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Balance 2016 – Perspectivas 2017: De las expectativas de cambio a una compleja realidad

Como sector productivo, debemos reconocer que hubo un sinceramiento de la situación económica y un cambio de rumbo que se tradujo en mejoras. Hubo (hay) algunas actividades, como la producción de cerdos y la lechería, para los cuales esa mejora se está demorando en llegar, pero hay que resaltar que más allá de algunas medidas macroeconómicas positivas, hay un cambio fundamental en lo que se refiere al diálogo con el Gobierno.
Sabemos que la recuperación de la Argentina devastada y de un sector agropecuario en franco retroceso, cuesta volver a poner el engranaje a andar.
Desde luego que ha habido señales la quita de retenciones, la unificación del tipo de cambio y la eliminación de los ROE. Si bien no se cumplió con la reducción del 5% anual en la retención a las exportaciones de soja (sólo se hizo el primer año y ahora se continuará levemente a partir de 2018), se tomaron todas las otras medidas que se habían prometido.
Quedan, por supuesto, muchas otras cosas por mejorar porque la realidad de la Argentina es muy compleja y el campo no es un sector aislado. Problemas como la inflación y un elevado gasto público, son cuestiones que están costando mucho controlar, pero el país del desfalco y la corrupción que heredó este Gobierno no se puede recuperar en un solo año.
Pareciera que el nuevo Gobierno no tenía idea de la grave situación en que se encontraban las arcas públicas y el descalabro que se había producido en su administración. Esto se tradujo en algunas indefiniciones o decisiones erradas que afortunadamente se están intentando corregir.
Lo que late en el seno de la sociedad y es acompañado por el sector agropecuario, es el reclamo de justicia de los innumerables casos de corrupción, donde no queda prácticamente funcionario o dirigente K –con mayor o menor responsabilidad en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner- que no esté imputado o procesado.
Otro cambio en las actitudes del Gobierno que consideramos sumamente positivo es la claridad con que se maneja la información y que nos llevó a que las cifras nos “golpearan en la cara”, como pasó con el 32% de pobreza –que el kircherismo ya no quería medir para “no discriminar a los pobres-. Lo mismo pasó con la inflación real, que ya dejó de ser una “sensación”. Lo importante es que volvimos a tener datos estadísticos y, ahora sí, se tienen fundamentos para planificar hacia el futuro.
Para el último, en el contexto nacional, quiero mencionar la recuperación de uno de los poderes del Estado, como es el Congreso Nacional. Tanto en Diputados cuanto en Senadores, hoy se debate y se trabaja en la búsqueda de consensos, en un cambio que –sumado a los aspectos anteriormente mencionados- nos permite pensar que hay una luz al final del túnel. Estamos aún en la parte oscura, pero hacia adelante se ve un atisbo de luz. Desde el campo creemos que con el esfuerzo mancomunado de toda la sociedad, lograremos concluir este 2017 transformados en un país moderado, con una mirada de largo plazo, que nos permita crecer en un clima de diálogo, sin antinomias ni agresiones.

Diálogo con la Provincia

En cuanto al ámbito provincial, debemos decir que más allá de algunas diferencias lógicas, existe una relación y un diálogo con las autoridades que nos parecen sumamente positivos. Hubo una especie de cortocircuito con el tratamiento del Impuesto Inmobiliario Rural 2017, pero esto se debió fundamentalmente a la obligación que tenemos como dirigentes gremiales de defender los intereses de los productores cordobeses y, a nuestro juicio, no llegó a deteriorar el clima de convivencia con la actual gestión. Prueba de ello es la reunión que esta semana mantuvieron los miembros de la Mesa de Enlace Córdoba con el gobernador Juan Schiaretti.
Creo que esto cierra el capítulo de la discusión tributaria, donde cada uno cumplió con su rol y a mí me tocó estar del lado de los productores y quizás mi entusiasmo me llevó a molestar u ofender al Gobernador o al legislador departamental, pero aclaradas las cosas, esperamos continuar dialogando y trabajando por los problemas que nos quedan por resolver la provincia: ley de ordenamiento territorial, buenas prácticas agropecuarias y obras de infraestructura, entre otros. Y esperar que la discusión por el Presupuesto del año próximo se desarrolle con mayor racionalidad y teniendo en cuenta la situación de miles de productores cordobeses que lamentablemente pasarán de una campaña a la otra sufriendo las consecuencias de las inundaciones.

Javier Rotondo, médico veterinario, presidente de la Sociedad Rural de Río Cuarto.
PUNTAL Tranquera Abierta