Así lo expresó el coordinador técnico de Maizar, Julián Martínez Quijano, al disertar en el Taller de Etanol Combustible realizado esta semana en la Rural de Río Cuarto. “Si es el mismo producto, el obtenido de caña no puede ser más caro”, afirmó
Julián Martínez Quijano, coordinador técnico de Maizar, la cadena de valor del maíz y el sorgo en Argentina, representó a la voz de los agricultores en TECO (Taller de Etanol Combustible) realizado esta semana en la Sociedad Rural de Río Cuarto, donde especialistas de Argentina y del exterior trataron temas relacionados con la innovación, las tendencias, la tecnología y el intercambio de experiencias sobre biocombustibles, en una zona considerada “nucleo” para esta actividad, por la radicación de importantes empresas que producen etanol sobre la base de maíz.
Además de Martínez Quijano participaron representantes de la Cámara de Bioetanol de Maíz y la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), además de industriales y funcionarios del Ministerio de Energía y Minería y expertos de Estados Unidos, Brasil, Canadá, India, Austria y Dinamarca.
El coordinador de Maizar brindó una conferencia titulada “Maíz: un boom que llegó para quedarse”. Sobre el final de su presentación y respondiendo a una pregunta del auditorio, dijo no conocer las razones por las que el etanol sobre la base de caña de azúcar tiene un precio de $16,8 pesos por litro, cuando el de maíz cuesta $13,60, valores impuestos por el Gobierno nacional. “Yo me pregunto lo mismo ¿cuál sería la razón por la que un mismo producto tiene dos precios distintos?”, puntualizó.
Luego de su conferencia y en diálogo con PUNTAL Tranquera Abierta, Martínez Quijano consideró clave el trabajo con las empresas transformadoras, por entender que el etanol tiene una gran capacidad para aumentar la cantidad de plantas industriales. “La industria tiene varias inversiones listas para lanzarse, “en las gateras”, diría yo, esperando alguna decisión del Gobierno sobre el aumento del corte al 25% o a qué porcentaje lo hace”.
Consideró al respecto que todas las partes involucradas, Gobierno, empresas transformadoras de bioetanol de caña y de maíz, automotrices y petroleras, deben acordar un plan de desarrollo hacia el futuro y ver cómo se trabaja para hacer crecer la industria del bioetanol en la Argentina, que brinda una gran oportunidad al maíz, sobre todo en aquellas regiones alejadas de los puertos, que dependen mucho de tener cerca industrias transformadoras que demanden el grano.
Dijo el coordinador técnico de Maizar que el cultivo de maíz viene creciendo fuertemente desde que el nuevo gobierno tomó las medidas de eliminar retenciones y los ROEs, y sobre todo, tiene un enorme potencial de crecimiento en el norte del país y ahora también en la Patagonia, donde estamos haciendo un trabajo para potenciar la producción de maíz en zona libre de aftosa. “De todas maneras, este crecimiento sólo podrá ser sostenido en el tiempo si crecen las industrias que transforman al maíz. Y hay muchas de estas industrias que hoy están atravesando problemas muy serios, como es el caso de la lechería, la cría de porcinos y la molienda seca, entre otras”.
Se refirió entonces a algunos de esos problemas, como el del transporte, el alto grado de informalidad, el costo de la mano de obra, la falta de financiamiento, la presión impositiva. Son todos problemas que hacen que las industrias pierdan competitividad.
“Tampoco entendemos por qué el Gobierno le da ventajas al alcohol de caña sobre el de maíz, cuando se trata del mismo producto y el bioetanol de maíz es tan generador de mano de obra como el de caña y dinamiza las economías regionales en todos los lugares donde está presente. No vemos ninguna razón para que se discrimine al alcohol de maíz, cuando se trata del mismo producto. No debería haber ninguna diferencia”, enfatizó.
En cuanto a la tecnología de cultivo, Martínez Quijano destacó la importancia de contrarrestar la resistencia al control en insectos, por lo que es muy importante que se implemente el refugio. “Tenemos datos de que el refugio se está utilizando en menos del 10%. Debemos difundir y concientizarnos de que la utilización del refugio es fundamental porque si esta resistencia a insectos avanza, podemos tener serios problemas, porque no se ven nuevas tecnologías en el horizonte”.
PUNTAL TRANQUERA ABIERTA