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Las “buenas noticias” vienen con “gusto a poco” y en el horizonte sólo hay incertidumbre

El Gobierno piensa en el corto plazo y nadie sabe qué pasará luego de las elecciones. Mientras, el productor ganadero necesita previsibilidad porque su ciclo productivo está atado a 3 o 4 años.

 

 

En su afán de cambiar el humor social tras la derrota en las PASO, el objetivo del Gobierno es brindar “buenas noticias” todos los días hasta las legislativas del 14 de noviembre. En ese marco se inscribe la reunión del nuevo ministro de Agricultura y Ganadería, Julián Domínguez, con la Mesa de Enlace, en la que anunció la liberación de las exportaciones de la “vaca vieja” a China.

 

La medida tuvo “gusto a poco”, según los referentes de las entidades agropecuarias, para quienes “cuotificar la exportación de carne es una mala decisión, no sirve para nada y perjudica no sólo a los productores sino también al país”.

 

El gobernador Juan Schiaretti –el único mandatario de provincia ganadera que no fue invitado a la reunión- reiteró su reclamo de apertura total de las exportaciones y la eliminación de las retenciones, a los granos y a economías regionales como la del maní y la láctea.

 

El campo valora el restablecimiento del diálogo cuando había un escenario de conflictividad con un plan de lucha en “modo pausa”, y también el reconocimiento tácito a la Mesa de Enlace como representación genuina de los productores. Esto se diferencia de la gestión de Luis Basterra, que elaboró un plan ganadero “sin ganaderos” y en pleno cepo.

 

No obstante, queda todo un camino por recorrer y la urgencia política (el cortoplacismo) del Gobierno se contrapone con la previsibilidad y las reglas de juego claras que necesitan los productores ganaderos, cuya planificación tiene que ser de aquí a 3 o 4 años.

 

Y el sector sólo se nutre de incertidumbre porque nada cambió en la macroeconomía para que las máximas autoridades de la Nación pasen de calificar al cepo como “exitoso” a admitir implícitamente el fracaso de esta política y liberar las exportaciones de la “vaca vieja”.

 

Lo único que cambió es el mapa político tras las PASO, donde provincias ganaderas como Entre Ríos, La Pampa, Santa Fe y Buenos Aires sufrieron un duro revés electoral y sus gobernadores dejaron de aplaudir aquella medida para reclamar una apertura.

 

Domínguez tuvo una afirmación contundente de cara al futuro: “Mientras yo sea ministro la exportación no podrá superar nunca el 24% del total de la producción de carne”. De esta manera le “tira la pelota” al ganadero: para exportar más, hay que producir más. ¿Con qué incentivos y qué garantías de que no se cambien las reglas de juego en el medio del proceso?

 

El camino se presenta sinuoso y lleno de obstáculos: nadie sabe qué pasará el día siguiente de las elecciones y cómo se acomodará la coalición gobernante si sufre otra derrota. El peor escenario sería abroquelarse y radicalizar su política con el empuje del ala más dura.

 

Mientras la interna, la puja por el poder y el cortoplacismo dominen la escena, se desvanecen las posibilidades de políticas públicas de largo aliento.

 

(Columna de opinión de la Sociedad Rural de Río Cuarto publicada en el suplemento Tranquera Abierta de diario Puntal).