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Estiman que el precio de la novillada llegó para quedarse

Productores e industriales consideran que los valores siguen retrasados y que será el consumidor el que dirá “basta” y no convalidará más aumentos. Pero el mercado seguiría firme por varias semanas más y esperan que la  mejora llegue también a los criadores. Recién a mediados de año aumentará la oferta de hacienda y se estabilizarían los precios

La hacienda liviana de consumo acumula en estos días una suba cercana al 50% con respecto al promedio de diciembre, incremento que sorprendió a la mayoría de los operadores. Consumada esta recuperación de precios que venían retrasados con respecto a la inflación, productores y empresarios de la industria frigorífica consideran que aún hay espacio para algún aumento más y que en las carnicerías seguiría creciendo hasta que el consumidor deje de convalidar estos aumentos.

Así se pronunciaron el periodista y analista de mercado ganadero Ignacio Iriarte, para la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA); el presidente de la Sociedad Rural de Río Cuarto, Javier Rotondo, y el gerente del frigorífico exportador Mattievich y directivo del IPCVA, Jorge Torelli.

Iriarte analizó en un informe difundido esta semana los cambios que se vienen dando en los precios del ganado para faena y los motivos del faltante de oferta y también destacó que los precios de la invernada siguen atrasados. Dijo que “el incremento” de los precios “sorprendió a la mayoría de los operadores, pese a que el feedlot venía avisando que se estaba vaciando, pero pocos le hicieron caso”.

“Los exportadores, por su parte, venían descontando que la camada abundante de novillos del segundo semestre del año pasado se iba a cortar a principios del 2019”, señaló al afirmar que se reduce la oferta.

La suba del valor “de la vaca conserva y del novillo pesado ha sido mucho menor, pero con un tipo de cambio estancado esta alza en dólares se está llevando la mayor parte de las ganancias que tenían hasta hace pocas semanas la mayoría de los frigoríficos exportadores”, sostuvo.

“Si la hacienda sube y el maíz, de la mano del dólar, permanece estable, comienza nuevamente a ser rentable transformar grano en carne, de cara a una cosecha muy importante de maíz y con silajes que están dando rendimientos muy altos”, añadió Iriarte.

Expresó que “si va a haber mucha disponibilidad de alimento, es muy probable que muchos productores mixtos compren terneros para engordar, ahora que la relación carne/grano, en pocas semanas, ha pasado de 10 a 1 a 13 a 1”.

Además agregó que “el auge de la recría explica en parte el bache de oferta de ganado gordo liviano: en los datos de faena se observa en los últimos meses una caída importante en la matanza de terneros machos y hembras”.

“Hay menos hacienda gorda liviana -cuyo faltante es lo que más le duele al mercado- en buena medida porque el productor está haciendo menos kilos a grano y más kilos baratos a pasto, a favor de una primavera y un verano excepcional”, consignó el especialista.

Visión ruralista

Para Javier Rotondo, presidente de la Sociedad Rural de Río Cuarto, lo que pasó en los últimos meses con el precio de la hacienda es un proceso lógico de reacomodamiento de la novillada a valores de esta “economía distorsionada e inflacionaria que tenemos. Los valores estaban muy retrasados y siguen retrasados, se sabía que tenía que pasar y probablemente continúe por algunos meses”.

“Los feedlot habían bajado el porcentaje de ocupación y lo que es el engorde en general estaban afectados por el costo del maíz, que quedó muy caro por la sequía de la campaña anterior. Esto forma parte de una serie de factores que hicieron que la oferta mermara”, afirmó, a lo que se sumó un cambio en el hábito de consumo donde el argentino empezó a consumir más carnes sustitutas, como la de cerdo y la de pollo. “Es histórico que por primera vez en muchos años la sumatoria de carne de pollo y cerdo le ganan a la vaca en el consumo per cápita, lo cual es bueno porque habla de una mutación en los hábitos de consumo, que por otra parte deja margen para que siga creciendo la exportación de carne vacuna”, señaló.

En esto consideró que hay que ver cómo se reacomoda el mercado interno, ya que somos un pueblo altamente consumidor de carne. “Pero si vos hacés un análisis de los últimos dos o tres años, donde la carne apenas aumento la mitad, prácticamente de la inflación. Con un aumento generalizado de casi el 200%, la carne no llegó al 100%”.

A su juicio esta tendencia de recuperación va a durar, no cree que haya una baja significativa en los próximos meses. “Marzo es un mes crítico para el consumo interno, donde la familia come menos carne porque hay otras prioridades, como el comienzo de las clases. Y por otro lado puede haber un pequeño aumento en la oferta de hacienda porque se avecina una muy buena cosecha de maíz que, al haber mayor oferta de este insumo, bajarán un poco los precios y mejorará la oferta”, dijo Rotondo.

“Por ahora, repito, el reacomodamiento seguirá porque la oferta sigue siendo escasa, los engordes están vacíos y el consumo, aunque afectado por la situación económica, sigue siendo firme, no cayó abruptamente, lo que es bueno para los ganaderos que estaban esperando esta recomposición”, precisó.

Advirtió, sin embargo, que esto no favorece todavía a todos los productores, sino que, por ahora,  la disfruta el engordador pero no llegó al criador. “La invernada no está siendo traccionada por el ritmo de subida del gordo. La ecuación sigue siendo muy positiva para comprar, a pesar de que la oferta todavía no es importante. El mes próximo recién entraremos en la zafra de terneros. Se están comprando terneros de invernada por debajo del valor de un novillo de consumo. El gordo vale 70 pesos y hoy se está consiguiendo invernada por debajo de 65. Entonces se favorece la reposición. Esperemos que con la nueva cosecha se aumente la oferta de maíz y aumente la demanda de terneros para que mejore también la situación del criador, que siempre fue el eslabón más frágil de la cadena”.

Descartó, por lo pronto, que pueda haber una movida importante a la baja. “Tendría que haber una crisis de consumo muy fuerte, que no se prevé en el horizonte. Al contrario, todos apuntan a que en los próximos meses de estabilizará la actividad económica por el año electoral y eso sería bueno para los consumidores y para los productores”, concluyó.

La industria

Coincidiendo con la visión de Rotondo, el gerente del frigorífico exportador Mattievich, Jorge Torelli, miembro del directorio del IPCVA, dijo que hay que tener en cuenta que tanto la carne cuanto el precio de la hacienda venían creciendo por debajo de la inflación, y que algunos eslabones de la cadena, como la ganadería de cría, estaba mucho más retrasado que el resto.

“Esto generaba un gran desánimo entre los productores y por eso creo que esta recuperación era inevitable, porque ni el productor ni el feedlotero podía aguantar el mayor aumento de los costos de producción, y eso empezó a retraer la oferta. Normalmente en diciembre hay un aumento de la presión de la demanda sobre la oferta y las empresas tratan de no vender tanto para no generar más impuestos sobre el final de año y eso se traduce en una retracción de la oferta”, explicó.

Señaló que eso presiona sobre los valores y se disparan los precios, fenómeno que –a su juicio- este año ocurrió un poco más tarde. “En la mayoría de los casos, es una compresión de los precios hacia abajo, llegando a límites que son increíbles, acompañados por un aumento del consumo, y después, con la llegada de las lluvias se complica el ingreso de animales en los mercados, sobre todo el de Liniers, se retrae la demanda y se producen estos aumentos que llamaríamos ‘zafreros’ o compulsivos, porque aumenta de golpe y ahora podría seguir aumentando hasta mediados de marzo, al menos, hasta que el consumidor no convalide mayores aumentos en las góndolas, teniendo en cuenta la situación general”, afirmó, incluyendo en esto no sólo a la carne sino a las tarifas y otros alimentos que aumentaron mucho más que la carne.

“La carne es un producto de impacto. Si uno quiere hacer un impacto fuerte tiene que anunciar un aumento de la carne. Si decís que aumentó el yogurth de vainilla, no pasa nada, se olvida. Pero ahora todo aumentó un 100% y la carne aumentó 8% en enero y ahora en febrero parece que seria un 20%/30% o  más. Con esto se alcanzaría o superaría la inflación, pero después siempre viene una meseta, de cierta estabilidad, después aumenta otro poco y nuevamente se mantiene estable”, enfatizó Torelli.

Consideró finalmente que esta situación no incidiría en las perspectivas de exportación. “Para nada. El consumo no compite con la exportación. Tenemos un consumo que se mantiene en 55/56 kilos por habitante y por año, la producción de carnes superó los 3 millones de toneladas, gracias a Dios y por primera vez en muchos años, de las cuales el consumo interno fue del 75% y la exportación, que fue del 25% de ese total, se lleva un producto que al consumo interno no le apetece”, indicó el directivo del IPCVA.

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