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Los rodeos se recuperaban, pero el precio del ganado baja y hay dudas

En pleno crecimiento de las cabezas en el país, los valores del novillo en pie cayeron 10% en un trimestre y encendieron la alarma. Creen que podrían recuperarse por el impulso de las exportaciones
El mercado ganadero venía de dos años de precios firmes que apuntalaron la recuperación del rodeo, deprimido durante buena parte de la gestión de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Pero ya en 2015 hubo un cambio que terminó impulsando el repunte.
En aquel momento, la falta de oferta empezó a presionar sobre los valores y el horizonte comenzó a cambiar. El período 2015/16 mantuvo precios comparativamente altos frente a países vecinos. Un informe del Ieral de la Fundación Mediterránea mostró que en esos dos años la brecha entre los precios argentinos y los de Uruguay, Paraguay y Brasil fue de entre el 15 y el 50 por ciento más elevados. Ya en septiembre de 2016 la distancia cayó al 15% nuevamente y desde octubre se ubicó por debajo del 10%.
Por eso los productores remarcan que la mejora continuó en gran parte de 2016, que terminó con balance positivo, pero en medio de un bache. En el último trimestre el valor del kilo vivo perdió 10% y eso encendió alarmas. Una demanda que fue a la baja, entre otras cuestiones, por la participación de otras carnes en la dieta de los argentinos y eso explicó otra vez el comportamiento de los precios.
“El precio no sólo está retrasado sino que tuvo una pérdida de valor en los últimos meses. Eso hace que el momento esté más complicado para el sector”, explicó el productor Pablo Vasquetto, que además ocupa un cargo de director en el ProCórdoba.
Un productor de la zona que el 4 de octubre vendió vaquillonas de 360 kilos a 31,20 pesos el kilo, el 8 de diciembre recibió 30,30 por un lote similar. En estos días, ese valor volvió a bajar a 29 pesos.
Por su parte, Javier Rotondo, presidente de la Sociedad Rural y productor ganadero, remarcó que “la ecuación se ajustó mucho en los últimos meses”, pero afirmó que las expectativas son de mejora a partir de abril. “En el último tramo del año pasado hubo una depresión de precios por sobreoferta de carne y retroceso de demanda. Ahí ingresó la zafra de los feedlots respondiendo a una cuestión estacional”, explicó el dirigente ruralista.
Sin embargo, Rotondo también incorporó otros actores al análisis: “Hay eslabones que comenzaron a participar de la ganadería, con engorde de animales, como supermercados o frigoríficos. Y cuando la demanda afloja, priorizan sus animales”, explicó.
Hay, para los productores, un objetivo de mediano y largo plazo para compensar las turbulencias del mercado interno: las exportaciones.
“Las exportaciones serían una forma de incentivar la producción y sumar peso por cabeza, una estrategia fundamental para apuntalar al sector. También deberían crearse incentivos a la retención de vientres. Lamentablemente todavía la faena de hembras sigue siendo muy alta y eso hace que el crecimiento sea extremadamente lento”, advirtió Vasquetto.
En el mismo sentido, Rotondo indicó que “hay que perseguir las tres ‘C’: calidad, continuidad y cantidad para pensar en abastecer mercados internacionales”. También el presidente de la Rural destacó la necesidad de incrementar más el peso por cabeza para favorecer un remanente exportable.
“Hay que volver con fuerza a mercados como Europa, Rusia o China”, sugirió Rotondo, quien remarcó que “las exportaciones de ninguna manera deben entenderse como un factor que debe encarecer los precios para el consumo interno”.
“Argentina debería tener un plan estratégico de aumento del stock ganadero por lo menos para planificar a 10 años y buscar un crecimiento de 10 millones de cabezas, con aumento del peso del novillo a faena”, insistió Vasquetto.
El directivo del ProCórdoba -un ente destinado a la promoción de las exportaciones cordobesas- afirmó que “con eso ganaríamos kilos y liberaríamos más para las exportaciones, un capítulo que la Argentina desperdició y retrocedió notablemente en los últimos años. Hay que volver a los mercados internacionales. Hay que volver a entrar, pero es una tarea de mediano y largo plazo”, advirtió.
Y remató: “Planificar lo que vamos a estar vendiendo a 8 o 10 años. Más en ganadería en que las recuperaciones son muy lentas y cualquier desequilibrio genera complicaciones a futuro”.

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