El ministro sería candidato a diputado nacional por Chubut en octubre; el secretario de Comercio Interior quiere a Ider Peretti; Lorenzo Basso también está en carrera
El ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, estaría cerca de dejar su cargo para iniciar una campaña que lo llevaría como candidato a diputado nacional oficialista en las elecciones legislativas de octubre. Nacido en Chubut, el funcionario sería el elegido por la presidenta Cristina Kirchner para enfrentar en esa provincia al ex gobernador Mario das Neves.
El rumor comenzó a circular en los pasillos de la cartera agropecuaria en los últimos meses y se intensificó la semana pasada. Hay comentarios de que su salida se producirá dentro de los próximos 60 días. Cerca del funcionario sólo se escucha: “Sigue siendo ministro . Por ahora nadie le pidió que deje de serlo”.
En paralelo, empezó una danza de nombres sobre posibles reemplazantes. La lista incluye a funcionarios que ya acompañan a Yauhar y algunas sorpresas que provienen de fuera del Ministerio.
Entre los funcionarios de esa cartera en carrera asoman el actual secretario de Agricultura, Lorenzo Basso , segundo en la línea de mando del Ministerio, y la secretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, Carla Campos Bilbao.
Basso llegó con el ex ministro de Agricultura y actual presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y tiene un perfil netamente técnico. Fue decano de la Facultad de Agronomía de la UBA y ayudó a Domínguez a suplir su falta de conocimientos técnicos sobre el campo. Tiene un perfil moderado y es conocido entre empresas y entidades del sector.
Por su parte, Campos Bilbao, esposa del ex intendente de Moreno Andrés Arregui, tiene fuertes vínculos con organizaciones de agricultura familiar y tiene llegada a la presidenta Cristina Kirchner. Representa, según algunas fuentes, una línea política más combativa. Campos Bilbao tiene como subsecretario desde el año pasado al referente del Movimiento Evita Emilio Pérsico.
En este contexto, hay lugar para las sorpresas. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, estaría impulsando un hombre propio para el sillón que hoy ocupa Yauhar. Su candidato sería Ider Peretti. Se trata del ruralista de Morteros que se hizo conocido cuando en el velorio de Néstor Kirchner dijo, delante del féretro, que iba despedir al presidente que “más rentabilidad le dio al campo”.
Peretti es la espada de Moreno en varias entidades: es presidente de la Confederación General Económica (CGE), de la Cámara Argentina de Productores y Exportadores de Cereales (Capeco) y del Consejo Argentino de Productores (CAP), y es vicepresidente de la Fundación ExportAr.
Al haber intervenido en los últimos años los mercados de trigo, maíz, carne y leche, Moreno se sobrepuso a las políticas del Ministerio de Agricultura. De hecho, es él, antes que Yauhar, quien decide cuánto se debe exportar de esos productos.
Si lograra a poner a Peretti, Moreno terminaría de colonizar esa cartera. El mismo Peretti viene haciendo de vocero de medidas que toma el funcionario.
Algunas fuentes dicen que Carlos Zannini, secretario de Legal y Técnica, estaría evaluando el perfil de los posibles sucesores.
Después del conflicto de 2008 por las retenciones móviles, el ex presidente Kirchner y la actual mandataria decidieron darle rango de ministerio a la cartera agrícola. Y pusieron al frente a un político, como es Domínguez, para intentar frenar a la Comisión de Enlace.
Yauhar, que antes fue subsecretario de Pesca, fue premiado por los Kirchner como ministro precisamente por haberse enfrentado en Chubut a Das Neves.
Desde que llegó a ministro, Yauhar pareció hacer desde la cartera agrícola un trampolín para competir en su provincia. Viene otorgando ayudas millonarias a esa provincia y cada una de ellas las refleja en gacetillas de prensa que se encarga de difundir su cartera.
La semana pasada, por ejemplo, estuvo en Chubut en el marco del Plan Maíz-Sorgo y no fue con las manos vacías. Llevó $ 10 millones para financiar un convenio de cooperación con el gobierno provincial para desarrollo agroindustrial.
LA NACION