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Los precios de la carne se congelarán sólo en Buenos Aires

Parece que la temperatura del resto del territorio argentino, y eso que ahora refrescó, no va a alcanzar para mantener congelados los precios de la carne más allá de los límites de la provincia de Buenos Aires. El médico veterinario Omar Barlasina que conoce y mucho sobre el tema, advierte que el programa que impulsa el gobierno para buscar morigerar los aumentos en el precio de la carne y mantener su consumo, no va a llegar a todos los rincones del país, sino que se va a poder implementar sólo dónde están las grandes superficies abastecidas por los frigoríficos exportadores, es decir, en Buenos Aires.

“Es una pena que anuncien este tipo de noticias cuando ya saben que acá no vamos a poder contar con esos precios”, advierte Barlasina y explica: “cuando vi titular en el diario inmediatamente pensé, qué lástima que se publican estas cosas que acá en esta zona, no existe forma alguna de que se vaya a cumplir, porque lo que se hizo es un acuerdo con los frigoríficos exportadores, pero solamente va a estar disponible para las grandes superficies en las que ellos mismos tienen carnicería y que acá, en esta zona no están; no existe ninguna posibilidad de que acá llegue eso; entonces se mal informa a la gente y lo único que se logra es confundir a los distintos actores, ya que, una persona puede creer que va a conseguir un kilo de asado a mil cien pesos y no existe esa posibilidad”.

 El programa integral de impulso a la producción y el consumo de carne, presentado por el ministro de Economía, Sergio Massa, para que entre en vigencia el 17 de febrero, establece en uno  de sus puntos, los siguientes precios por kilo, que se deben mantener hasta el 31 de marzo, para siete cortes de carne vacuna: tira de asado $1035, nalga $1375, matambre $1310, vacío $1351, falda $675, paleta $1113 y tapa de asado $1035. Además, y en otro de sus puntos, dispone que exista un reintegro para los consumidores, del 10% del total de las compras que se acreditará en 48 horas con un tope de reintegro de $2.000 por mes calendario, lo que equivale a compras mensuales de $20.000 en las pequeñas carnicerías. El programa también incluye beneficios impositivos para comerciantes y la posibilidad para los productores ganaderos de acceder a subsidios por hasta el 40% del alimento necesario para la terminación de los animales en feedlot.

La medida surgió como respuesta al aumento que experimentaron los cortes de carne vacuna durante el mes de enero, luego de haber tenido el precio planchado durante alrededor de ocho meses. Al explicar el por qué de los aumentos de enero, Barlasina, aclara: después de un montón de meses en que estuvo planchado el precio de la carne vacuna, en un año aumentó un 30% aproximadamente en un país con un 100% de inflación, era esperable que en algún momento tuviera que acercarse al porcentaje de la inflación,  porque es la inflación con la que convive el país y con la que convivimos los argentinos y a la que no se puede escapar”, asegura el médico veterinario.

 

Insistiendo en advertir que la posibilidad de acceder a precios de carne vacuna congelados en estos lares del país va a estar vedada, Omar explica además por qué sería difícil también implementar el reintegro del 10% a los consumidores en los pagos que se hagan con tarjeta de débito: “para que eso se pueda llevar adelante, el carnicero tiene una serie de condiciones que cumplir, por ejemplo estar inscripto en un sistema de mini pymes y es algo que no es tan sencillo, que implica un montón de burocracia, además de que la mayoría no usa posnet por los costos que eso tiene”.

Finalmente y en relación a otra de las intenciones del programa de la gobierno nacional que tiene que ver con la posibilidad de incrementar la oferta de los cortes de carne vacuna en “aproximadamente cinco veces el volumen actual” según reza el documento emitido por la cartera de economía, Omar Barlasina asegura: “ya lo venimos diciendo desde hace mucho desde la Rural de Río Cuarto y desde todas las entidades rurales y los productores, la mejor forma de aumentar la oferta es dejar trabajar el productor libremente, esa es la mejor manera, mientras menos intervenciones haya, seguramente va a haber más carne mientras más intervenciones haya menos carne va a haber; porque, lo que intenta el gobierno cuando habla de incrementar la oferta es volver a implementar una compensación o devolución por el costo del alimento que se gasta en un feedlot, ¿y esto qué quiere decir? que se le piensa reintegrar al productor un 40% del valor del costo de la comida, para lo cual, cada productor se va a tener  que inscribir con cien animales, así que, toda esa logística, quién lo va a armar y cómo se va a organizar. Esto nos hace recordar al viejo pasado de 2008 a 2011 con las compensaciones a los feedloteros que terminó en corrupción, ¿por qué?, porque si no el productor no pagaba un determinado diezmo, no había devolución, yo no digo que esta vez vaya a ocurrir pero que ya ocurrió, es decir, es probar la misma receta que no funcionó, para solucionar la misma enfermedad”. Además y como recuerda Barlasina, esta medida llega en un momento en que se han perdido cabezas de ganado precisamente por las medidas del gobierno nacional, durante cinco o seis meses los productores ganaderos por cada animal que engordaban estuvieron perdiendo $20.000 pesos, lo que hizo que, en muchos casos, no se volviera a comprar animales, para no trabajar a pérdida, y hoy eso se refleja en un importante descenso del stock ganadero nacional. Y, si a eso, le sumamos los efectos de la sequía, como dice el médico veterinario, “venimos de una gran sequía lo que va a complicar aún más toda esta falta de hacienda, va a haber menos terneros engendrados, ya que las vacas por la falta de alimentación están teniendo menos porcentaje de preñez y se sabe bien que para que haya ternero, la vaca tiene que comer y bien, si no come bien, no cela, si no cela, no hay ternero o sea que se ve muy difícil que se pueda efectivamente aumentar la oferta de carne vacuna como promete el gobierno nacional”.

Una vez más se toman decisiones que, al no tener en cuenta, las características de la actividad, y la situación en la que se encuentran los distintos actores implicados, se vuelve muy difícil imaginar la viabilidad de su aplicación. Veremos que dicen los hechos, pero por lo que se ve, y a pesar de que baje la temperatura del ambiente, parece que los precios de la carne de vaca, al menos fuera de la provincia de Buenos Aires, van a seguir calentitos.