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La producción láctea argentina apenas creció 3,3 por ciento en los últimos 11 años

Se mantiene en niveles similares a los de 2008. Por la reducción del poder adquisitivo, el consumo anual por cabeza cayó a 177 litros en 2019 desde los 214 litros del año 2012.

 

La producción argentina de leche creció en los última once años (2008/2019) apenas 3,33 por ciento y se mantiene en 10.343 millones de litros, mientras que el consumo anual por cabeza alcanza a 177 litros anuales, un 12,81 por ciento menos que en 2018, consignó un informe elaborado por los técnicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), sobre la base de los datos que aportó la OCLA (Oficina de Control Comercial Lechero).

En el trabajo, preparado por Patricia Bergero y Alberto Lugones  de la BCR, se asegura que el sector lácteo presenta “un fuerte estancamiento que viene de finales de la década de los noventa, período en el que disminuyó cantidad de empresas, pero la producción se mantuvo constante y las exportaciones y el consumo per cápita se redujeron.

La producción de leche se mantuvo constante, principalmente porque a lo largo del período 2008-2019, pese a las variaciones de producción, entre el inicio y el cierre del intervalo histórico analizado sólo se creció un 3,33%.

En el período 2000-2016, países limítrofes como lo son Uruguay, Brasil y Chile, crecieron todos más de un 40% en cantidad de litros, incluso Chile aumentó su producción más más del 70%.

El 80 por ciento del sector lácteo nacional orienta su producción al consumo interno y 20% a las exportaciones. En ese sentido, el consumo doméstico (determinado en gran parte por el nivel de ingreso nacional) y la demanda externa son dos de los principales determinantes de la producción en el país, además del precio de los lácteos que determina la rentabilidad tambera.

La producción de leche a nivel nacional, según datos de 2017, está distribuida geográficamente en tres provincias principalmente, Córdoba (37%), Santa Fe (32%) y Buenos Aires (25%), que representan una participación del  94% del total a nivel país. En tanto que, de los 11.326 tambos existentes en ese mismo año, el 35,1% estaban ubicados en la provincia de Santa Fe, 30% en Córdoba, 22,1% en Buenos Aires y 7,6% en Entre Ríos.

El panorama es más claro si se realiza una comparación con otros países. Según datos brindados por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), en el período 2000-2016, países limítrofes como lo son Uruguay, Brasil y Chile, crecieron todos más de un 40% en cantidad de litros, incluso Chile llegó a crecer más del 70%.

La producción total para 1999 fue de 10.329 millones de litros, mientras que en 2019 fue de 10.343 millones de litros. Con lo cual podría afirmarse que el crecimiento entre 1999 y 2019 es del 0,13.

En este sentido, la cantidad de unidades productivas de leche en Argentina evidencia un retroceso entre el inicio y el final del período estudiado. En 2008, 11.542 establecimientos producían leche en Argentina para contabilizar en 2018 los 10.722 establecimientos, 820 establecimientos menos. Aunque hasta 2012 se observó una tendencia alcista, cuando se contabilizaron 12.003 establecimientos, pero desde ese momento a la fecha el cierre de unidades productivas no dejó de descender.

En  2018 el sector lácteo en Argentina representó la quinta Cadena Agroalimentaria (CAA) (dentro de un listado de las 31 cadenas que componen el sector agroalimentario argentino) en cuanto a aportes al Valor Agregado (VA), sólo por detrás de los aportes de las cadenas de la soja, la bovina, del maíz y del trigo.

Este aporte representó aproximadamente el 1% del PBI en términos de Valor Agregado. Además, fue la tercera CAA si es que se toma el Valor Bruto de Producción (VBP), sólo superado por, nuevamente, el complejo de la soja y del sector bovino.

En cuanto al consumo interno, para todo el período (2008-2019) es equivalente a 200 litros de leche por año aproximadamente. En 2019 se registra una fuerte reducción en las cantidades consumidas por los habitantes del país con caídas del 5.9%, respecto al año anterior y del 12.8% en relación con  2008.

A partir de los 214 litros de leche per cápita por año del año 2012, el consumo cae por debajo de los 200 litros y, con la excepción del 2015, los valores no logran superar dicho registro, para alcanzar en 2019 a los 177 litros por cabeza y por año.

Las importaciones representan menos del 10% de las toneladas exportadas. El mismo resultado puede apreciarse en cuanto a los ingresos/egresos de dólares por transacciones con el exterior.

 

Exportaciones e importaciones

 

Las exportaciones también sufrieron una reducción de aproximadamente el 20% en cantidades de toneladas y de un 32% en cantidades de dólares ingresados al país. Mientras que en las importaciones, el volumen vario mucho de año a año, aunque  en el período 2008-2017, las compras externas de lácteos crecieron solo sólo un 3,2%.

Pero las importaciones finales serían mayores en un 9,95% al volumen promedio importado en estos diez años (13.992 toneladas). Además de ello, importar 15.384 toneladas en el año 2017 significó un desembolso 25% mayor que lo gastado en 2008 para importar 14.901 toneladas de productos lácteos.

Por último, cabe destacar que esta cadena agroalimentaria es estructuralmente superavitaria en cuanto a su balanza comercial. Las importaciones representan menos del 10% de las toneladas exportadas. El mismo resultado puede apreciarse en cuanto a los ingresos/egresos de dólares por transacciones con el exterior. Por tales razones, podemos afirmar que el sector es un generador neto de divisas para el país. (Noticias AgroPecuarias).