Facebook
Twitter

Homenaje a un gran periodista

Se fue una gran persona
Un periodista de ley
Y un gran amigo
Alberto Llobell , ¡cómo lamentamos tu partida!

Hoy, estimado lector, llegaste a esta columna esperando encontrarte con el planteo lúcido y certero de temas de actualidad como los que el periodista Alberto Llobell elegía para desarrollar cada semana; y sin embargo te espera el homenaje precisamente a quien jamás faltó a la cita y siempre honró esta posibilidad de contacto.

 

Con su partida, ocurrida el pasado fin de semana, Alberto Llobell nos deja un poco huérfanos a todos; por un lado, se trata de la orfandad sobre cómo decir de la mejor manera lo que buscamos decir; pero también y sobre todo, de esa mirada tranquila, de esa palabra cariñosa de reconocimiento y de ese estar en todo, con ese perfil bajo de casi como no estando, pero diciendo siempre presente en todo.

Alberto, ante todo, fue una gran persona, de principios inquebrantables, algo nada fácil, en esta profesión que tanto tienta en eso de comprar y vender posicionamientos en función de los intereses del momento. Con él nunca pudieron, siempre estuvo firme en lo que creía y en el por qué lo creía de esa manera.

 

Dueño de una capacidad increíble para sintetizar ideas, que luego sostenía tanto en el papel como en la vida, era un periodista de los de antes, de los que se sienten más cómodos con notas tomadas a pulso, y de los que disfrutan de la búsqueda incansable de datos que aporten veracidad a sus planteos. De los que no se permitía emitir una idea sin que estuviera lo suficientemente sustentada y cuando ello sucedía, ocurría la magia: nacía una más de sus columnas impecables, precisas e inquebrantables.

 

¿Sobre qué hubiera escrito Alberto hoy si aún estuviera con nosotros? Seguramente habría hecho algún análisis sobre cómo los delitos de corrupción en nuestro país se resuelven más en relación a simpatías e intereses creados con el poder de turno que, en función de una búsqueda auténtica de justicia y reparación como Argentina y los argentinos nos merecemos. Pero esa será una columna que no va a llegar, al menos ya no desde su pluma y su letra, ambas tan necesarias.

Una forma de despedirlo con honores es recordando, por ejemplo, uno de sus planteos más recurrentes sobre que el verdadero problema de este país es la inflación, ésa que se busca insistentemente ocultar bajo la alfombra: “(…) No es la carne, el maíz o el trigo, es la inflación. (…) La política de precios está en una olla a presión: con dólar pisado y tarifas congeladas, la inflación real se esconde bajo la alfombra. Si no se ataca decididamente este flagelo, la situación puede será más nociva para la sociedad, como el congelamiento de precios que traerá un respiro de corto plazo pero una bomba de tiempo de imprevisibles consecuencias”, nos advertía Alberto incansable desde su columna.

 

Querido Alberto Llobell, Gracias, dicen que nadie es irreemplazable y sin embargo, ¡qué difícil! va a ser seguir adelante sin que estés.

 

Desde la gran familia que es la Sociedad Rural de Río Cuarto acompañamos en su dolor a familiares y amigos de Alberto Llobell, jefe de prensa de la entidad pero, sobre todo, amigo y parte de la casa. Q.E.P.D.