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Pese a la sequía, el ritmo de liquidación de soja es el mismo que el de 2016 y 2017

Para el economista del Ieral de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, no hay indicios de especulación como sugirió Elisa Carrió, pese a las dificutades de este campaña
Los dichos de Elisa Carrió que a través de Twitter les pidió a los productores agropecuarios que no especulen y liquiden la soja generó un revuelo en el agro y poco a poco comenzaron a llover las respuestas. Pero el economista del Ieral de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, le puso números a la venta de la oleaginosa y demostró que el ritmo es similar al de las últimas dos campañas, pese a la sequía.
“Cuando uno analiza las estadísticas oficiales del Ministerio de Agroindustria respecto al avance de la comercialización de soja no encuentra muchas diferencias entre lo que se vendió este año y los dos previos a la misma fecha. Aún cuando en 2016 y 2017 no hubo turbulencias cambiarias. No podría atribuírsele de ninguna manera a la decisión de la comercialización de soja de los productores lo que pasó con el tipo de cambio. Sin entrar en la otra discusión que se plantea y que cada productor puede hacer lo que quiera con su producción y venderla cuando lo considere oportuno”, señaló Garzón.
El especialista del Ieral insistió con que “de ninguna manera los dólares que pueden llegar a faltar es responsabilidad del campo. Además estamos con una caída de producción de casi 20 millones de toneladas y hay mucha soja que todavía no terminó de cosecharse. Actualmente está en sus dos terceras partes, aproximadamente. Todavía falta un tercio de área a cosechar, pero esta campaña tan golpeada tiene un nivel de ventas similar a las dos previas que fueron mucho mejores”.
Por otra parte, Garzón trazó un paralelismo con los números de venta de dólares del Banco Central en las últimas semanas y afirmó que “si uno hace cálculos cuantitativos, por las turbulencias el Central vendió miles de millones de dólares y un millón de toneladas más o menos de soja vendida son 400 millones de dólares, no son significativas”, dijo.
Por otra parte, con respecto a la baja gradual de retenciones a la oleaginosa planteada por el Gobierno para este año, Garzón dijo que “el esquema dispuesto por el Gobierno nacional no fue la mejor decisió, pero no por esta cuestión especulativa porque de última el productor tiene todo el derecho a venderlo con la menor presión tributaria posible, que es algo que cualquiera intentaría hacer, es muy racional. El tema es que esta baja gradual en un contexto de sequía y pérdida de producción no ayuda a aliviar el costo económico que van a tener los productores”.
En ese sentido, remarcó que “la baja de impuestos se tendría que haber acelerado pero no por una cuestión de liquidación de divisas o de ventas de soja sino que no se puede entender cómo un sector tan golpeado este año por un evento como el del verano encima tiene que pagar más de 20% de impuesto por cada grano de soja”.
Garzón recordó que desde el Ieral “lo dijimos incluso antes de la turbulencia de las últimas semanas, cuando veíamos la sequía, que había que bajar la presión al sector para que eso al menos amortigüe el golpe que recibía”.
Con respecto a la suba del dólar y la recuperación del precio de los granos, el economista destacó que “ayudaron y amortiguaron para aquellos que tienen producción o para aquellos que tenían algo de soja en existencia”, y recordó que en esta oportunidad el problema de la sequía fue trasladado a los mercados mundiales en donde el precio de los granos. “Eso es lo mejor que puede pasar en un contexto de ese tipo, poder pasar el problema a tus compradores externos. Y también la suba del tipo de cambio de los últimas semanas o incluso desde noviembre del año pasado. Sin embargo, nuestros últimos cálculos y estimaciones dan que la facturación de la campaña agrícola se resentirá entre US$ 4 mil y US$ 5 mil millones.  Por lo tanto hay amortiguadores pero no evitan que exista una resignación de ingresos potente”, destacó.
Garzón explicó que “una buena parte de esa cifra la asumen los productores agrícolas, otra partes es dinero que no ingresa al Estado porque si hay 20 millones de toneladas menos no habrá derechos de exportación sobre esa soja; otra parte la asumirán otros actores como los transportistas”, finalizó.
Según la Bolsa de
Cereales de Córdoba,
se comercializó el 45%
La compra de la industria y los embarques alcanzó las 17 millones de toneladas, sobre un total estimado de cosecha de 37,6 millones
Más allá del fracaso de la producción de soja 2017/18, la Bolsa de Cereales de Córdoba remarcó en su ultimo informe publicado ayer que las compras de la industria y los embarques del sector exportador se encuentran en niveles similares a la campaña pasada, coincidiendo así con los técnicos del Ieral de la Fundación Mediterránea.
Comparando con el nivel de producción, a la fecha se lleva comercializado el 45% del volumen estimado de cosecha contra el 35% de la campaña previa. Del ciclo pasado, quedarían 6,2 millones de toneladas por vender por un valor de USD 2.700 millones.
La campaña estival 2017/18 estuvo marcada por una de las sequías mas severas que ha afectado a las principales zonas agrícolas del país, repercutiendo en pérdida de área y menores rendimientos. Por otra parte, se produjeron importantes precipitaciones al momento de la cosecha generando complicaciones logísticas y afectando la calidad del grano. De esta manera, la producción de soja en Argentina alcanzaría un volumen de producción de 37,6 millones de toneladas, cayendo un 32% respecto al ciclo pasado y alcanzando el valor más bajo de las últimas nueve campañas, según explicó la Bolsa cordobesa. En la provincia, de acuerdo con datos del Departamento de Información Agroeconómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba, la producción se encuentra estimada en 7,9 millones de toneladas, retrocediendo 5,3 millo- nes de toneladas respecto al ciclo previo y convirtiéndose en el nivel más bajo de los últimos seis años.
Más allá de la mala performance productiva, las compras de la industria y los embarques del sector exportador de la cosecha 2017/18 avanzan a buen ritmo con 17 millones de toneladas comercializadas, un millón menos que la campaña previa. Si se analizan las compras de soja respecto al volumen de producción, las mismas alcanzan el 45% de las 37,6 millones de toneladas de soja que se estiman sean recolectas al final del ciclo. Este porcentaje es superior al registrado el año anterior a igual fecha, donde las compras eran del 35% del volumen de producción.
De la campaña 2016/17 quedarían 6,2 millones de toneladas de soja por un valor de USD 2.570 millones. De la nueva campaña, que ya se ha comenzado a cosechar, restan comercializar cerca de 21 millones de toneladas (55% de la producción), cuya evolución habrá que seguir en los próximos meses. Una de las variables a seguir con atención será la calidad comercial del grano, debido a que, por los excesos hídricos durante el período final de desarrollo del cultivo y la cosecha, se están reportando lotes con serios problemas de granos brotados y podridos, lo cual podría incidir en el precio que el productor reciba por su mercadería, advirtió la Bolsa de Cereales de Córdoba.
“Es importante destacar que no se observa una demora significativa en la venta por parte de los productores, por el contrario, se encuentra dentro de los niveles normales aún con una producción sensiblemente menor al promedio. Sin embargo, luego de haber cumplido con sus necesidades financieras, sería lógico que las ventas por parte de los productores se demoren con el afán de capturar mejores precios que compensen en parte el fracaso productivo”, finalizó la Bolsa.
Grobocopatel dijo que los productores
liquidan toda la soja posible
El empresario agroindustrial y fundador de la empresa Los Grobo, Gustavo Grobocopatel, aseguró que los productores están vendiendo toda la soja que pueden, al salir al cruce del reproche realizado por la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien los acusó de “retener” el grano para especular.
Carrió, aliada clave de Cambiemos, les había reprochado a los productores “no liquidar la soja para que ingresen divisas” y les había recordado el “apoyo” que les dio en la dura pelea mantenida con el gobierno kirchnerista en el marco del intento por imponer retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias.
“Se liquidó más porcentaje que otros años. No es un tema de falta de liquidación, sino falta de cantidad, y tiene que ver con el impacto de la sequía y el retraso de la cosecha por la inundación”, aclaró Grobocopatel en declaraciones a radio Futurock. El empresario se quejó de que “en la época de Cristina Kirchner se nos acusaba de hacer un boicot en contra de ella: siempre somos culpables de algo inaceptable, aparentemente”.
“Este año habrá US$ 7.000 millones menos de exportaciones por la sequía, lo que es grave para el sector agropecuario pero, en especial, para la economía argentina, que depende mucho de ese ingreso de divisas”, señaló Grobocopatel, apo- dado el “Rey de la soja”.
Los productores enfrentan todavía la necesidad de levantar 13 millones de toneladas de soja, la mayoría soja de segunda, para la cual las últimas lluvias no permitieron todavía que haya “piso” para que entren las cosechadoras.
Por otra parte, los productores que han intentado cosechar se encuentran con vainas que se abren al paso de las máquinas y desperdician el poroto que, en general, además está manchado o podrido.
Ante este escenario, la Sociedad Rural de Rosario, enclavada en la zona sojera más importante, a formular pedido de flexibilización.
La entidad calificó de “pésima” la “calidad” que presentan los granos, principalmente en la región centro, por las condiciones climáticas que ponen en jaque la cosecha.
Además, le solicitó al Senasa ampliar los porcentajes sobre la base de criterios de tolerancia de la norma, según estándares de recepción por grano dañado (brotados, fermentados, ardidos, dañados por calor, podridos y/o grano verde).
GONZALO DAL BIANCO – PUNTAL TRANQUERA ABIERTA