El problema que hoy tiene la ganadería argentina es un aumento constante en los costos de producción, mientras que el precio del kilogramo del novillo en pie y de los terneros de invernada experimentó una baja significativa.
Este desaliento productivo, sumado a la sequía que están sufriendo las zonas de cría del país -que obliga a bajar la carga animal- se ve claramente reflejado en la mayor cantidad de animales que se venden para faena con respecto a otras campañas.
Si comparamos la faena del primer semestre del 2013 con el mismo período del 2012 (ver Infografía ), el aumento es del 12,3%.
Lo que debemos destacar en este punto -para que el “relato” no le eche toda la culpa solo a la sequía- es que si el productor tuviese buenos márgenes no vendería parte de su rodeo, ya que podría afrontar esta inclemencia climática con rollos y suplementación granaria.
En este crecimiento de la faena, de los 681.755 animales faenados de más, el 70% (alrededor de 460.000 cabezas) corresponden a hembras. Este aumento de la participación de hembras en la faena (son alrededor del 43%) y sobre todo de la categoría vaca (supera el 10%) pone una clara señal de alerta ante el inicio de un nuevo ciclo de liquidación.
Otro de los puntos que nos lleva a pensar que este ciclo ya está presente es la proyección que puede hacerse de la faena final de 2013. Si persiste la tendencia de aumento de la faena del primer semestre -el 12,3%-, a final del año 2013 se estarían faenando más de 13 millones de cabezas.
Con esta faena posible y proyectando una producción de terneros de 13,3 millones -calculamos que habrá un 62% de destete promedio, cuando en realidad por la sequía en las zonas de cría, aún puede ser menor-, entraríamos en un nuevo ciclo de disminución del stock bovino.
De cumplirse esta proyección de faena y teniendo en cuenta los actuales índices ganaderos (kilogramo gancho, producción de carne, consumo per cápita y exportaciones) la sobreoferta de carne en el mercado interno será de 231.551 toneladas, lo que seguirá deprimiendo el precio de la hacienda.
En síntesis, podemos decir que el aumento de los costos y la baja en el precio de la hacienda son factores que desalientan la producción ganadera. A causa de esta realidad, y por la sequía que sufren la mayoría de las zonas de cría, aumentó el número de cabezas en la faena. Si sigue esta tendencia y teniendo en cuenta la producción de terneros, el país perderá este año alrededor de un millón de cabezas de su stock de bovinos.
Además, esta sobreoferta del mercado de animales a faena y las restricciones vigentes para las exportaciones produce una sobreoferta en el mercado interno que contribuye a mantener planchado el precio de la hacienda.
La solución sería sacar el excedente de carne mediante la exportación. Los embarques proyectados para el año 2013 son de alrededor de 206.000 toneladas, pero deberían exportarse 438.000 toneladas, más del doble.
Por Néstor Roulet, para CLARÍN