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Frigoríficos: preocupan las retenciones y el atraso cambiario

SCHIARITTI

La situación de la industria frigorífica es «preocupante» por el «atraso cambiario, las retenciones y la falta de controles del mercado interno por parte del Gobierno», alertó ayer la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la Argentina (CICCRA).
En su editorial, la entidad que preside Miguel Schiariti sostuvo que «el atraso cambiario y las retenciones han hecho caer las exportaciones a niveles históricamente decepcionantes, obligando a las empresas preparadas para abastecer los más exigentes mercados mundiales a volcar su actividad al mercado interno».
Así, las firmas pueden «sostener el volumen de faena de equilibrio», pero la situación negativa ya provocó el cierre de 130 establecimientos industriales y el despido de 15.600 trabajadores.
CICCRA sostuvo que «la falta de controles en el mercado interno por parte de las autoridades nacionales han incrementado la marginalidad de las operaciones».
«Ha habido un importante estímulo a seudocooperativas de trabajo que generan precarización laboral y agregan marginalidad y competencia desleal a las empresas formales del sector», advirtió.
Además, el análisis señaló que «esta combinación de factores está generando el crecimiento atípico del volumen de faena de algún operador, lo que nos coloca ante la posibilidad de que se genere un monopolio u oligopolio de faena con destino al mercado interno poniendo en peligro las dos puntas de la cadena (productor y consumidor)».
El informe reseñó las causas de que generaron el actual estado de cosas y evaluó que a partir de 2005, «el crecimiento de la cadena de valor de la carne vacuna comenzó a molestar al gobierno nacional».
De manera racional, desde 2002 en adelante el sector había elevado sus exportaciones al aprovechar la oportunidad que planteaba un mundo cada vez más demandante de proteínas de origen animal con países emergentes, liderados por China.
También tuvo en cuenta «el proceso de reubicación de la producción de las proteínas de origen animal en los países más eficientes, lo que conlleva al crecimiento del intercambio internacional del producto».
A su vez, hizo caso del aumento de la competitividad que generó la devaluación del peso y así en 2005 las exportaciones de carne vacuna alcanzaron la segunda marca histórica, con 745 mil toneladas, el récord se registró en 1969, con 775 mil toneladas que equivalieron a 23,8 por ciento de la producción total (el récord histórico se marcó en 1972, cuando llegó a 31,4 por ciento.
«Lógicamente, como contrapartida de ello, el consumo interno absorbió las restantes 2,39 millones de toneladas y su importancia relativa bajó a 76,2% de la producción total», expresaron los técnicos de la Cámara.
«Sobre todo a partir del último trimestre de 2005 el gobierno nacional comenzó a implementar una política claramente antiganadera, que afectó el normal funcionamiento de la cadena de valor. Entre los efectos más visibles estuvo la caída sistemática de las exportaciones cárnicas, con excepción de lo ocurrido en 2009 cuando la liquidación de existencias y la gran seca que afectó las principales zonas productivas, permitieron elevar transitoriamente los envíos al exterior», señalaron.
La producción nacional se vio «sometida a una importante y continua pérdida de competitividad, que la fue sacando del mercado internacional», alertó la entidad.

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