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“No sería el mismo si no hubiera participado del Ateneo”

Emocionado por los recuerdos que se agolpan en su mente y pulsan las cuerdas de su alma, Martín Sentous, ex ateneísta y actual miembro de la Comisión Directiva de la SRRC, no duda en asegurar: “yo no sería el mismo si no hubiera participado del Ateneo, todavía hablo como si formara parte del espacio, sigo sintiéndome ateneísta”.

Según lo que él mismo relata, Martín cumple años dos veces, cada 30 de mayo fecha en que nació y cada 21 de junio junto al Ateneo, desde el 2008 época en la que se sumó al espacio. “Que el Ateneo Juvenil de la Rural de Río Cuarto cumpla cuarenta años, a uno lo llena de orgullo y de satisfacción al ver el crecimiento que viene experimentando, siempre respetando la historia que lo forjó y que hizo las bases de lo que hoy el Ateneo es. Y haber tenido la oportunidad de ser uno de los cientos de jóvenes que han pasado por el Ateneo, a mí me genera una inmensa alegría”.

Vos ingresaste al Ateneo en un momento histórico muy particular, en plena lucha por la 125, ¿Cómo son tus recuerdos de ese momento y qué fue lo que te decidió sumarte?

 Tal cual como lo marcas, la 125 fue un hecho histórico que marcó no solo al sector agropecuario, sino a toda la sociedad en general. Y en lo personal, fue lo que hizo que me acercara a la Rural, y que encontrara además de un hogar y una familia dentro de la institución, un lugar donde poder plantear mis ideas, mis preocupaciones y las intenciones de hacer algo distinto para aportar un grano de arena aunque fuera muy pequeño para cambiar las cosas.

El Ateneo fue la posibilidad de encontrar un espacio donde canalizar todas las preocupaciones y donde poder hacer aportes como joven para mejorar no sólo cuestiones sectoriales del campo, sino y a través de la formación, a la sociedad en general. Porque al fin y al cabo, nosotros como ateneístas nos involucramos no sólo con el norte gremial de una entidad sino también con las problemáticas sociales del entorno en el que vivimos. Recuerdo especialmente diversas actividades apadrinando escuelas rurales tanto en esta zona como incluso una escuela en el monte en Santiago del Estero adonde viajamos a partir del 2008 y durante cinco años, llevando adelante la campaña Atando Cordones.

 ¿De qué se trató la Campaña Atando Cordones?

La Campaña Atando Cordones, la recuerdo siempre con mucha alegría, hasta te diría de manera egoísta porque nos llevamos muchas más cosas de las que pudimos dejar. Entre los chicos del Ateneo surgió la idea de apadrinar escuelas rurales que estaban en el medio del monte en Santiago del Estero. Empezamos con una campaña pequeña llevando comida, ropa, útiles escolares, y se llamó de esa manera, porque entre lo que llevábamos, habíamos hecho un acuerdo con Tate para llevar un par de zapatillas nuevas para cada niño de la escuela. Gracias al apoyo con el que el Ateneo siempre contó por parte de la Comisión Mayor, junto con empresas de Río Cuarto, lográbamos llevar cada vez más cosas. Empezamos con una escuela y la última vez que fuimos ya eran tres las escuelas donde nos esperaban, y ya las donaciones fueron en camión y ya llevamos agua potable para llenar los aljibes y como digo, es egoísta porque uno se trajo mucho más de lo que dejábamos. Fue una de las experiencias que más nos marcaron para siempre dentro del Ateneo, por eso digo que no sólo nos formamos como dirigentes gremiales, sino que a nivel social también la formación es importantísima.

El de Río Cuarto es el primer Ateneo a nivel nacional, ¿qué fue lo que crees que determinó que surgiera?

Sí, tenemos el orgullo de contar con el primer Ateneo que nació a nivel nacional dentro del movimiento CRA. Lo atribuyo a la siempre presente inquietud y rebeldía de los jóvenes de Río Cuarto que hemos logrado marcar una impronta y enarbolar una bandera a la hora de llevar nuestras ideas y nuestros propósitos a nivel Cartez y a nivel del espacio confederado rural de Argentina. Siempre con esa inquietud por generar más y mejores vínculos, con la predisposición para trabajar de manera mancomunada con las comisiones directivas mayores, lo que nos permitió ir ganándonos lugares de importancia, con el compromiso de devolver a la entidad que nos acobija, que es la Rural de Río Cuarto, el lugar que le permitió tener al Ateneo. Nos ha tocado charlar con ateneístas de otros lugares que no lograban entender el tipo de relación que nosotros tenemos con la Comisión Directiva Mayor, y eso creo que también es gracias a la visión que los dirigentes rurales locales han tenido de poder darle a los jóvenes el lugar que se merecen. Entonces creo que se conjugaron estas dos cuestiones, la rebeldía del joven de Río Cuarto con una visión de dirigentes rurales que entendieron que el trabajar en un semillero de jóvenes apostando a futuro era por donde se tenía que ir.

¿Cuál es la participación que hoy tiene el Ateneo dentro de la Comisión Directiva de la Rural de Río Cuarto?

Hoy el Ateneo es un integrante más de la Comisión Directiva, de hecho el presidente del Ateneo tiene voz y voto dentro de las decisiones que se toman en la Comisión Mayor, es decir que actualmente el trabajo es codo a codo. Es al lado del ateneísta, es con el ateneísta y, en muchos casos, también para el ateneísta. Y es recíproco, porque la misma actitud pero a la inversa tiene el ateneísta para con la Comisión Directiva, que representa a la institución a la que todos nos debemos y que está por encima de cualquier persona.

¿Cuál fue el aporte que el Ateneo tuvo en tu vida?

Sin duda que fue un antes y un después. Yo me construí realmente como persona sobre todo, como profesional, pero fundamentalmente como persona, gracias a mi paso por el Ateneo que ha dejado una huella imborrable en mí, yo no sería el mismo sin el Ateneo, hace ya 15 años que estoy en la Rural, ya forma parte de mi vida y creo que en algún punto nos elegimos mutuamente, pero siempre digo que que no me va a alcanzar el tiempo de vida para devolverle a la Rural lo que ella me dio. Porque la Rural y el Ateneo, más allá de la formación como dirigente y como profesional, me formó como persona, me permitió crear vínculos importantísimos. Para mí el Ateneo es familia. Lo que encontré acá fue familia.