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La sucesión de mensajes erróneos sólo generan confusión y malestar

Columna de opinión de la Sociedad Rural de Río Cuarto publicada en el suplemento Tranquera Abierta de diario Puntal.

 

El presidente Alberto Fernández se ha acostumbrado a generar golpes de efecto contra el campo con frases que, por imperfectas o carentes de veracidad, acrecientan el malestar de los productores y confunden a la sociedad en temas sensibles.

 

Durante el acto de promulgación de la Ley de Educación Ambiental Integral, volvió a tener un “fallido” cuando dijo: “Aquello que cultivamos sin agregar agrotóxicos para hacer una producción alimentaria ambientalmente más valiosa, hace a la salud nuestra”.

 

Ese término tiene una fuerte connotación ideológica y se lo vincula con expresiones de los grupos más radicalizados que cuestionan la agricultura tal como está concebida. En realidad, en el campo no se utilizan “agrotóxicos” sino “fitosanitarios”, que son registrados y aprobados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que es un organismo del propio Estado que funciona bajo la órbita del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación.

 

El Senasa es la autoridad responsable de autorizar o prohibir los productos de uso agrícola o veterinario, al igual que lo hace la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat), dependiente del Ministerio de Salud, con los productos de uso en salud humana y domiciliarios.

 

El Senasa cuenta con un grupo de apoyo interdisciplinario conformado por toxicólogos, ecotoxicólogos, ingenieros agrónomos, médicos, veterinarios, farmacéuticos, bioquímicos y biólogos con el fin de realizar una evaluación de riesgo del producto sanitario para su posterior aprobación para la venta y utilización con o sin enmiendas o correctivos, en un trabajo que puede demandar varios años.

 

De esta manera, con la evaluación suficiente de datos científicos, aprueba un producto cuando se demuestra que “es eficaz para el fin que se destina y no entraña riesgos indebidos a la salud y el ambiente”.

 

Por otra parte, hay un creciente compromiso con las Buenas Prácticas Agropecuarias, siendo la provincia de Córdoba pionera, por lo cual las aplicaciones se realizan con todos los procedimientos de rigor.

 

Además la Provincia dicta cursos de capacitación a operarios de máquinas terrestres de fitosanitarios. Estas instancias de formación, en función de la Ley Provincial 9164 que regula la actividad, son de carácter obligatorias para tramitar el registro de aplicadores para quienes se inician en el rubro, y para la actualización de quienes ya poseen el carné habilitante.

 

Asimismo, los especialistas destacan que Argentina utiliza la mitad de agroquímicos por hectárea que el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).

 

También se coincide en que los riesgos son superiores en el caso del uso domiciliario de algunos productos como piojicidas o insecticidas, para los cuales no hay una capacitación específica a los miembros de una familia sobre su adecuado manejo.

 

Por todo esto, los productores reaccionaron rápidamente a los dichos del Presidente, cuyas frases o acciones inapropiadas e inexactas, no sólo lo llevan a generar malestar con el campo sino también con distintos países como Brasil, México, Israel, entre otros tantos.

 

Sería saludable darle valor a la palabra y no confundir a la sociedad, especialmente en una época de sensibilidad por adversidades sanitarias y económicas, donde se impone el diálogo, la unidad, la recuperación de la confianza y las buenas relaciones internacionales.