En la zona el fin de se semana llovieron 60 milímetros y se complicó la situación
CÓRDOBA.- El sur de esta provincia es una de las zonas afectadas, desde hace tiempo, por las inundaciones y anegamientos que en el país ya alcanza a unas 10 millones de hectáreas productivas. La situación se complicó con los 60 milímetros que cayeron el fin de semana, que dejaron a Arias nuevamente muy complicada, con la ruta 8 al borde de ser cortada y con la destrucción de un muro de tierra que actuaba como defensa.
El agua baja hacia Arias desde la laguna “La Esperanza”, que se fue uniendo a otras más chicas. El temor es que se acelere el desborde hacia el distrito. De las 60.000 hectáreas en la zona, el intendente Matías Gvozdenovich estima ante este medio que la mitad está anegada, mientras que hay producción que no se puede sacar equivalente a la carga de 10.000 camiones.
Los productores donaron 14 kilómetros de largo de campos para construir un camino hacia el límite con Santa Fe para poder mover la producción. Es una obra de unos 5 millones de pesos, de los cuales la mitad saldrá de la Provincia. Igual es sólo un paliativo.
La obra clave es un desagüe por desnivel que abarca a Córdoba y Santa Fe, presupuestada en unos 318 millones de pesos. Hay avances en las negociaciones, pero todavía no comenzaron los trabajos. El acuerdo con Santa Fe es “urgente, es el eje para la solución”, dice Gvozdenovich y se lamenta de que Arias aporte $ 300 millones anuales por retenciones y “no reciba nada de vuelta”.
“Todo es muy lento y la emergencia viene de mucho”, grafica a LA NACION el productor Fernando Rossi.
Describe que la zona que une con Maggiolo, en Santa Fe, es un desastre. “Hay caminos cortados; campos de los que no se pudo sacar nada; tambos que cada tanto deben tirar la leche. El agua no tiene salida hace cuatro años”, indicó.
Maggiolo está en el departamento General López, uno de los más afectados también en las inundaciones de comienzo de año junto a Castellanos, una franja de Las Colonias, San Martín, San Gerónimo y Belgrano. En el verano, sobre 2,3 millones de hectáreas de cultivo agrícola sembradas, hubo 948.000 anegadas, con pérdidas totales y parciales.
Gabriela Origlia PARA LA NACION
