Se estima que en Córdoba el área sembrada con la oleaginosa aumentará 8,5% desde las 4,5 millones de hectáreas a 4,9 millones de este ciclo. La superficie sembrada con soja crecerá este año un 8,5 por ciento con respecto al ciclo anterior en la provincia, y pasará de las 4,5 millones de hectáreas de la campaña 2011/2012 a unas 4,9 millones de hectáreas. Según el último informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, habría un incremento de 383.911 hectáreas. “Este incremento del área sojera en Córdoba se atribuye principalmente a los departamentos Río Cuarto, Marcos Juárez, General Roca, Unión y Presidente Roque Sáenz Peña, que han sufrido caídas de entre 30-40% en rendimiento de maíz en la campaña 2011/2012”, señaló la entidad. De este modo se buscarían en la campaña que se inicia rotaciones que posiblemente otorguen márgenes económicos más favorables. Si a estos antecedentes se le suman los costos de producción de cada cultivo, las perspectivas climáticas y las cotizaciones, la apuesta por la soja se explica como una consecuencia lógica de los productores. Aunque, claro, desde el punto de vista ambiental ésta no sea la mejor de las opciones. Con respecto al saldo de la última campaña, la Bolsa de Cereales destacó que la superficie sembrada de soja 2011/2012 fue de 4.516.297 hectáreas representando un recorte del 7% en relación a la campaña anterior. El rendimiento ponderado provincial fue de 18 quintales por hectárea, un 25,6% inferior al obtenido en el 2010/2011 el cual fue de 24,2”. Ambas variables determinan una merma en la Producción del 33%, con un tonelaje cosechado en Córdoba de 7.841.949, traduciéndose en términos monetarios en aproximadamente U$S 4.227 millones de dólares. El volumen de producción 2011/2012 de Córdoba significó un 19% de la producción nacional de 41.000 toneladas (valor provisorio al 27/09/2012) estimada por el Ministerio de Agricultura de la Nación. En relación a la campaña 2010/2011, con un valor de U$S 5.853 millones, el valor de la producción cayó un 27,8%, lo cual evidencia que el aumento del precio de la oleaginosa no logró compensar la caída en la producción generada por una menor superficie cosechada, rendimientos más bajos a los del año anterior y una mayor cantidad de hectáreas perdidas (diferencia entra hectáreas sembradas y cosechadas). El precio FOB de la soja en mayo, al final de la última campaña, fue de U$S 539 por tonelada, un 88,5% por encima del promedio de los últimos 20 años y un 7,6% mayor en relación al mismo mes del año anterior.
Baja rentabilidad de la soja para los arrendatarios
Un arrendatario podrá obtener una rentabilidad de 1,73 dólar por hectárea de soja al término de la futura cosecha de la oleaginosa que se realizará en mayo, lo que equivale a “nada” para el productor y analista Néstor Roulet, para quien el escenario será sumamente desolador. “Teniendo en cuenta que la producción agrícola en la Argentina se efectúa en un 60 por ciento bajo la modalidad del arrendamiento, hicimos los cálculos luego de constatar en un estudio anterior los aumentos de costos en dólares y la baja del precio de la soja, con un promedio de 28 quintales de producción (2500 kilos por hectárea), además del alquiler de 12 quintales que ya pagó el arrendatario”, sostuvo. El resultado fue que el Estado se llevaría unos 573,87 dólares por la misma hectárea de la que el arrendatario percibirá sólo finalmente una rentabilidad de 1,73 dólar. Por otra parte, el dueño del campo recibirá 420 dólares del alquiler, pero en concepto de presión tributaria, ganancias, ingresos brutos más sellos del contrato, bienes personales, el Estado recaudaría 173 dólares por hectárea. “El negocio es bueno para el Estado, no hay dudas”, dijo Roulet al referirse a la próxima campaña a la que estimó un valor FOB para mayo 2013 de soja en puerto argentino de 522 dólares la tonelada. Algo alejado de la actividad gremial, fue vicepresidente de CRA y presidente de Cartez, Roulet decidió volcar las estadísticas e información del agro que realiza con otros profesionales en el blog masinfoagro.blogspot.com.ar. Además señaló que el aumento de los costos directos han subido en las últimas dos campañas un 37 por ciento en forma acumulativa. “Teniendo en cuenta una inversión de 693 dólares la hectárea, el valor de 1,73 dólar la hectárea de ingresos finales significan un rendimiento del 0,25 por ciento en 8 meses”, añadió.
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