Cuarenta años son toda una vida, en este caso remiten a años de capacitaciones y de vivencias de lo más variadas; pero, y sobre todo, de construcción de una red de vínculos que no se olvidan. Si hay algo que fue repetido numerosas veces durante la cena en la que el Ateneo de la SRRC celebró su cuadragésimo aniversario, es que ese espacio, termina inevitablemente transformándose en el segundo hogar de todos los que se suman, y en segunda familia, para quienes lo habitan.
“Siempre destacamos que hay muy pocas agrupaciones juveniles como el Ateneo de Río Cuarto, me atrevo a decir que, en la ciudad, es quizá la que mayor presencia tiene; me acuerdo cuando yo estuve en el Ateneo que éramos referencia a la hora de escribir un reglamento o, por ejemplo, a la hora de mostrar cómo funcionábamos, y eso es muy importante y siempre nos ha llenado de orgullo” destaca Juan Cruz Sereno en uno de los momentos de la noche.
Con la idea de transitar esos cuarenta años de vida a través de los recuerdos y del testimonio de quienes lo mantuvieron y mantienen activo, los anfitriones de la noche, ex ateneístas ambos, Juan Cruz Sereno, Chiche para los amigos, y Martín Sentous, fueron invitando uno a uno, a otros ex ateneístas, a que se subieran al escenario para compartir su testimonio sobre lo que el Ateneo significa en sus vidas. La Revista de la Rural recogió instantáneas de estos testimonios para compartir con nuestros lectores:
Juan Celluci (ex ateneísta en los años 1988-1989)
“Lo más valorable es que se haya continuado sobre esas bases que pusieron algunos allá por el 83/86, eran familias las que venían, y así, con pocas familias teníamos veinte ateneístas y llegamos a ser tantos que tuvimos que cambiar el día de reunión porque ya no entrábamos en el lugar en el que nos juntábamos. Hasta que logramos tener un primer presidente que fue Heriberto Roccia gran amigo en común para todos”. “Yo llegué con 31 años al Ateneo, cuando Hugo Zuza era el presidente de la Comisión Directiva Mayor. Debido al trabajo que realizamos y para premiar al Ateneo, se logró en aquel momento que, cada renovación de comisión, dos ateneístas pasaran a integrar la comisión directiva y eso es se transformó en un estímulo importante que permite saber si la escuela de dirigentes está funcionando o no”. “Por eso les dijo a los jóvenes presentes que ojalá continúen con este trabajo, den ejemplo y logren que muchos más se sumen”.
Javier Rotondo (ex ateneísta 1989-1990)
“El saldo más que positivo es haber tenido la visión, a quien le tocó, de darle alas a los jóvenes de la Rural y permitir que funcionen de manera autónoma, eso fue un salto cualitativo importante, que hizo que dejen de ser los hijos de ruralistas para pasar a ser entidades con identidades propias”. “Y, por supuesto, como siempre digo, existe la inestimable pequeña acción que forma al dirigente, tanto en lo político como en las tareas del quehacer diario de una rural como esta. La mejor manera de transmitir experiencia es subir a una camioneta con un ateneísta para que se vaya formando, ésa es la mejor manera de formar”. “El mayor gesto que puede tener una institución como ésta es contar con un grupo de jóvenes activos, y esta rural además de pregonarlo, lo ejerció y ejerce siempre en los hechos”.
Héctor Daniel Ravera (ex ateneísta 1995-1996)
“A mí me trajo a la Rural el primer encuentro nacional de rurales confederadas que se realizó en esta Rural. En ese tiempo yo vivía en el campo, nos invitaron por ser de la zona de Don Gregorio Ariño. Llegamos acá a ese hermoso encuentro de juventudes rurales y nos llamó muchísimo la atención porque había muchísima gente comprometida con lo que hacían, así que, nos sumamos.” “Para los chicos del Ateneo decirles que realmente sirve participar porque uno se lleva mucho de acá y es importante fomentar ese aprendizaje y transmitirlo a nuestros hijos”.
Ana Vasquetto (ex ateneísta 1997-1998)
“Hoy nos emocionamos mucho todos de vernos. En mi caso, entré con 16 años al Ateneo y hace más de 30 años que estoy en esta institución que me ha abrazado y enseñado un montón. Sobre todo, me formó como persona en valores, aprendí mucho porque pase por todas las áreas, incluso estuve diez años participando como única mujer en la comisión mayor y eso te aporta muchísimo, es una escuela impresionante, siempre le digo a los jóvenes que los que pasan por el Ateneo son jóvenes diferentes, y los aliento a que sigan y que se formen”. “Esto que hemos logrado de contar con jóvenes de más de diez provincias de nuestro país y que cursan diferentes carreras, es muy importante porque, no sólo el Ateneo se convierte en familia para ellos, sino que su pertenencia a la institución permite una construcción más amplia, variada y enriquecedora para todos”.
Gabriel Gatti (ex ateneísta 2003-2004)
“Haber pasado por el Ateneo juvenil, para todos, fue una de las mejores etapas, sin dudas, de la juventud y haber transcurrido esa parte de la juventud en la rural es una satisfacción muy grande, que me ha permitido sumar amistades y tener proyección al futuro, testimonio de eso es que algunos todavía estamos acá, formando parte de la Comisión Mayor.”
Gerardo Morra (ex ateneísta 2008-2009)
“Hubo una persona que a mí me marcó y me ayudó mucho que fue Heriberto Roccia. Hoy me toca estar sentado con su hijo en la misma mesa y ver la pasión que pone en todo lo que hace me hace acordar muchísimo a su padre”. “Es como dijo Messi el otro día, esto es un esfuerzo de todos, los que estuvieron y los que van a venir de ahora en más; el Ateneo es compromiso pero sobre todo es equipo, y atrás de quien preside hay un montón de gente de los que no hay que olvidarse; nosotros fuimos la cara visible pero atrás nuestro siempre hubo un equipo con gran compromiso y trabajo”.
Javier Roulet (ex ateneísta 2009-2010)
“Yo empecé a participar en el movimiento confederado representando a Canals, después me sumé al Ateneo de Río Cuarto y nuestra idea era que fuera un ateneo representativo de Cartez. Teníamos dos opciones o pateábamos el tablero y empezábamos todo de nuevo o acomodábamos las fichas y re armábamos la jugada; elegimos la segunda, seguimos participando e insistiendo y logramos nombrar el primer presidente en el ateneo cartez salido de las bases. “Después seguimos luchando con la idea de formar el Ateneo de CRA, en ese entonces era algo muy soñado y hoy está funcionando y con la lógica que nosotros planteamos”. “Ver todo eso que sucedió, ahora con la perspectiva que da el tiempo transcurrido, nos lleva a plantearnos en este momento de descontento en el país en el que pensamos que nada se puede solucionar, y que vemos a la sociedad está desarmada, creo que hay que plantearse como aquél momento, ¿qué hacemos?, pateamos el tablero o acomodamos las fichas, tal vez llegó el momento de acomodar las fichas, replantear el país y cambiarlo pero desde abajo, con el ejemplo. Creo que la mejor manera de cambiar a la gente es con el ejemplo, uno lo puede lograr obligando a las personas o convenciéndolas pero con el ejemplo, el cambio que se da se transforma en profundo y permanente”.
Heriberto “Beto” Roccia (h) ex ateneísta 2009-2010
“El papi, al que muchos de uds nombraron, fue el que un día me dijo, tenes que conocer algo que es genial. Yo tenía como ocho o nueve años, mi viejo en ese tiempo pasaba mucho tiempo acá y yo me críe con las empanadas fritas que hoy seguimos comiendo y que en ese entonces hacía el pelado Moreno”. “Siento que el ateneo es la casa de uno, para mí es mucho más que mi casa porque también conocí a la mamá de mis hijos acá entonces”. “El ateneo era como aprender a ser grandes, me acuerdo que estaba estudiando en la universidad y mi viejo me dijo tenes que agarrar el tractor mañana e ir a la ruta, al cruce de la A005, yo nunca había agarrado un tractor y mi papá me decía no es complicado de manejar, tenes que agarrar el tractor irte a la ruta y ahí vas a aprender a transformar este país. Por eso digo que en este espacio es donde nos enseñaban cómo era ser grandes. “Hay una diferencia muy grande entre tener valores y tener virtudes, uno puede tener muchos valores pero acá en el Ateneo, esos valores se transforman en virtudes porque los llevamos a la práctica”.
Pablo Martínez (ex ateneísta 2020-2021)
“Ser parte del Ateneo te lleva inevitablemente a observar, escuchar y poder comprender; porque, por ahí uno piensa que tiene la razón, cuando en realidad es que uno ve las cosas de una manera diferente, simplemente por estudiar algo diferente o porque viene de un lugar distinto o porque está formado en una familia diferente”. “Eso es lo más lindo del Ateneo que te enseña a comprender a las otras personas”.
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Sofía Aguirre (ex ateneísta 2022-2023)
“Creo que el Ateneo me ha dado casi todo lo que tengo ahora. Encontré una familia y amigos que me llevo para siempre; encontré esa contención tan necesaria cuando me vine a estudiar, y creo que ser la primera presidente mujer fue nada más que un rótulo, ya que el Ateneo necesitaba superar esa etapa, para empezar a enfocarse en otras cosas, en el real valor de las personas y no tanto enfocarse en esas ideologías o en las diferencias de género. “Fue un gran desafío por la responsabilidad y por el deber de motivar a ese grupo de jóvenes que te mira y espera que vos les digas una palabra de aliento o que vamos a hacer cada vez que nos encontramos”
¡Qué importante! que resulta, tantas veces, encontrar un espacio donde poder ser escuchados, comprendidos y tenidos en cuenta. Donde los lazos se establecen a partir de objetivos compartidos pero, y sobre todo, se mantienen por el trabajo compartido, los desafíos logrados y el empeño que ve sus frutos. El Ateneo de Río Cuarto, coinciden quienes pasaron por él y quienes hoy lo sostienen, es familia y espacio de contención, y construcción de aprendizajes. Pero también es el albergue para tantos jóvenes que no claudican en la esperanza y en la certeza de que una Argentina mejor con lugar digno para todos es posible.