una de las más de 1800 grabaciones a funcionarios que presentaron a la Justicia de ese país como pruebas de coimas.

De concretarse la operación, el mayor productor de carnes del mundo dejará de operar en el Mercosur salvo en su propio país. El traspaso de activos a Minerva en conjunto fue valuado en cerca de US$ 300 millones. Involucra nueve plantas frigoríficas que suman una capacidad de faena de 9000 animales por día. La mayoría de esas plantas está en la Argentina, el único de estos países donde Minerva no operaba, aunque por esto mismo en el que menos cambios aparecen en lo inmediato.

Aquí, la operación implica que Minerva pase a quedarse de golpe con cinco plantas exportadoras, aunque hoy solo una está operando. Sin embargo, en conjunto, reúnen una capacidad de faena de más de 5000 animales diarios, y todas han sido adjudicatarias de Cuota Hilton, el negocio de mayor valor para la carne premium argentina. Más que el volumen, éste parece ser el aspecto más importante para Minerva del ingreso a la Argentina: el acceso a un selecto negocio de carne para la Unión Europea.

En el período 2016/2017, que ya termina, JBS obtuvo 2600 toneladas de Cuota Hilton, la segunda mayor alícuota de todas. Lo más significativo es que esa cifra representa el 9% de lo que recibe toda la Argentina por parte de la UE (29.500 toneladas anuales), pero una cuarta parte (el 26%) de lo que le toca a todo Brasil (10.000 toneladas). Aunque desde hace años casi nadie llega a completar su cupo, se supone que cuando el ciclo ganadero se recupere y haya más novillos disponibles, este negocio volverá a ser crucial.

Más allá de esto, el volumen real y en potencia de la operación de JBS en la Argentina es considerable, aunque aquí, a diferencia de los países vecinos, el sector frigorífico está mucho más atomizado.

La planta que hoy opera es la gigante Swift, en los alrededores de Rosario, con capacidad para faenar 2000 cabezas por día. Además, tiene otra planta en Santa Fe, la ex CEPA de Venado Tuerto; una en Córdoba, Col-Car, en Colonia Caroya, y dos en Buenos Aires, la ex CEPA Pontevedra y la ex Consignaciones Rurales, en Berazategui.

También le traspasaría a Minerva la planta de procesamiento de Pilar, con capacidad para más de 4700 toneladas mensuales, y un centro de distribución. Swift tiene además la marca premium Cabaña Las Lilas.

En 2016, de acuerdo con fuentes del sector, JBS Argentina faenó alrededor de 360.000 animales, lo que equivale al 3,2% de la faena total de la Argentina. En cuanto a exportaciones, es un peso pesado: en el primer cuatrimestre de 2017 despachó el 13,5% de las carnes congeladas exportadas por la Argentina; el 10,4% de las carnes enfriadas, que son las de mayor valor; el 4,8% de las menudencias y el 84% de las carnes procesadas, un negocio más chico pero en el que es líder absoluto.

Esos embarques representaron algo más de US$ 47 millones, de los que el 90% provino de carnes refrigeradas (7648 t) y el resto, de menudencias y carnes procesadas.

Sin embargo, la reciente adquisición no parecería provocar muchos cambios por el momento. En el sector hay varios que no ven más que un cambio de nombre, incluso quienes dicen que en realidad el dueño real seguirá siendo el Bndes (al que ambos frigoríficos brasileños les adeudan) y quienes creen que no dan crédito a la operación, porque les suena a cortina de humo o lavado de imagen (recuérdese que la inesperada y colosal denuncia de funcionarios por parte del dueño de JBS, Joesley Mendonca Batista, fue precedida dos meses antes por la tan espectacular como fugaz denuncia contra frigoríficos que se conoció como operación Carne Fraca).

 

Sin cambios a la vista

 

Para Miguel Gorelik, director de Valor Carne, en principio no habría cambios significativos ya que Minerva no estaba en el país. Sin embargo, dijo, queda por ver si Minerva decide o no reabrir plantas, y recordó que la brasileña BRF -que es dueña global del 15% de Minerva Foods- tiene en la santafecina San Jorge una importante planta de faena bovina, que no es el corazón de su negocio. En ese sentido, queda abierto el interrogante de si en un futuro esta planta podría sumar sinergias con las de Minerva.

Donde sí cambiará las cosas es en Paraguay y en Uruguay. En el primer país, Minerva ya pisaba fuerte y ahora consolida ese liderazgo, con las seis plantas que pasará a tener. En tanto, en Uruguay, “por un lado, desaparece un jugador, lo que desde el punto de vista de la competencia es malo; pero, a la vez, el primer jugador, Marfrig, que con cuatro plantas tiene casi el 20% de la faena del país, seguido muy de lejos por Minerva, ahora va a tener un competidor compitiéndole cabeza a cabeza,cosa que no ocurría”, dice Rafael Tardáguila, director de la newsletter Faxcarne.

 

La última en poner un pie en el país

 

Minerva no vino al país cuando, hace una década, sus dos mayores rivales brasileños, JBS y Marfrig, se hicieron con 14 de las mayores plantas exportadoras argentinas. Fue un raid de compras descomunal apuntalado por Lula a través del Bndes, que abarcó a los demás países del Mercosur y más tarde llegó hasta Australia, Europa, China y Estados Unidos.

Un crecimiento que, si bien con probables pecados de orígen que ahora parecen salir a la luz, fue estratégico y, como sostiene un exportador, hizo que las decisiones en materia de exportaciones mundiales de carne no pasen por Chicago, sino por San Pablo.

Menos beneficiada por esa política crediticia, Minerva tampoco desembarcó en Argentina años después cuando JBS y Marfrig enfrentaron los problemas de la reducción del rodeo nacional. Ahora tal vez sea su turno. De hecho, comunicó que esta operación la convierte en la “más diversificada plataforma de producción de carne bovina en América del Sur”, con plantas en cinco países.

Alejandra Groba

PARA LA NACION