Estiman que los productores buscarán retener lo más que puedan el grano por la inflación y una mayor tasa de devaluación. La continuidad del cepo cambiario y las perspectivas de una mayor inflación y una tasa de devaluación más alta del peso en relación con el dólar oficial, que varios analistas prevén que el Gobierno hará para recuperar competitividad, podrían llevar a los productores a retener lo más que puedan la soja que cosecharán desde mediados de marzo, usándola como moneda de reserva de valor y cambio. Un recurso que ya emplearon en épocas de crisis, como en 2002. A la hora de vender, el productor toma en cuenta distintas variables. Allí están el nivel de precios, las expectativas y su situación financiera respecto de la campaña anterior. En realidad, en el ciclo pasado hubo sequía en varias regiones y los productores terminaron con menos producción [40,1 millones de toneladas, cuando se esperaban más de 50 millones de toneladas] y en una situación económica delicada. Los ritmos de venta de soja en 2012 estuvieron levemente por encima de la campaña precedente. Se vendió para pagar cuentas y lograr fondos para la nueva campaña. Este año, con estimaciones de mayores cosechas en Brasil, los Estados Unidos y la Argentina [de 51 a 55 millones de toneladas], los tres principales productores del mundo, la presión de una producción más alta ya se hace sentir sobre las cotizaciones. A modo de ejemplo, la soja mayo en Chicago estaba hace un mes US$ 537,5 la tonelada. El viernes pasado había tocado los 501 dólares y ayer se recuperó a US$ 516,35. Pero como el productor sabe que con la soja tiene un activo importante, y que además sigue al dólar, lo que ocurra con el tipo de cambio y el ritmo de devaluación es un tema que puede influir en su decisión de venta. Y en este punto ponen atención varios especialistas.
“En 2013 la opción de mantenerse en grano en vez de venderla se fortalece por el hecho de que hay consenso de que la tasa de devaluación va a ser más alta. El año pasado, la devaluación [considerando el dólar oficial] fue del 14%, pero este año todos los analistas estamos viendo que va a estar más cerca de la inflación. Si la inflación va a ser del 25%, la tasa de devaluación podría ser del 20%”, opinó Juan Manuel Garzón, economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), de la Fundación Mediterránea. Sobre el tipo de cambio, el economista Jorge Ingaramo precisó: “A comienzos de 2012, se modificaba al 8 por ciento anual, motivando atraso cambiario, y en los dos últimos meses se modificó a una tasa anualizada del 21 por ciento”. En opinión de Ingaramo, “en una economía con cepo cambiario de dudosa resolución y teniendo en cuenta la lentitud del Gobierno para corregir errores, naturalmente la tenencia del dólar-soja siempre será conveniente”. Para el economista, unos 28 millones de toneladas de soja, valuadas en US$ 9000 millones a los precios futuros del Mercado a Término local, se deberán guardar en los silos y luego usar para “hacer frente a las necesidades de capital de trabajo de la próxima campaña”. Son US$ 4300 millones para sembrar y un mínimo de US$ 4700 millones para pagar alquileres. “En un escenario de mucha soja sobrarían 22 millones de toneladas que el productor tardará en comercializar, ya que espera una tasa de devaluación más elevada, o sea mayor poder de compra en insumos y en gastos efectuados en pesos”, dijo.
En silos bolsa
La soja es un grano que sigue al dólar en términos de su cotización internacional. Los expertos sostienen que el productor no quiere quedarse en pesos por más que los reciba al cobrar por su grano. “Prefiere no quedarse con pesos en la mano. Todo el mundo va a quedarse en producto e irá vendiendo en la medida que necesite”, analizó Gustavo Oliverio, coordinador de la Fundación Producir Conservando. Guillermo Villagra, socio de la consultora Openagro, también ponderó el activo de la soja. “La soja servirá como moneda de cambio por encima del peso. Nueve de cada diez productores prefieren el grano que los pesos, aunque deban vender a cada rato para afrontar sus obligaciones”, dijo. ¿Y dónde guardarán la soja? Con una capacidad estática en el país que hoy no cubre la cosecha de todos los granos (la capacidad de almacenaje en instalaciones fijas ronda los 70 millones de toneladas cuando se espera que la cosecha supere los 100 millones de toneladas), el silo bolsa, un sistema de almacenaje en bolsas de plástico de 180 a 200 toneladas por unidad, será un aliado clave. En rigor, se estima que entre 50 y 52 millones de toneladas entre todos los granos, en una gran parte con soja, guardarán este año los productores en silo bolsas. De hecho, se prevé que se vendan unas 400.000 bolsas, todo un récord. De esa cifra, 260.000 bolsas serían usadas por los productores para guardar los 50 a 52 millones de toneladas de todos los granos, y el resto de las bolsas las utilizarían acopios, exportadores y molinos para el mismo fin. Esto porque una misma tonelada puede pasar más de una vez por el sistema. “Para la cosecha se espera una importante demanda”, indicó Carlos Puiggari, director de Ipesa, empresa que concentra el 70% del mercado de bolsas. Pese a que muchas veces se dice que los productores usan las bolsas para especular, Puiggari opina lo contrario. “No se embolsa para especular, sino para poder tener la cosecha. Si tenés un año Niño, con fuertes lluvias, te ayuda a levantar la cosecha”, subrayó. Hay previsiones de que en abril y mayo, cuando se esté cosechando el grueso de la soja, habrá fuertes lluvias.
US$ 200 MILLONES EN JUEGO
Crecimiento Si para la nueva cosecha el mercado de silo bolsas para el consumo interno alcanzara la proyección de 400.000 bolsas, en facturación el mercado de este producto representaría unos 200 millones de dólares. Cada bolsa cuesta unos 500 dólares
Por Fernando Bertello | LA NACION