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“Cosechar con biodiesel nos permite ahorrar hasta 6 pesos por litro”

Hugo Príncipe, contratista rural de Río Cuarto, hace también de mecánico con sus hijos para bajar los costos y lograr cierta rentabilidad con las algo más de 5.000 hectáreas que trabaja cada año. Lamentablemente, dice, “somos la variable de ajuste”

Hugo Príncipe es un joven productor riocuartense que se encuentra al frente de una empresa familiar de contratistas rurales que ya va por la tercera generación. “Pronto mis hijos serán la cuarta generación y se están preparando para ello, porque ya se hacen cargo de salir a hacer la campaña con una máquina cada uno”, precisó, en diálogo con PUNTAL Tranquera Abierta.

Explicó Principe que la campaña está siendo bastante complicada por la elevada humedad y mucho más en aquellos lugares que están sin piso o directamente inundados. “Los más complicados están hacia el sur de la provincia y hacia el este, dentro de todo, en la zona cercana a Río Cuarto estamos medianamente bien y estamos esperando para cosechar unas pocas hectáreas de maíz que nos faltan”.

La entrevista se realizó la semana pasada, cuando ya le restaban apenas 300 o 400 hectáreas de maíz para cerrar la campaña y volver a casa para reparar las máquinas (tiene cuatro verdeamarillas, tres de ellas importadas) y así prepararse para lo que será la campaña 2017/18.

-¿Les tocaron lotes con problemas?

-SÍ, algunos de soja más hacia el sur, nos dio mucho trabajo pero la pudimos levantar. Por suerte tenemos máquinas con doble tracción que no son muy nuevas pero andan muy bien. Pero sé de algunos colegas que tuvieron muchos problemas.

-¿Y cómo anduvo la campaña para ustedes?

-Si la tengo que evaluar en cuanto a hectáreas, buenísima. Pero en cuestión monetaria, totalmente distinta porque lamentablemente, los contratistas somos una variable de ajuste en los precios.

-¿Cómo es eso?

-Y, antes nosotros íbamos al productor y poníamos nosotros el precio de nuestro trabajo o lo negociábamos. Pero ahora, con tantas empresas grandes…

-Ponen el precio las empresas.

-Exacto. Tenemos que preguntarles cuánto nos van a pagar, que siempre es distinto a lo que nosotros quisiéramos cobrar.

-Bueno, algún margen les debe quedar, sino no seguirían trabajando.

-Sin duda, sino no lo haríamos. Pero hay que ajustar muy bien los números. El 80% el 90% de los contratistas, siempre estamos metidos en algún crédito, comprometidos con algún banco.

-Para renovar la maquinaria.

-Y si, si te dedicás a esto, vivís endeudado para ir renovando la maquinaria porque si no te quedás afuera del sistema. Y hay gente a la que no le fue muy bien esta campaña por el problema del clima y están muy complicados. Hoy lo que suma son las hectáreas. Si trabajás muchas hectáreas la pasás mejor.

-¿Ustedes cuántas hectáreas trabajan?

-Estamos cerrando cada campaña en 5.000/5.500 hectáreas, aproximadamente. La mayoría en la zona pero también trabajamos algo en San Luis y en La Pampa.

-¿Cómo es tu demanda? ¿Tenés siempre los mismos clientes o aparecen clientes nuevos?

-Por ahí aparecen clientes nuevos, pero la mayoría es gente a la que yo sería la tercera generación Príncipe que le trabaja, porque fue mi abuelo, Octavio Príncipe, el que inicio este trabajo como contratista. Por eso digo que con mis hijos ya vamos por la cuarta generación.

-¿Cómo es tu equipo de trabajo?

-Yo tengo dos de mis hijos, Lucas y Joel, que me ayudan, como hice yo con mi padre Héctor y él con mi abuelo. Somos una empresa familiar que con ellos ya va por la cuarta generación, y también tenemos un grupo de excelentes empleados.

-¿Con cuántas máquinas trabajan?

-Con cuatro cosechadoras. Y le vamos buscando la vuelta porque la mecánica, por ejemplo, cuando se rompe una cosechadora, la arreglamos nosotros. Y con eso achicamos el gasto.

-Le meten mano ustedes. Y no sólo ahorran dinero sino también tiempo, porque si te agarra en el medio del campo, no queda otra.

-Seguro, hacemos todo nosotros. Yo, mis hijos, que están muy bien preparados para eso, y los empleados también. Yo les estoy muy agradecido a mis empleados y a mi familia también, porque hay que bancarse que estemos mucho tiempo fuera de casa. Son campañas de dos o tres meses de estar afuera. Lo mismo con las familias de mis empleados. Es un trabajo muy duro. Con la cosecha de trigo no recuerdo un año que haya pasado las fiestas con mi familia y me perdí también las fiestas y colaciones de las escuelas.

-Es un trabajo muy sacrificado, está claro. Y hay que hacer muy bien los números porque si tuvieras que pagar mecánicos se encarecería demasiado.

-Seguro. Y también achicamos gasto al usar biodiesel, que te da un costo por hectárea totalmente distinto al del gasoil.

-¿Es una diferencia muy grande?

-Para que te des una idea, en el 2015 fui a comprar una camioneta y la cuenta que hice fue que con el ahorro de combustible al usar biodiesel, la pagaba en dos años.

-¿Vos preparás tu propio biodiesel?

-Estoy en eso, porque estoy preparando una máquina para hacerlo, pero por ahora me lo provee la empresa a la que le hago la cosecha, hacemos canje. Hace tres años que lo estamos usando y nos cambió totalmente los números porque hay unos 6 pesos de diferencia con el gasoil común y algo menos cuando aumenta el aceite.

-¿Trabajan igual que con gasoil?

-Si, hay que prepararlas un poquito, para que el motor trabaje bien. Les ponemos orings de viton porque con las gomitas comunes se complica. Tiran bien, andan perfectamente.

-También les deben hacer mucho mantenimiento porque se supone que cuando llega la cosecha no se puede parar a cada rato.

-Si, claro. Ahora estamos esperando a levantar las últimas hectáreas para empezar con las reparaciones. Pero sí, es un trabajo permanente y si bien apenas termina la campaña les hacemos todo lo que hay que hacerles, porque cuando largamos con la cosecha hay que darle dos meses sin parar.

-Pero debe haber imponderables.

-Y si, por eso, cuando pasa algo en el potrero tenés que ser medio artesano y solucionarlo rápidamente en el mismo campo. Seríamos medios “mecánicos al potrero”, se le llama.

Cabe destacar, finalmente, que el diálogo con Hugo Príncipe se concretó en las oficinas de la Sociedad Rural de Río Cuarto, entidad con la que colabora desde hace varios años y actualmente forma parte de su Comisión Directiva. Entre otras cosas se ocupa de coordinar las tareas de apoyo a la Patrulla Rural que tiene su asentamiento en el predio de barrio Las Ferias.

 

Jorge Vicario

[email protected]

 “El campo siempre tiene futuro”

 

Para Hugo Príncipe, a pesar de todos los problemas, desde lo climático, la presión impositiva y las oscilaciones que siempre tienen los precios, el sector agropecuario siempre tiene buenas perspectivas hacia el futuro porque el mundo está ávido de alimentos.

“Es simple, cuando hay poca rentabilidad hay que trabajar más y buscarle la vuelta para salir adelante, porque hay mil cosas para hacer y con alguna se puede vivir”, afirmó, para añadir que en una época, cuando el campo andaba mal, tuvo que salir a buscar trabajo afuera para ayudar a la familia y lo hizo en una empresa metalúrgica.

Explicó Príncipe que tuvo la suerte “de tener un patrón muy crítico, duro si se quiere, o al menos así lo pensaba en ese momento, pero con los años me di cuenta de que yo no sabía que ese señor me estaba enseñando a trabajar bien y él no sabía que enseñaba”.

“Allí aprendí de todo. No sólo a soldar u otras tareas propias de un establecimiento metalúrgico, sino también a tratar a la gente. Porque en ese momento vos sos empleado pero la vida a veces, como fue mi caso, te lleva a ser jefe. Y está muy bueno saber cómo piensa un empleado. Y yo creo que hay que ser amigo de los empleados. Creo tener un excelente trato con ellos y ellos me lo devuelven con el gran trabajo que hacen. Por eso les estoy tan agradecido”, puntualizó.

 

También apuesta a los cerdos

Cuando le consultamos a Hugo Príncipe si prestaba algún otro servicio como siembra o fumigación, además de la cosecha, comentó que si bien tiene una sembradora, sólo la usa en su propio campo, pero muy poco porque es un campo pequeño. “Lo que si hago como tarea complementaria es el criadero de cerdos”, afirmó, una actividad que –dijo- está bastante complicada

Explicó entonces que la rentabilidad es escasa, tal como les pasa a los tamberos, “porque aumentan los alimentos, aumenta el dólar y el cerdo se mantiene estable. Está difícil pero creo que el secreto está en la eficiencia, las pariciones tienen que ser muy controladas, hacer bien los destetes, lo mismo que los servicios de las madres”.

La van peleando, como quien dice. “Y no se puede dejar de trabajar el criadero, porque una vez que lo iniciaste lo tenés que mantener”.

Y concluyó explicando que trabajan con pistas de engorde y venden directamente al frigorífico.