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Sequía de recursos: el año en que cayó la inversión

El capital volcado a la construcción y a la compra de maquinarias redujo su participación en el PBI de 24 a 21%; el Gobierno admitió la baja ante empresarios El secretario de Política Económica, Axel Kicillof, sorprendió el pasado jueves en el almuerzo del Día del Petróleo, en el hotel Sheraton de Retiro y ante 1100 empresarios, con un discurso en el que una y otra vez insistió en que el Gobierno cuenta con el sector privado a la hora de invertir en hidrocarburos. “Que el sector privado invierta y tenga rentabilidad”, deseó quien dedicara la mayor parte de su carrera a dar clases e investigar en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es precisamente el sector energético donde más inversión falta. Muchas veces se escucha a analistas decir que no se hunde capital en la Argentina, pero tal no ha sido la realidad. Lo que sí es cierto es que este año, en que la economía desaceleró en forma brusca su crecimiento, la inversión cayó y mucho. Kicillof recordó ante los petroleros que la inversión bruta interna fija (IBIF, que incluye la construcción y la compra de maquinaria) había alcanzado un récord del 25% del PBI en 2011, pero admitió que en 2012 no se pudo mantener esa cifra y atribuyó el fenómeno a que fue un “año complicadísimo a escala mundial”. “Pregúntenle a los europeos y norteamericanos”, recomendó el viceministro de Economía y responsable de la planificación de la política de hidrocarburos. Pero no en toda América latina amainó del mismo modo el ritmo de expansión. La Argentina terminaría 2012 con un crecimiento del 2,2% y Brasil, del 1,2%, pero Chile llegaría al 5,5%; Colombia, al 4,5%; México, al 3,8%; Perú, al 6,2% y Venezuela, al 5,3%, según calculó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Consultoras privadas estiman en alrededor del 1% la expansión local. La inversión en la Argentina se recortó, según datos del Ministerio de Industria, del 24% del PBI (una estimación algo menor a la de Kicillof, pero igualmente récord) en 2011 al 21% en el primer semestre de 2012. Las obras públicas y privadas y la adquisición de bienes de capital en su conjunto no habían caído a un nivel tan bajo desde 2009, un año de recesión -según las consultoras- a diferencia de 2012. No obstante, el nivel aún es superior al 20% en relación con el PBI que se había alcanzado en 2005, cuando los capitales comenzaban a retornar a la Argentina después de la crisis de 2001/2002. En el primer trimestre de 2012, la inversión argentina subió el 2,8% y en el segundo se derrumbó el 15%, según datos oficiales. Este descenso obedeció a la baja del 3% en la construcción y del 26,5% en la compra de equipos para producir. Cayó sobre todo la importación de maquinaria, un 41,8%, mientras que subió la adquisición de equipos nacionales, un 4 por ciento. Pero, a diferencia de los productos finales o los insumos para la producción, los bienes de capitales no enfrentaron muchas barreras para la importación. En general, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, autoriza su ingreso sin problemas, aunque hay casos como el de una pyme del sector farmacéutico que quería traer una máquina para modernizar su planta y no la podía ingresar porque no exportaba nada y, por tanto, incumplía la exigencia oficial de que cada empresa tenga una balanza comercial equilibrada. La importación de maquinaria se cayó sobre todo porque las compañías recortaron la inversión.

En los primeros diez meses del año se redujo un 15%, pero en los últimos tiempos ha comenzado a dar señales de recuperación. En octubre, por ejemplo, subió 2 por ciento. El alza obedece seguramente a las expectativas de que la economía mejore en 2013, con un alza del PBI del 3,9%, según la Cepal. Pero para producir más el año que viene, muchas industrias no deberán sumar más capacidad instalada, dado que ahora la tienen de sobra. El sector manufacturero usó el 76,5% de su potencial en octubre, en contraposición al 84% que tenía en noviembre de 2011. Hay capacidad ociosa. Todavía se pueden sumar turnos y horas extras antes de tener que comprar nuevas maquinarias, aunque sí deberán hacerse los ajustes necesarios para modernizar los procesos.

 

Precios relativos

 

Marina Dal Poggetto, analista del Estudio Bein, atribuye la merma de la inversión productiva a la incertidumbre de los empresarios sobre la evolución de algunos precios relativos, como los salarios, la energía o la tasa de interés. La nacionalización de YPF tampoco fue una señal de aliento a la inversión privada y no por nada ahora el Gobierno negocia una indemnización a Repsol, según ha admitido el presidente de la petrolera estatizada, Miguel Galuccio. También “se frenan las decisiones de inversión si hay expectativas de caída de la demanda”, añade el analista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica. En el campo, la Mesa de Enlace anunciará el próximo jueves cuánto ha invertido el sector en 2012. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) muestran que la cantidad de unidades de maquinaria agrícola vendida en los primeros nueve meses del año descendió el 21,4 por ciento. La caída coincidió con la sequía y su impacto en una reducción del 16% de la cosecha, que fue compensada sólo en parte por el alza de precios de los granos. A menor recolección de soja, menor inversión inmobiliaria también. El fruto de las altas cotizaciones de la oleaginosa en los últimos años llevó a que los dueños de campos y los hombres de negocios vinculados al sector compraran departamentos nuevos aquí y allá. La falta de confianza en los bancos después del corralito llevó a que el ladrillo fuera mejor opción para canalizar el ahorro. Pero este año lo que más influyó en la caída de la venta de propiedades fue la imposibilidad de hacerse de dólares para comprar viviendas. Muchos oferentes se retiraron del mercado inmobiliario porque no tenían la seguridad de recibir dólares; eso provocó la baja de las operaciones y ésta, a su vez, redujo los precios en hasta el 15 por ciento. La contracción del mercado desalentó los nuevos proyectos, aunque los hay porque los que tienen capacidad de ahorro saben que allí pueden canalizar los pesos. “Hay pesos con los que ya no se puede ahorrar en dólares y entonces van a edificios en pozo (compra de viviendas en departamentos en construcción), a ampliaciones o a construcción en lotes propios”, comenta Dal Poggetto, que prevé que el año próximo también impacte en forma positiva el plan Procrear, de créditos hipotecarios del Estado para levantar casas nuevas.

La construcción acumula una caída del 2,5% en los primeros diez meses del año. Influyó la reducción de obras privadas, pero también las públicas. Después de un 2011 electoral y en un 2012 de creciente déficit fiscal, se aplacó la inversión del Estado. En los primeros siete meses del año, el sector público nacional elevó el gasto de capital el 18,3%, menos que la inflación (22,8%, según los índices de las provincias), con lo que en los hechos se redujo. La inversión que ejecuta el propio gobierno de Cristina Kirchner se elevó un 26,6%, mientras que los giros que les envía a las provincias para hacer obras públicas crecieron sólo el 15,4 por ciento.

La inversión pública provincial, que también se financia con recaudación propia y emisión de deuda, subirá apenas el 6% en 2012, lo que implica una caída real del 15% si se la ajusta por el índice de costos de la construcción del Indec, según Guillermo Giussi, analista de la consultora Economía & Regiones. En 2013, año de comicios legislativos, se espera que la obra estatal se recupere. En los 80, América latina gastaba en infraestructuras más del 3% del PBI y casi todo era financiado por el Estado. En los 90 bajó al 2%, con mayoría del peso en el sector privado, y a principios del siglo XXI cayó a poco más del 1 por ciento. Desde 2007 se ha recuperado por encima del 2%, con una participación del Estado superior a la privada, aunque ya no hegemónica como en los 80. La inversión en infraestructura alcanza al 2,3% en la Argentina y Brasil, según los últimos datos recolectados por la Cepal en 2007 y 2008. La cifra resulta mayor al 1,9% de Chile, el 2% de Colombia y el 1,3% de México, aunque menor al 3,6% de Perú. La inversión se mueve en general al mismo ritmo que la economía, por lo que no es de extrañar que este año haya bajado y que en 2013 todos los analistas esperen un repunte, aunque no un salto, comenta Castiñeira. Dal Poggetto destaca que el costo del capital es bajo. Por un lado, porque se puede importar maquinaria a la cotización oficial del dólar en tiempos de un tipo de cambio cada vez más bajo. Por otro, los empresarios pueden financiar sus inversiones con los créditos del Bicentenario, con una tasa de interés del 9,9%, o con los préstamos al 15% que el Banco Central obligó a los bancos a colocar.

 

Qué empresas invierten

 

“Invierten las empresas con historia en la Argentina, las que tienen un mercado protegido y excedente de pesos -cuenta Dal Poggetto-. No invierten para exportar, sino para el mercado doméstico, para la sustitución de importación. Por ejemplo, en alimentos, electrodomésticos, medicamentos. Las automotrices, en cambio, no necesitan invertir porque tienen capacidad ociosa, pueden ampliar los turnos de producción. Los que no piensan hundir pesos en la Argentina son los que tienen problemas de competitividad en sus exportaciones, como les pasa a las economías regionales.” Son los casos de las uvas, los duraznos, las ciruelas, el aceite de oliva o las aceitunas. El centro de estudios Ferreres calcula que, en especial por la construcción pública y privada, la inversión en el tercer trimestre de 2012 bajó el 4% y en octubre, el 3,7%, con lo que en relación con el PBI descendió al 20,8% y al 21%, respectivamente. Es una cifra mayor a la que en 2011 consiguió Brasil (20%) o Venezuela (17%), pero menor al 25% de Chile, México y Perú o al 22% de Colombia, según datos del Banco Mundial, que calculó ese año un 23% para la Argentina. China, cuya tasa de crecimiento era referencia para el Gobierno, tenía en 2011 una inversión del 48%, la oferta se ampliaba en consonancia con la demanda y la inflación era baja.

 

 

Fausto Spotorno, del centro de estudios Ferreres, considera que los niveles de entre el 21% y el 23% de la Argentina en los últimos años eran consistentes con una expansión económica del 3% o 4%, menor a la que hubo. Ésa es una de las razones de la inflación. “Si bien el nivel es más alto que en Brasil, lo cierto es que la inversión está muy distorsionada debido a ciertas regulaciones de precios que impiden que se enciendan las señales de inversión. Así, por ejemplo, faltan inversiones en el sector energético, donde son muy necesarias, y hay mucha en departamentos de un ambiente”, observa Spotorno. De hecho, en el último Censo 2010 en la provincia sojera de Santa Fe se detectó que hay más viviendas vacías que familias sin techo. No por nada también Kicillof ahora llama a los petroleros privados a invertir; les ha aumentado el precio del GNC y próximamente les elevará el del gas en boca de pozo. Restará ver si eso resulta suficiente en un país que ha restringido el giro de utilidades de las multinacionales al exterior. “Brasil tiene menos inversión, pero más estructural, de largo plazo, como la de Petrobras. Y el capitalismo sin energía no funciona”, concluye Castiñeira.

    26,5%     Maquinaria para producir     Fue la caída de las compras de bienes de capital en el segundo trimestre; se importó 41,8% menos

Por Alejandro Rebossio  | LA NACION