Esta semana será decisiva para la láctea SanCor Cooperativas Unidas Limitada (CUL). Los mil productores asociados resolverán, en asamblea general extraordinaria, convocada para mañana el futuro de la cooperativa, que involucra a 4000 empleados, 1500 proveedores de insumos, bienes y servicios; 12 plantas industriales, 18 sucursales de venta, 300 transportistas, 200 distribuidores exclusivos y más de 80.000 comercios minoristas, que proveen desarrollo económico y social a numerosas poblaciones del país.
Hasta hoy, la resolución de la crisis, que obligó a la empresa a mantener, desde hace meses, el cierre de tres de sus plantas, Centeno (Santa Fe) y Coronel Moldes y Brinkmann (Córdoba), no parece algo sencillo de evaluar. El programa de reestructuración que se pondrá a consideración de los asociados, contiene un fuerte achicamiento de la planta de personal y la posibilidad de modificar el estatus institucional para poder transformarse en una Sociedad Anónima, con el propósito de facilitar el ingreso de un socio o definir una posterior venta de la firma. Como es una cooperativa, SanCor no se puede vender (al menos que los asociados decidan hacerlo sin saber el precio de la firma en general), pero en cambio tendrá la capacidad de transferir activos y pasivos a una Sociedad Anónima (S.A.). Ello ocurría, según pudo saber LA NACION, recién después de las elecciones legislativas de octubre.
“En las últimas semanas varios grupos relacionados con la lechería en diferentes países, mostraron interés por SanCor”
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Como se sabe, en las últimas semanas varios grupos relacionados con la lechería en diferentes países, mostraron interés por la cooperativa en crisis. Entre ellos, Lala (México), Lactalis (Francia), Fonterra (Nueva Zelanda) y hasta Conaprole (Uruguay). A pesar de los trascendidos, el grupo peruano Gloria (que actualmente administra la planta de Corlasa en Esperanza, Santa Fe), desmintió, por medio de una nota presentada a la Superintendencia del Mercado de Valores de su país, que esté interesado en adquirir o participar en el manejo de la cooperativa láctea SanCor. Lo que se sabe es que SanCor inició un proceso de intercambio de información con algunas de las firmas extranjeras y es posible que el mes próximo se produzca la visita de ejecutivos de esas empresas.
Tampoco está descartada la posibilidad de un nuevo acuerdo con el grupo Vicentin, radicado en esta provincia, que en 2016 pasó a controlar el 90% de su negocio de yogures, postres y flanes, a cambio de 100 millones de dólares.
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Además, el Gobierno demoró en efectivizar la ayuda prometida de 450 millones de pesos y una posibilidad es que la nueva sociedad anónima podría tener un 30% de participación para la cooperativa de tamberos y un 70% para el grupo inversor.
Sobre el futuro de las plantas cerradas hace cerca de tres meses, altas fuentes comentaron que en el caso de Centeno, la interesada en su adquisición es la firma bonaerense La Tarantela, que tiene sede en Navarro y que provee de queso muzzarella a cadenas de pizzerías y establecimientos de la CABA y el Gran Buenos Aires. “Estamos en negociaciones adelantadas. Se hizo una carta de intención con la gente de SanCor y hasta pedimos al Gobierno de Santa Fe un apoyo real, para tener garantías”, indicaron sus directivos. En la planta trabajan unos 60 empleados. Entre las alternativas que se barajan está la integración de una cooperativa con los propios trabajadores.
En el caso de la planta de Coronel Moldes, que se dedica a la fabricación de quesos de pasta dura y está paralizada, habría una cooperativa de productores tamberos interesados en hacerse cargo de las operaciones. No hay alternativa para la planta de Brickmann, aunque ayer trascendió que habría una empresa, que no es del ramo, interesado en esas instalaciones.
LA RURAL DE SANTA FE CREE QUE “NO ES VIABLE”
Entretanto, la Sociedad Rural de Santa Fe puso en duda la continuidad de SanCor como fábrica láctea al fundamentar que la deuda que acarrea es inmanejable y que sus costos internos y estructura están sobredimensionados en relación con su capacidad productiva actual.
“Su continuidad como empresa productora aparece hoy como muy difícil por su deuda, sus costos internos, su estructura tremendamente sobredimensionada para poder subsistir con un nivel de producción del 20 % de su capacidad instalada”, explicó mediante un comunicado.
LA NACIÓN