La extensión del cepo a las exportaciones ya tiene sus secuelas: hay despidos en los frigoríficos, cuyas cámaras están abarrotadas de carne y no pueden seguir almacenando.
Cuando se esperaba el cumplimiento de la palabra presidencial de una reapertura total de las exportaciones de carne vacuna a partir de septiembre, el Gobierno cambió de opinión y extendió el cepo, desatando una inevitable reacción de las entidades agropecuarias, que anunciaron medidas de acción, aunque no se definió la fecha y tampoco la modalidad.
Seguramente esas medidas comenzarán a moldearse en la Sociedad Rural de Río Cuarto, donde los máximos referentes de la Mesa de Enlace confluirán en el acto inaugural de la 87ª Exposición Ganadera de la entidad, que se llevará a cabo este sábado.
En ese sentido ya confirmaron su participación los presidentes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes; Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino; Federación Agraria Argentina, Carlos Achetoni, y Coninagro, Elbio Laucirica.
Y también concurrirá en pleno la Mesa de Enlace cordobesa: Javier Rotondo (Cartez), Agustín Pizichinni (FAA), Alejandro Buttiero (Coninagro) y Alejandro Ferrero (Sociedad Rural).
De hecho, Chemes y Rotondo serán oradores en el acto central junto al presidente de la entidad anfitriona, David Tonello, el intendente municipal Juan Manuel Llamosas y el ministro de Agricultura y Ganadería de la provincia, Sergio Busso.
Tras el anuncio de un plan de lucha, la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, consideró que “no están dadas las condiciones ni hay razón” para un cese de comercialización.
Y convocó al campo a “trabajar en conjunto” para “mejorar la producción”. “Los convocamos a seguir trabajando en medidas estructurales importantes que nos permitan pensar en un Plan Ganadero y una solución estructural para el sector”.
Estas declaraciones suenan a ironía, teniendo en cuenta que el Gobierno ignora a las entidades agropecuarias, marginándolas de las discusiones centrales sobre la actividad, y busca interlocutores que no son representativos del sector.
El malestar es creciente porque con el cepo pierden todos: criadores, consignatarios, frigoríficos, trabajadores, el propio país que resigna ingresos de 8 millones de dólares por día, y los consumidores porque en lo inmediato se pueden morigerar los precios, pero terminarán explotando en el futuro.