Las condiciones de baja humedad en el suelo, el retraso de las lluvias y la situación del mercado alientan a los productores a la siembra de la oleaginosa. En el departamento Río Cuarto se acentúa la tendencia.
A medida que pasan las semanas y las lluvias se siguen demorando, las motivaciones para apostar a la soja ganan cada vez más terreno, de la mano de un esquema de rentabilidad que sigue jugando en favor de la oleaginosa y en detrimento del maíz, por ejemplo.
De este modo, al sumar los factores climáticos y los económicos los productores advierten cada vez más que en la campaña gruesa, que sigue en la gatera esperando que llueva, habrá un crecimiento de las hectáreas destinadas a soja y un retroceso en aquellas ocupadas con maíz. Así lo advirtió la primera estimación de siembra de cultivos de verano realizada por la Bolsa de Cereales de Córdoba.
En números, esto implicaría que la superficie destinada a la oleaginosa se expandiría un 3,2 por ciento con respecto a la campaña anterior y alcanzaría unas 4,77 millones de hectáreas frente a las 4,62 de la 2012/2013.
«El sector incrementaría la superficie destinada a la oleaginosa en 145.598 hectáreas, lo cual significa un crecimiento del 3,2%. En cambio, las intenciones de siembra del cereal disminuyen en un 0,7% (11.660 hectáreas)», destaca la Bolsa al referirse a los dos cultivos mayoritarios.
En la campaña 2003/2004, hace una década, se destinaron 3,93 millones de hectáreas productivas en la provincia a la soja.
Entre las zonas que mayormente explican la extensión del área sembrada con soja se encuentran los departamentos Río Cuarto, General Roca, Juárez Celman, Marcos Juárez y Unión. En estos mismos lugares, aunque en manor proporción, caería el área maicera.
«La campaña 2013/2014 presenta mayores costos de producción y menores precios tanto para maíz como para soja. Si bien el precio a cosecha (posición mayo ´14 en el Mercado a Término de Rosario) de la oleaginosa, se espera, sea el menor de las última cuatro campañas y se ubique en torno a los U$S 290 por tonelada, el incremento en el área obedece a que, en comparación con el maíz, sus costos de producción son menores. Por lo tanto, en este contexto ajustado, el riesgo que asumiría el productor es menor», explica la Bolsa de Cereales.
Motivos económicos
En este sentido, los últimos informes sobre la ecuación económica que se fueron difundiendo en las últimas semanas establecen que en campos arrendados los márgenes son negativos en casi todas las zonas para el maíz y que son, en otras, levemente positivos para soja. Pero además, se advirtió que incluso en campo propio el maíz puede arrojar saldo en rojo por los elevados costos de producción.
Por eso una de las consecuencias de este nuevo escenario fue que los alquileres en quintales de soja hayan caído a unos 8,5 para el departamento Río Cuarto, cuando en campañas anteriores alcanzó casi dos quintales más.
Sin embargo, y pese al ajuste en el valor de arrendamiento, los números no cierran en muchos casos. La semana pasada se conoció que en la región el 30 por ciento de los campos en alquiler aún no cerraron trato. Es decir, que uno de cada tres lotes disponible para arrendar aún no se sabe si terminarán en producción.
Con respecto a la superficie destinada a maíz, se estima que habrá 1,61 millones de hectáreas en la provincia frente a los 1,63 millones de la campaña anterior lo que implicaría un retroceso en el área destinada al cereal del 0,7 por ciento.
Los cultivos en el país
Según el último informe del Sistema Integrado de Información Agropecuaria dependiente del Ministerio de Agricultura de la Nación, esta es la situación de los diferentes cultivos en el país:
Maíz. Finalizada la cosecha 2012/13, se demora el inicio de las siembras correspondientes a la campaña 2013/14, como consecuencia de la falta de humedad.
Girasol. Avanzó algo la siembra en el Chaco y norte de Santa Fe, iniciándose en Rafaela.
Trigo. Si bien se produjeron lluvias, las mismas no modifican la situación de escasez en el perfil. Situación comprometida en casi todas las zonas, excepto en la mitad sur de Buenos Aires. El 95% de la superficie se encuentra macollando, en tanto un 4% está en espigazón y una mínima parte comienza a llenar grano. Se califica como en Muy Buen estado al 3% del área, Bueno al 73%, Regular al 17%, y Malo al 7%.
Cebada. Por concentrarse este cultivo en el sur bonaerense, su estado es bueno en general.
La década del yuyito
Hay un abanico de razones que explican el gran desarrollo del cultivo de soja en la Argentina. Hay un mercado internacional que especialmente fogoneado por China propone una fuerte demanda de la oleaginosa. Eso llevó a levantar los precios especialmente desde 2002 a la fecha, triplicando su precio en dólares. A su vez, a la hora de pensar en la siembra, los costos comparados con los del maíz son altamente competitivos y luego, pensando en el desarrollo de la planta, es mucho más resistente a las condiciones climáticas adversas. Un combo perfecto, tres pilares fundamentales. Pero resta uno: el crecimiento económico nacional puede encontrar en la soja un factor destacado en la última década. Vía retenciones, el estado nacional se queda con uno de cada tres camiones que llegan a puerto. Se convirtió así en un ingreso determinante para explicar el crecimiento argentino desde 2003 a esta parte y para respaldar el gasto público, en los tres niveles del Estado.
Gonzalo Dal Bianco – PUNTAL