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Miles de hectáreas quedarán sin sembrarse por una o más campañas

El ingeniero José Marcelino advirtió que hay campos que quedarán fuera de producción por una generación de productores. Corregir la salinidad con encalado es muy costoso y lleva años. Se están tirando miles de litros de leche.
Al evaluar la grave situación que enfrenta gran parte de la región que se encuentra inundada, en muchos casos sin que se haya ido todavía el agua acumulada en la campaña anterior, el ingeniero agrónomo José Marcelino advirtió que hay miles de hectáreas en donde no se pudo sembrar trigo y quedarán fuera de producción por una o más campañas. “Hay lugares que estarán fuera del sistema por una generación de productores”, precisó, porque el agua demorará muchísimo en escurrir y luego costará mucho tiempo y dinero corregir la salinización de los suelos.
“En muchos campos se sembró menos trigo porque no había condición de piso para entrar con las maquinas y eso significa pérdida de ingresos para los productores, para la zona y para el país”, afirmó Marcelino en el programa radial “Valor Agregado”, donde añadió que, en el mejor de los casos, se atrasará la siembra de maíz y también se correrá la de soja. “Cuando pueda, la gente va arrancar con maíz pensando de que haya buenas condiciones en algún momento”, indicó.
Y advirtió que hay partes de Bengolea, Ucacha, Huinca Renancó y hasta en Villegas (Buenos Aires) que no se van a poder sembrar en esta campaña porque el agua va a permanecer por mucho tiempo y hay zonas ya se han perdido al menos para una generación de productores. “Pensemos que son zonas de suelos salinos sódicos, o sea que cuando se va el agua queda un nivel de salinización en el suelo que después de eso sólo viene el pelo de chancho, que es el pastizal de los bañados. Y eso es muy difícil de corregir. El encalado es carísimo y lleva muchísimo tiempo. Además del agua, la perdida de potencial de productividad del suelo será altísima. Hay que pensar que cuando el maíz tiene un potencial de 60 a 80 quintales por hectárea, ahora caerá a la mitad y también es muy complicada la contaminación de aguas”, enfatizó Marcelino.
Se refirió también Marcelino a las pérdidas de los tambos inundados, al manifestar que sólo en la zona de Bengolea se están tirando unos 30 mil litros de leche por día. Además la vaca tiene que seguir comiendo y no se le puede dejar de dar alimento de calidad porque son animales de alta producción. “Si se cae la producción de esa vaca, es muy difícil recuperarla después. Lo mismo pasa con los feedlots, que son un caos en estas condiciones”, precisó el profesional que está retirándose luego de años de conducir el INTA Río Cuarto.

Problema de años

Marcelino, que también tiene un campo en la zona de Bengolea, recordó que en la zona vienen con problemas hídricos desde hace dos campañas. “Son catástrofes producidas por tormentas que descargan toda el agua en una sola región, además son micro cuencas cerradas, por lo que el agua no tiene para donde escurrir y el sistema productivo no favorece la infiltración”, manifestó. A esto se suma que las napas están altas y que en esta zona la corriente subterránea viene de este a oeste, al contrario del escurrimiento superficial. Y recordó que el domingo pasado, en la zona de Bengolea se veía agua al fondo de la cuneta, que era de la napa que estaba a 15-20 cm del nivel del camino.
Explicó el ingeniero que la zona afectada comienza en Realicó, La Pampa; continúa por Hunca Renancó y Laboulaye, y luego pasa por los departamentos Unión, Marcos Juárez, Juárez Celman y termina en San Justo. La zona más alta está entre Río Cuarto y San Bartolomé, desde donde comienza un declive hacia la zona de Adelia María.
“Estuvimos conversando sobre esto con el ingeniero Eugenio Fernández, de Agricultura de la provincia, y coincidimos que en la zona se viene verificando un proceso de agriculturización que ya lleva muchos años. En esto hacen falta decisiones políticas para revertir la situación y si pensamos que nuestro amigo Edgardo Bustamante está al frente de una subsecretaría –de Infraestructura Rural- imaginemos las puertas que tiene que golpear para generar soluciones”, concluyó.