El diputado Casañas hizo una presentación en la búsqueda de una ley que ordene la disparidad de legislaciones existente entre las provincias, modificada incluso por municipios como Río Cuarto Fue presentado ante la Cámara de Diputados un proyecto de ley de presupuestos mínimos de aplicación de fitosanitarios (agroquímicos) con el fin de darle un ordenamiento al uso de estos productos, dada la disparidad de criterios entre distintas provincias y sobre todo municipios (en el caso de Córdoba). El diputado nacional Juan Casañas (UCR-Tucumán) propone establecer una escala de productos de clase toxicológica 4 a 1, en distancias de entre 100 y 1.500 metros del borde de las áreas urbanas. La iniciativa –dice en sus fundamentos- apunta a preservar la seguridad de los aplicadores, garantizando el cuidado del medio ambiente y fomentando la producción en un marco de desarrollo sustentable. “Entre otras cosas, el proyecto establece distancias de aplicación de los productos; estipula la creación del Registro Nacional de Aplicadores de Productos Fitosanitarios, en el que deberán inscribirse todos los aplicadores para ser autorizados a operar en el territorio de la República Argentina; y fija la obligatoriedad del uso de una receta de aplicación de productos fitosanitarios, expedida por un ingeniero agrónomo con título habilitante para la aplicación “, destacó Casañas. Varias de estas normas ya integran la ley de agroquímicos vigente en Córdoba. El proyecto de Casañas también especifica que la receta de productos fitosanitarios deberá incluir las condiciones de aplicación, datos del profesional que expide la receta y de la empresa usuaria responsable, dosis de uso, etc.; y establece la creación de un Manual de Buenas Prácticas de manejo por parte de las competentes.
Ordenanza riocuartense
Mientras tanto, ayer se difundió a nivel nacional la decisión del Concejo Deliberante de Río Cuarto, que publicó una ordenanza que regula las fumigaciones aéreas con agroquímicos en cercanías de zonas urbanas. De esta manera se constituyeron 18 localidades que se sumaron a las exigencias del ordenamiento agroambiental establecidas por la legislación de la provincia de Córdoba. El ejido urbano de Río Cuarto pasó de 64 a 240 hectáreas, y casi el 90 por ciento del área incorporada es rural. Así, los concejales analizaron el posible crecimiento urbano y determinaron “zonas de anexión”, a partir de las cuales y en una franja de 800 metros se delimitaron las zonas “agropecuaria 1 y 2”. En esas áreas está “expresamente prohibida la fumigación aérea, con cualquier tipo de agroquímico”. Al igual que en otras localidades cordobesas, el accionar de grupos que se oponen al uso de agroquímicos tiene entre sus demandas la restricción de su utilización en cercanía de zonas urbanas y algunos hasta pregonan la prohibición de algunos productos, como el glifosato. Incluso, el legislador provincial Roberto Birri ha presentado un proyecto ante la unicameral cordobesa para aumentar los retiros y elaborar un nueva clasificación toxicológica.
Aporte profesional
Para intentar llevar información fidedigna a la población, en Río Cuarto funciona desde hace más de un año una comisión de buenas prácticas agrícolas conformada por prácticamente todas las entidades y organismos vinculados con el uso de agroquímicos. Participan, por ejemplo, la Sociedad Rural de Río Cuarto, la filial local de Federación Agraria Argentina, la Asociación de Ingenie-ros Agrónomos del Sur de Córdoba (AIASC), el INTA, la Universidad Nacional de Río Cuarto, AACREA y AAPRESID, y la cámara de aeroaplicadores, entre otras. Una de las preocupaciones de los integrantes de la comisión es llegar a la comunidad con información científica sobre la real incidencia de los agroquímicos en la salud y el medio ambiente. Y también contribuir a la capacitación de profesionales, operarios de fumigadoras y productores, acerca de las buenas prácticas de manejo de los productos fitosanitarios. En tal sentido, el ingeniero agrónomo José Demarchi, vicepresidente de la AIASC, destacó la importancia de la participación de los profesionales en todo lo referido al manejo y la aplicación de agroquímicos. “Con todos los avances tecnológicos que estamos teniendo, el rol del ingeniero agrónomo es fundamental, capacitados y aceptando la realidad”. Consideró Demarchi que hay una necesidad imperiosa de producir cada vez más y mejor, aprovechando la tecnología disponible. Y advirtió: “Hay gente a quien no le gusta esta tecnología pero es la herramienta que tenemos para producir hoy. La siembra directa es una tecnología ya consolidada y junto a ella llegaron los agroquímicos”. Respecto a estos productos, también llamados fitosanitarios, explicó que es obligación de toda la cadena productiva saber manejar los envases, las dosis, los productos y la rotación de los agroquímicos, “porque hoy estamos viendo que ya tenemos problemas de control malezas en los barbechos, por ejemplo rama negra, sorgo de Alepo resistente, yuyo colorado. Es decir, tenemos problemas para controlar las malezas”. Se ve, entonces, que no sólo está faltando rotación de cultivos, sino también de agroquímicos. “Esto va de la mano del avance tecnológico y los ingenieros agrónomos tenemos que estar preparados para esto, para darle tranquilidad a la comunidad de que se puede producir perfectamente, cada vez con mayor producción y cuidando la salud de la población y el medio ambiente”, enfatizó Demarchi, en declaraciones a FM Gospel de Río Cuarto.. “Es importante dar a la sociedad un mensaje de tranquilidad, hacerles saber que somos conscientes de la problemática del sector y creo que tenemos entidades y gente altamente capacitada para analizar los puntos débiles que tenemos para resolver los problemas que se pudieran presentar con el mayor profesionalismo y sustento científico posible. Pero hay que tratar estos temas con más seriedad y tolerancia posible. Sabemos que hay grupos u organizaciones que se encargan de buscar la confrontación y generar enfrentamientos que no son útiles a la sociedad. Esto no es ir en contra de nadie sino tratar la problemática con la seriedad que corresponde”, concluyó.
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