El analista agrícola Jorge Ingaramo consideró que eliminar todas las retenciones extrapampeanas, lo que abarca a las economías regionales, cuesta unos 170 millones de dólares.
“La eliminación de todas las retenciones extrapampeanas cuesta 170 millones de dólares; nada. No sé si hay alguien que piensa en el sector agropecuario con propuestas, porque si hacen números, se darían cuenta que uno puede acomodar prácticamente todas las retenciones pampeanas y eliminar las extra pampeanas”, señaló.
Planteó además que se pueden “liberar todas las exportaciones excepto el trigo hasta que no se sepa bien cuánto hay, y dar un pequeño reintegro al valor agregado agroindustrial que existía hasta la época de Roberto Lavagna que lo sacó, más un par de otras medidas”. “Todo ese paquete cuesta 700 millones de dólares, pero se lograría promover todas las exportaciones regionales. Es un plan muy simple, de sentido común. ¿Cuánto recauda el Gobierno por cada punto de la retención de soja? 288 millones de dólares. ¿Cuánto perdería si hace este plan? 740 millones de dólares. O sea, 3 puntos de la recaudación de la soja. No parece algo tan oneroso”, analizó.
En diálogo con el programa “Siempre que llovió, paró” que se emite por radio Colonia dijo que “uno puede coleccionar metas y objetivos, pero eso ya lo vimos con el PEA (Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial). Lo que hay que hacer es tomar medidas, y estas son de sentido común”, precisó.
Tras destacar que el Gobierno necesita un puente hasta mayo, cuando entran divisas de la soja y que necesita estimular las exportaciones, Ingaramo reconoció que el Ejecutivo deberá jugar fuerte a la renta agraria ya que no tiene otra fuente de recursos.
“La presidenta dijo que irían al mercado internacional pero no fueron. Entonces, si el puente no es la deuda, porque Axel Kicillof no quiere endeudar al país, porque la presidenta no quiere endeudar al país, entonces el único puente que queda hasta que reaparezcan los combustibles para exportar, es el campo porque no conozco otra fuente de riqueza, y esa fuerza se puede equilibrar con muy poco”, expresó.
Para Ingaramo, “el costo fiscal de estimular toda la economía agropecuaria argentina no es elevado, siempre que uno no incurra en tocar la soja, porque acá somos todos soja- dependiente”, manifestó.
Consultado sobre la posibilidad de llevar adelante este plan, evaluó que “si han tenido el coraje de devaluar a una tasa que anualizada da 115%. ¿Entonces? ¿Qué pasa? Si el Gobierno controla un poquito la base monetaria y el dólar futuro se confirma el valor de 7,89 pesos en mayo para el ROFEX, la campaña agrícola 2014-2015 puede ser una regia campaña”.
En este sentido, estimó que será buena “porque mejora la competitividad, que viene de la devaluación, de la brusca tasa de devaluación, gradual, pero brusca finalmente, que está haciendo el Banco Central, y que ha habilitado que haya un dólar futuro que más o menos compense la producción agropecuaria y estimule las exportaciones. Esa es la única noticia buena que tenemos”, sostuvo.
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