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La ganadería entró en el gradualismo

Una ejecutiva de la industria de la alimentación confesaba por estos días a un colega: “Sí, estamos mirando el negocio frigorífico, lo estamos estudiando”. Por aquella máxima que dice que hay que descubrir oportunidades donde nadie o pocos las ven, la empresaria, que pide no revelar su nombre, cree que el despegue de la Argentina con el negocio del ganado y las carnes está cerca.

Esa idea deber ser disparatada para quienes hoy tienen sus números muy cerca del rojo por la inflación, el tipo de cambio o la carga impositiva. Y más aún lo es para quienes padecen las inundaciones. Sin embargo, hay algunos datos que conviene repasar para saber si el optimismo de la joven empresaria, y de otros, es compatible con la realidad.

En el primer trimestre de este año las exportaciones de carnes bovinas crecieron un 32% respecto del mismo período de 2016, según un informe del Consorcio Exportador de Carnes (ABC, en sus siglas en inglés). El dato surge del aumento del 14% de las exportaciones registrado en marzo respecto del mes anterior, ya que se enviaron al exterior 27.000 toneladas peso res, contra las 24.000 toneladas de febrero. La buena noticia la dieron los embarques de la cuota Hilton a la Unión Europea, que alcanzaron las 2424 toneladas, la cifra más elevada para el período 2016/17, según el informe del ABC. Pero los exportadores son cautos. “Hay una línea ascendente, pero la base de comparación es muy baja”, dice Mario Ravettino, presidente del ABC. En 2016 las exportaciones cárnicas alcanzaron las 220.000 toneladas y para este año se prevé llegar a las 260.000 toneladas.

Con el precio del novillo caro comparado con el de otros países, el tipo de cambio bajo y la falta de materia prima la exportación todavía no tracciona con fuerza.

Mientras tanto, el Gobierno procura concretar la apertura de mercados internacionales. El comunicado conjunto que firmaron los presidentes Trump y Macri anteayer en Washington tiene un párrafo clave para que los EE.UU. no demoren más el ingreso de carne argentina. “Los presidentes instruyeron a sus gabinetes para que tracen de manera expeditiva un camino hacia la resolución de cuestiones agrícolas bilaterales de acuerdo con principios científicos y estándares internacionales.” La Argentina ya demostró que, pese a su estatus de país libre de aftosa con vacunación, no presenta riesgos para el mercado norteamericano.

El otro argumento de Washington para no autorizar los embarques ya se cayó. Esta semana el senado norteamericano ratificó a Sonny Perdue como secretario de Agricultura. Sólo falta una firma.

 

Otros números

 

El otro dato relevante de la ganadería que se conoció recientemente -el aumento del stock bovino en 2016 de 1,4% respecto de 2015, que significa un incremento de 800.000 cabezas en el rodeo nacional- surge un escenario contrapuesto. Al analizar el stock por categorías, según explicó Miguel Gorelik, director de valorcarne.com, las vaquillonas tuvieron un aumento del stock nacional del 3%, lo que “abriga expectativas de retención”. Eso, a futuro, significa un mayor número de animales. En cambio, hubo un descenso de los novillos, con 40.122 animales menos que hace un año. “Todavía falta ver crecer a esta categoría para ser optimistas”, dijo Gorelik.

Los productores quieren ver más señales, es decir, mejores precios, para agregar más kilos a los animales. “En los primeros meses del año por animales con certificado de aptitud para exportar a la UE se pagó un 20% más que el promedio, luego subieron los precios internos y se dejó de pagar esa ventaja”, señaló.

Las cifras del Senasa reflejan otra realidad que la Mesa de las Carnes se comprometió a modificar para mejorar la competitividad de la ganadería. El porcentaje de pariciones alcanzó un 61,5 por ciento. “Se requiere más inversión en manejo, alimentación y genética”, destaca Gorelik.

Sobre este aspecto, quizá los resultados se vean más adelante. Según la primera encuesta del año del Movimiento CREA, el 56% de los productores consultados dijo que el actual es “un buen momento para realizar inversiones”, es decir, cinco puntos más que en la encuesta de noviembre pasado. Además, cuatro de cada cinco encuestados realizaron inversiones en bienes de capital durante el año pasado; “entre las adquisiciones se destacan: alambrado (48%), compra de tractor (32%) y mangas y/o corrales (29%)”. La ganadería entró en la senda del gradualismo.

 

Cristian Mira – LA NACION