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Alerta por la aparición temprana de Mancha Ojo de Rana

Hace años sólo se oía de observaciones al final del ciclo, sin mayores daños. En 2009/10 hizo estragos en la Pampa Húmeda y ahora se la detecta en el sur de Córdoba. Habría que hacer 2 o 3 fumigaciones

Tal como lo venían anticipando muchos técnicos, sobre todo los que vienen haciendo campaña contra el monocultivo, en los últimos días se empezaron a reportar lotes de soja con la presencia de Mancha Ojo de Rana (Cercospora sojina). Esta enfermedad trae graves problemas sanitarios y provocó cuantiosas pérdidas en las campañas 2009 y 2010. La recomendación  es monitorear y de ser necesaria realizar aplicaciones tempranas de fungicida que, de acuerdo con declaraciones de algunos productores, podrían triplicarse en esta campaña.

Los primeros lotes con la enfermedad fueron reportados por técnicos de Syngenta sobre observaciones realizadas en campos de Monte Maíz, Ordoñez, Marcos Juarez y Monte Buey de la zona sur y sureste de Córdoba, en Venado Tuerto en Santa Fe y en Gaham en el Norte de Buenos Aires.

A una semana de esos anuncios, un fuerte productor riocuartense alertó sobre su presencia en su estancia ubicada al oeste de Holmberg. “Todo parece indicar que esta campaña tendremos que fumigar dos y hasta tres veces si no queremos tener grandes pérdidas”, afirmó.

Desde Vicuña Mackenna, el productor Daniel Salazar comentó a este medio que la aparición de manchas de ojo de rana los sorprendió porque el cultivo se encuentra en los primeros estadíos. “La verdad es que nos sorprende porque nosotros trabajamos en campos propios donde tratamos de hacer buenas rotaciones, pero lo mismo nos está afectando”, expresó.

Para el ingeniero agrónomo José Marcelino, jefe de la unidad de experimentación y extensión del INTA en Río Cuarto, no sólo está apareciendo Mancha Ojo de Rana sino también otras de las denominadas enfermedades de fin de ciclo, como consecuencia de muchos años de hacer soja sobre soja.

“Por la falta de rotaciones o una secuencia de soja muy intensa, la presión del patógeno fue tan grande que ahora las plantitas prácticamente están naciendo con la enfermedad”, enfatizó.

La Mancha Ojo de Rana es una enfermedad que requiere temperaturas entre 15 y 35°C, períodos de alta heliofanía (horas de exposición solar), humedad relativa por encima del 81% y precipitaciones frecuentes que generan horas de mojado del canopeo por encima de lo normal. Suele aparecer desde el estado vegetativo ocasionando importantes daños, especialmente en lotes provenientes de cultivos de soja, cuyos rastrojos son fuente de inóculo para el cultivo siguiente -sobre todo si hay rotaciones esporádicas- o en situaciones donde se efectuó un tratamiento deficitario de semillas infestadas. Los inviernos benignos, por otro lado, favorecen la supervivencia de plantas voluntarias que pueden ser foco de infecciones primarias y desde allí ser otra fuente de inóculo al cultivo.

En la campaña 2009/2010 tuvo una aparición explosiva en gran parte del área sojera de Argentina de la Pampa Húmeda, llegando a reducir fuertemente el rinde, con pérdidas de hasta 1.500 Kg/ha y afectando la calidad de la semilla de esos lotes.

La perspectiva climática para esta campaña muestra altas probabilidades de precipitaciones superiores a las normales en la Pampa Húmeda. Esta situación, tal como ocurrió 3 campañas atrás, genera condiciones que predisponen la evolución de esta enfermedad y otras como Septoria o Mancha Marrón (Cercospora kikuchii), que también se están notando ya en el sur de Córdoba.

Los técnicos recomiendan el monitoreo temprano de los lotes, consultar a un técnico ante la detección de la enfermedad y de ser necesario efectuar la aplicación de fungicidas.

Es importante tomar en cuenta que los controles tempranos, aseguran  un manejo eficiente de la enfermedad lo que impactará  positivamente en los rindes y permitirá un manejo más eficiente del cultivo.

Como siempre, se recomienda consultar al profesional asesor, quien determinará -de acuerdo con el grado de afectación- la necesidad de aplicar algunos de los fungicidas disponibles en el medio.

Por el monocultivo

Recordó el ingeniero Marcelino que se trata de una enfermedad detectada hace muchos años y que apareció en la zona hace poco tiempo, pero con el monocultivo de soja la presión del inóculo es tan grande que  en campañas como ésta, con muchos días de humedad, con más de 72 horas de mojado foliar permanente y más de 20 grados de temperatura, se dio lugar a la formación de cuerpos del microoorganismo llamados conidios que luego dan lugar a las esporas. “Entonces las primeras gotas de lluvias hacen que las esporas lleguen a las hojas de las plantas e inicien la enfermedad, cuando también puede ser que el inóculo esté directamente en la semilla”.

Añadió entonces la recomendación de hacer un análisis previo de la semilla, en aquellos casos que el productor aún no sembró. “Ya hay varios laboratorios en condiciones de determinar la presencia del patógeno en la semilla y es importante hacer estos análisis en cultivos altamente sensibles a enfermedades por semilla como son el maní y la soja. Esto permite ver de qué tipo de colonias se trata para elegir el inoculante específico para cada tipo de hongo”, precisó, para agregar que también sería interesante hacer un análisis del rastrojo para ver cómo fue quedando el inóculo del cultivo anterior.

Para Marcelino, la aparición tan temprana de la Mancha Ojo de Rana les está dando la razón a quienes decían que la espora de los hongos que provocan esta enfermedad son mucho más pesadas que las de la Roya de la soja, que normalmente es arrastrada a grandes distancias por los vientos. “En el caso de la Mancha Ojo de Rana, en cambio, las esporas no vienen desde muy lejos sino que están ya en los lotes de la región”.

Consideró el profesional que esta presión de inóculos es otra de las consecuencias del monocultivo, al igual que la desertificación, que deja a los suelos la única función de soporte, porque se quedan sin capa fértil.

Hasta palomas

Entre los males a los que se encuentran expuestos los cultivos, Marcelino sumó otras enfermedades que forman parte del grupo de fin de ciclo -que ahora se hizo sentir temprano- sino también a los hongos del suelo y a las palomas que están afectando las densidades de siembra en soja. “Hay muchos lotes donde el daño en los cotiledones -las hojitas que están emergiendo ahora- ya es importante”, afirmó.

Esto se puede ver en zonas donde hay médanos acompañados por cañaverales donde las palomas tienen sus asentamientos para multiplicación.

Consideró al respecto que si bien es difícil que distintos organismos se pongan de acuerdo para tomar acciones coordinadas, debería hacerse un esfuerzo para emprender acciones conjuntas para ver por lo menos “como convivir con las palomas”.

A su juicio, el problema de las palomas es cada vez más grave y no sólo afecta a los cultivos masivos sino también limita la posibilidad de incluir al sorgo, muy valorado para las rotaciones, pero también muy susceptible al ataque de las palomas.