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Falta harina en los súper, sube el pan y el campo culpa al Gobierno

La baja producción de trigo impulsa los precios. Los productores aseguran que es el resultado de las malas políticas oficiales. Los panaderos advierten que todo podría seguir en alza. Preocupación gremial.
Una tormenta perfecta fue la que se desató en las últimas semanas alrededor de la industria panadera. Pero la raíz más próxima se hunde en el nacimiento de la última campaña de trigo. En aquel momento, hace doce meses atrás, los productores decidieron sembrar la mitad de las hectáreas que en 2005. Y el mercado del cereal comenzó a tener turbulencias, los precios empezaron a dar señales y no tardó en impactar en el costo de los alimentos.
La bolsa de 50 kilos de harina costaba en aquel momento unos 90 pesos. Ayer, una panadería importante de la ciudad recibió una factura del molino con el nuevo precio: 280 pesos.
En la carpeta de facturas archivadas, el panadero repasaba ayer por la tarde la estampida de los precios. Llegó a diciembre del año pasado, cuando pagó $96,75 la bolsa y pasó por el 15 de enero, cuando le llegó a $114,6. Para febrero, la tuvo que pagar $147 y en marzo a $176. Desde abril volvió a tomar envión: cotizó a 200 pesos a mediados de ese mes y a 218 en mayo. Hace 26 días, el valor alcanzó los $243 y ayer, $280.
La consecuencia fue una constante alza en los valores de los productos elaborados por las panaderías. Desde mañana, los comercios del rubro aplicarán un nuevo aumento por el cual el valor del kilo de pan llegará en Río Cuarto a 22 pesos, el de criollitos a $35 y las facturas costarán 3 o 4 pesos según sean o no de hojaldre.
Pero a su vez, silenciosamente, comenzaron a escasear los paquetes de harina de consumo doméstico en las góndolas de los supermercados. Las principales cadenas de la ciudad colocaron carteles en los estantes advirtiendo que sólo se permitía llevar una cantidad limitada de unidades por grupo familiar. Ya era tarde, a la venta quedaban apenas los paquetes mezcla para la elaboración de pizzas y pan. En muchos súper ya no quedaba ni la triple “0” ni la cuatro “0”. La escasez comenzó a advertirse así para los consumidores que tienen desde ahora un efecto pinza: suba de precios en los productos elaborados y falta de harina para la compra.
Pero tal vez la peor parte sea que en el mercado estiman que la situación podría seguir empeorando. Productores y panaderos advierten que la raíz de todo está en la escasa producción triguera de la campaña anterior y el poco stock que quedaría en el país. Según las entidades del campo, esa reserva alcanzaría hasta fines de octubre para el consumo doméstico. Allí se abriría una ventana de incertidumbre hasta que comience la nueva cosecha, en diciembre. Sería poco más de un mes en el que no estaría garantizado el abastecimiento de trigo según los productores.
¿Por qué se derrumbó la producción triguera? Entre 2005 y 2012 la superficie destinada al cereal cayó a la mitad. Y la explicación del campo es que no hay reglas claras para apostar al trigo en el país. En los últimos años, los grandes molinos fijaron los precios de compra del trigo (por debajo del fas teórico) e impusieron los de la harina. Fueron verdaderos protagonistas de la cadena comercial aprovechando la falta de competencia de los exportadores, tras el cierre de las ventas al exterior. Eso llevó a desalentar la siembra. Mientras en 2005 el trigo ocupó 6 millones de hectáreas, el año pasado apenas fueron 3 millones, lo que dejó un resultado de 9 millones de toneladas cosechadas cuando el consumo interno ronda los 7 millones.
“En manos de los productores queda alrededor de un millón de toneladas que permitiría abastecer dos meses, y si sumamos el stock de los molinos podemos pensar en un mes y medio más”, estimó Néstor Roulet, ex presidente de Cartez.
En el otro extremo de la cadena, Bruno Prizzón, titular del Centro de Industriales Panaderos trazó un panorama hacia adelante: “La harina no para de subir pero además lo más preocupante es que cuando nos descargan, los molinos nos advierten que el precio no tiene techo. No sabemos hasta cuándo puede seguir este incremento”, alertó.
Por eso, los panaderos dejaron la línea abierta para seguir paso a paso los movimientos de la harina y acordar, como pocas veces, una política unificada de precios de venta al público.
Gonzalo Dal Bianco (PUNTAL)

 

Cuestionamientos de la Sociedad Rural local

La Sociedad Rural de Río Cuarto reiteró sus críticas a la política agropecuaria del Gobierno nacional, al que consideró el “único responsable” de la falta de trigo que se traduce en un fuerte aumento del precio del pan. “Para decirlo en criollo, el Gobierno está cosechando lo que sembró en los últimos años con sus intervenciones a los mercados agropecuarios, en especial, los del trigo y de la carne”, dijo al respecto el presidente de la entidad, Eduardo Bagnis.
“La gente no entiende por qué los productores sembramos poco trigo si su precio es actualmente un 60% más alto que el de la soja, pero no saben esa alza es totalmente coyuntural y como consecuencia de la intervención que el Gobierno viene realizando sobre los mercados agropecuarios en los últimos años”, afirmó Bagnis, para recordar que en la campaña pasada se sembró la menor área en 100 años porque el productor no sabía cuánto iba a valer su trigo, si iba a tener una quita de precio como ocurrió en las anteriores campañas o si directamente iba a tener a quién entregarle su producción.
A su juicio, esto derivó en una caída del área sembrada, primero, y ahora en los stocks disponibles para molienda, situación que se tradujo en un inesperado aumento de precios, “tal como ocurriera con los valores de la hacienda y la carne vacuna. Tuvimos que perder 12 millones de cabezas para que hubiera una revalorización de la hacienda de cría. Pero esa mejora también fue momentánea, ya que la caída del consumo empuja ahora los precios a la baja y se está volviendo a la liquidación de vientres”.
Se refirió también Bagnis a la reciente cancelación de una importación de trigo desde el Uruguay, para poder abastecer a mejor precio a los molinos. “Guillermo Moreno paró la importación porque no tiene manera de explicar porqué Argentina, que en su momento fue conocido como el granero del mundo, hoy no produce lo suficiente para el consumo interno”, concluyó.

PUNTAL