En la lista de plantas con autorización para vender en el país no figura ninguna argentina. Según la cámara que agrupa al sector, se trata de una “nueva barrera no arancelaria”.
El Ministerio de Industria de España publicó la semana pasada en el Boletín Oficial la lista de las plantas de biodiésel con autorización para vender en el país: no figura ninguna empresa argentina. Según un comunicado de Carbio, la cámara que agrupa al sector en la Argentina, las 42 plantas autorizadas son todas europeas.
De acuerdo con Carbio, “algunas de las plantas argentinas que se presentaron a la convocatoria fueron excluidas alegando razones administrativas injustificadas mientras que a otras se las excluyó sin estas excusas, alegando que no suman el puntaje necesario en un rating que aparentemente realiza el Ministerio de Industria Español pero que nunca aclaró en base a qué parámetros se adjudican los puntos”.
La interpretación de Carbio, que analiza tomar acciones legales, es que se trata de “una nueva barrera no arancelaria” contra la Argentina. “Todas las plantas remitieron en tiempo y forma la documentación solicitada por la autoridad de aplicación española”, informó la cámara.
Antes de la estatización por parte del Gobierno de la mayoría de YPF en manos de Repsol, España importaba biodiesel de soja argentino por más 800 millones de dólares al año. La decisión española que recién se conoce se suma a la suba de aranceles acordada la Unión Europea contra el biodiésel argentino. Los tributos que pagan los exportadores argentinos para entrar en Europa suben hasta un nivel de entre 22% y 26%, lo que les provocará pérdidas de hasta US$ 1.000 millones.
La Unión Europea (UE) negó que esos aranceles constituyan una “represalia” contra la Argentina y comunicó que debían interpretarse como una decisión que “se enmarca dentro de los procedimientos de defensa comercial previstos y admitidos por la OMC”. La UE negó que las medidas que llamó de antidumping tengan conexión alguna con la expropiación de las acciones de la española Repsol en YPF, “o con cualquier otro caso contencioso comercial que pueda existir entre la UE y Argentina”, en referencia a las tensiones abiertas por las trabas comerciales que imperan en la Argentina y que los enfrenta en la OMC.
La disputa comercial se inició en mayo con los reclamos de los productores europeos por el bajo precio del biodiésel argentino. En forma provisoria se aplicó entonces un arancel de entre el 6% y el 10%, un cambio que produjo una brusca caída en la actividad.
De enero a agosto, según revela un estudio de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales, la producción de biodiésel cayó 39,7%, y las exportaciones, 58,4%. “El delicado panorama del sector –concluye el informe– se debe al conflicto comercial con la Unión Europea, que en 2012 representó casi el 90% de los envíos de nuestro país”.
CLARIN
Facebook
Twitter