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El caso Vicentin y las medidas del Banco Central deterioran la confianza de los productores

El índice “Ag Barometer Austral” reveló el impacto de las decisiones del Gobierno sobre la actividad agropecuaria.

 

El Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral publicó la actualización del índice “Ag Barometer Austral”, que expone la confianza de los productores durante el mes de junio 2020.

Este índice tocó valores mínimos desde que comenzó su cálculo en 2018: “A partir de julio de 2019 comienza un proceso de persistente caída que parece no haber encontrado un piso aún”.

El sondeo refleja que el 86% de los productores muestra preocupación por la situación de la empresa Vicentín: “Un 60% manifestaron que esa medida tendrá un efecto negativo o muy negativo sobre el futuro de sus negocios agropecuarios”.

“Los productores continúan manifestando preocupación por su situación presente, a la vez que se siguen deteriorando las expectativas que tienen sobre el futuro. Prácticamente 90% de los productores vislumbra que los próximos 12 meses serán financieramente malos tiempos”, destaca el relevamiento de la Austral.

Se suman las restricciones impuestas por el Banco Central al acceso de divisas para pagar importaciones que han impactado negativamente sobre precio y condiciones de compra de insumos.

La encuesta toma respuestas de 400 productores cuyo valor bruto de producción es igual o mayor a US$ 200.000 anuales. Se tienen en cuenta las actividades agrícolas (soja, trigo, maíz y girasol), como así también la ganadería de carne y el tambo.

 

¿Qué pasa con Vicentin?

 

La visión y opinión de los productores agropecuarios sobre el caso Vicentin fue de “mucha preocupación”. “Los productores vislumbran un impacto negativo en sus propios negocios agropecuarios, por la posibilidad de intervenciones que terminen afectando la dinámica y transparencia del mercado”, señalan.

Desde el Centro de Agronegocios y Alimentos, se pidió a los productores que manifiesten tres palabras que les dispara la situación: “preocupación”, “incertidumbre” o “desconfianza”, fueron las tres expresiones que reflejan que a los productores les cuesta mensurar el impacto de la intervención sobre la cadena en general y si esta será una estrategia gubernamental que pueda replicarse en otros casos.

Asimismo, muchas de las palabras que los productores expresaron están vinculadas a los derechos de propiedad y la ruptura del marco jurídico-legal, tales como “ilegal”, “inseguridad”, “avasallamiento”, “inconstitucional” o “atropello”, lo que manifiesta la preocupación sobre las condiciones de negocio en general en el país a largo plazo.

El AG Barometer detalla que “es necesario esperar el devenir del conflicto, para ver si efectivamente se concretan los hechos tal como se planteó originalmente o bien existe alguna alternativa morigerada. Más allá de estas variaciones, el anuncio de la propia medida ha sido un factor generador de incertidumbre para las perspectivas de negocio de los productores”.

 

Mayores restricciones cambiarias

 

El informe también hizo foco en las medidas del Banco Central que, desde el mes de junio, endureció las condiciones para el acceso al mercado de cambios para cancelar importaciones.

“El agro es un sector fuertemente dolarizado, por lo cual, esto tuvo un impacto sobre el precio, la disponibilidad y las condiciones de financiación del sector. Los productores han visto alzas en los precios de los insumos, o bien un endurecimiento en las condiciones comerciales”, refleja el AG Barometer.

También han cambiado las condiciones de financiamiento, con muchos proveedores que venden exclusivamente en dólares y recortaron el financiamiento en tasas en pesos, a la vez que también se limita la disponibilidad en muchos insumos.

“En el mismo sentido, el Gobierno puso el foco en las liquidaciones de exportaciones, y esto llevó a que los compradores locales -que venían dando la posibilidad de no ‘pesificar’ los negocios de grano entregados mientras pudieran manejarlo- comenzaran a pedir el cierre del tipo de cambio. No obstante, alrededor del 60% de los productores manifestó no tener este tipo de negocios, y entre los que tenían los mismos, solo 14% tuvieron que pesificar”, se detalla desde la Universidad Austral.

 

Los márgenes de la próxima campaña

 

Los especialistas consultaron a los productores sobre las perspectivas de márgenes para la próxima campaña, comparándolo con la misma respuesta que daban hace un año. En este caso, los números del deterioro son considerables.

En maíz, alrededor de la mitad de los productores ve números cercanos al costo de producción (comparado con sólo el 22% de un año atrás), y apenas un 34% ve márgenes buenos o muy buenos (contra un 76% de un año atrás). Algo similar ocurre en soja, con el 57% de los productores observando rendimientos cercanos al costo de producción (frente a un 35% de un año atrás). En ambos cultivos, alrededor del 25% de los productores vislumbra rendimientos malos. En trigo pasa algo similar, con casi la mitad de los productores viendo rendimientos que equiparan el costo de producción.

“Evidentemente, si bien hace un año existía un problema de financiamiento, con tasas en pesos que estaban considerablemente altas, hay un mix de factores presentes en 2020 que han empeorado las condiciones económicas de los productores. El cambio en las alícuotas de retenciones, más el desdoblamiento cambiario que encarece mucho la dolarización de la liquidez, y finalmente las últimas medidas respecto a la restricción de compra de dólares para importación, que deterioran el precio y las condiciones comerciales para acceder a insumos, implican un ajuste severo en los márgenes y el negocio de los productores en términos generales”, concluyen los especialistas.

 

Fuente: Agrofy News