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“Agua bendita”: las últimas lluvias llevaron un poco de alivio al campo

Durante la semana entre el 19 y 26 de octubre se registraron importantes precipitaciones de manera generalizada en la provincia, luego de meses de déficit hídrico.

 

 

Después de varios meses de sequía que golpearon duramente a la cosecha gruesa en el departamento Río Cuarto y malogró los cultivos invernales, la lluvia dijo presente, transformándose en un alivio para los productores que se preparan para la siembra de maíz.

Algunas zonas del sudoeste provincial llevaban más de 200 días sin lluvias importantes. Por eso las abundantes precipitaciones registradas entre el sábado a la tarde y la madrugada del domingo fueron un gran alivio para los sectores productivos, que veían los pocos lotes de trigo sembrados ya casi perdidos y las chances de comenzar con el maíz temprano, extinguiéndose. La ventana para apostar al cereal ahora comienza a cerrarse y por eso las precipitaciones del fin de semana servirán para acelerar ese proceso e incorporar algunos lotes más.

Los pluviómetros marcaron alrededor de 65 o 70 milímetros en Río Cuarto y marcas más abundantes en la zona de Bulnes, Tosquita y Moldes, los tres por arriba de los 110 milímetros. Pero esta vez el frente descargó agua en toda la zona y sumó a los escasos milímetros caídos la semana pasada, que en la ciudad apenas había aportado unos 10 milímetros.

Justo después de esa primera precipitación, algunos se animaron a sembrar porque los pronósticos anticipaban frentes de lluvia importantes por delante. Por eso algunas sembradoras recorrieron lotes entre miércoles y viernes de la semana pasada y pudieron contar con esta segunda precipitación, que sin dudas significará un buen arranque de campaña.

Ya la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario había anticipado para la zona núcleo y sus alrededores que “los últimos 10 días de octubre podrían sumar el 90% de las lluvias que muestra la media histórica de este mes. Y esto es una señal muy fuerte de que se estaría quebrando el bloqueo seco que ha acechado a la región en los últimos seis meses. Esa es la gran noticia que estaría mostrando fines de octubre”. Y concluyó: “Las lluvias empezarían a normalizarse, incluso con una “Niña” de fondo”, detalló el trabajo.

El ascenso de la temperatura y, por sobre todo, el regreso de las lluvias configuran un escenario óptimo para que el maíz despegue su tasa de crecimiento. Las precipitaciones también fueron cruciales para que la campaña gruesa arranque con una recomposición de la humedad de los perfiles del suelo y establecer “pisos” de rendimiento. Además, el agua permite que el fertilizante sea más fácilmente incorporado por las plántulas.

 

En el caso del trigo, la situación es diferente porque muchos tienen ya la suerte echada. Si bien la región del sur provincial no es una productora importante, sí hay lotes sembrados y muchos ya perdidos.

 

Fuentes: Puntal y Bolsa de Cereales de Córdoba.