Llegar a más países y expandirse con productos,entre los objetivos de las producciones
Frutas, azúcar y maní. Tres estrellas de las economías regionales dijeron presente en un panel del que participaron Javier Martinetto, presidente de la Cámara Argentina del Maní; Soledad Izquierdo, vicepresidenta de Asuntos Públicos y Comunicaciones de Coca-Cola para el sur de América latina, y Fernando Nebbia, presidente del Centro Azucarero Argentino.
Izquierdo detalló el aporte de la compañía a la producción local: apuntó que Coca-Cola compra US$ 250 millones en productos a las economías regionales. Del total de lo que se produce en el país, la empresa global adquiere el 60% del jugo de naranja, el 29% de los jugos de limón y de pomelo y el 18% de pera. De la compra, el 82% se exporta y el resto se utiliza para consumo interno.
“Nos hemos sentado con los productores para entender sus problemáticas. Por ejemplo, de los citrícolas aprendimos de su preocupación por la búsqueda de nuevos mercados y por la amenaza del HLB, una enfermedad que afecta a la producción y que no tiene cura”, explicó.
De ese modo, en alianza con la Asociación de Citricultores de Concordia, buscan evitar el ingreso de la enfermedad a través del monitoreo de los cultivos. Por otro lado, gracias a la inserción en cadenas de valor globales de la compañía, Concordia hoy exporta jugo de naranja a China, Brasil y Perú, entre otros países.
Nebbia destacó que para el sector azucarero, 2016 fue “un año excelente” por las políticas que se aplicaron, como el incremento del 10% al 12% en el corte del bioetanol en las naftas. Detalló, además, que la industria azucarera desea aumentar su participación en el mercado energético. “Ya estamos aportando 100 megas de generación eléctrica y podemos llegar a los 800 megas”, resaltó.
Junto con Izquierdo, se refirió al impacto que tendría en ambos sectores la intención del Gobierno de subir impuestos a los alimentos no saludables. Coincidieron en que la medida tendría consecuencias en la pérdida de empleo y de inversión, y Nebbia remarcó la necesidad de “educar” para que “la gente tenga mejor vida”, ya que el consumo calórico per cápita en la Argentina durante los últimos 50 años se mantuvo casi estable, dijo.
Finalmente, Martinetto habló del sector manicero argentino, que en 45 años de vida pudo “sobreponerse a la competencia de la soja” y convertirse en el primer exportador a nivel mundial. Explicó que los productores de maní pasaron de exportar unos US$ 800 millones en los últimos seis años a US$ 927 millones en 2016 por una cosecha buena el año anterior. “Exportamos más del 90% de todo lo que producimos”, aclaró.
Si bien el mercado principal para el sector es Europa, se refirió a la posibilidad de una mayor penetración en China. “Hay unos 200 millones de chinos de clase media que buscan productos importados, lo que presenta una enorme oportunidad”, expresó. Por último, apuntó que el principal desafío para el sector hoy es agregar valor, es decir, “pasar de vender de semigranel a paquetitos con marca”.
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