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Caída del stock bovino: un alto precio que hoy lo paga el ganadero y mañana el consumidor

Columna de opinión de la Sociedad Rural de Río Cuarto publicada en el suplemento Tranquera Abierta de diario Puntal.

 

En medio de las restricciones a las exportaciones de carne vacuna y sin un marco de previsibilidad que aliente a los productores, el dato de que en un año el stock bovino se redujo en casi un millón de cabezas es preocupante, porque la menor oferta llevará con el tiempo a un aumento de los distintos cortes de carne, castigándose a los dos eslabones más desprotegidos de la cadena: el criador ganadero y el consumidor.

 

De acuerdo con los datos oficiales, en el 2020 se contabilizaron 53.517.534 cabezas, unos 943.265 animales menos en comparación con la etapa anterior a la pandemia.

 

Cabe aclarar que esta reducción del stock se produjo el año pasado, mucho antes de que el Gobierno comenzara a intervenir el mercado con el cierre a las exportaciones, lo cual genera una preocupación mayor.

 

En el ámbito regional, las estadísticas de la UEL Centro del Sur y Comechingones van en el mismo sentido. Si se comparan las campañas de vacunación del 2020 con la del presente año, surge que hay unos 9 mil bovinos menos.

 

En esta zona, el stock venía repuntando lentamente desde el año 2013, aunque siempre muy por debajo de los niveles históricos.

 

Pero la falta de incentivos y reglas claras y factores climáticos derrumbaron como castillo de naipes esta producción. Actualmente hay 118.149 vacunos en la órbita de la UEL, un 8 por ciento menos respecto del año pasado.

 

Los analistas anticipan que, con ese panorama global, habrá mayor presión sobre los precios de la hacienda ante las restricciones en la oferta.

 

De acuerdo con un informe de Rosgan, este año ya comenzó a observarse un faltante, en especial de hacienda en los corrales de engorde que se refleja en la cadena. Aclaró que esto aún no se ha expresado plenamente en la oferta de carne de esta primera mitad del año.

 

Las experiencias del pasado y los números del presente son por demás elocuentes. Con el argumento de bajar los precios en el mostrador, el Gobierno puso cupos en las exportaciones, generando malestar en criadores, tamberos, frigoríficos y sindicatos del sector porque están en juego años de trabajo y esfuerzo y muchas fuentes de trabajo. Y además dejan de ingresar al país unos 100 millones de dólares mensuales.

 

Se sabe que lo que se exporta a China no va al consumo interno. Por eso, la oferta sigue restringida y los precios no bajan, y si lo hacen será de una manera ínfima que en nada ayudará a los escuálidos bolsillos de gran parte de la sociedad.

 

Desde la Rural de Río Cuarto se ha repetido en distintas oportunidades que el camino es a la inversa: hay que fomentar la producción y tener un plan de largo plazo para que haya previsibilidad e inversiones y también carne suficiente para tener más exportación y abastecer el mercado interno.