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Cuánto le cuesta a la economía cada hectárea que no se puede sembrar por las inundaciones

Según un informe, en trigo se deja de generar valor agregado por US$ 300 por cada hectárea no sembrada y US$ 400 en la que no se pueda cosechar; en maíz el impacto será de US$ 800 por hectárea que no se siembre

CÓRDOBA.- Las cinco millones de hectáreas productivas afectadas por el agua en todo el país a mediados de agosto se duplicaron por las últimas lluvias provocando una crisis en el sector.

En este contexto, según un informe de Juan Manuel Garzón, del Ieral, si bien es difícil cuantificar el costo económico completo, por cada hectárea de trigo que no pudo ser sembrada le cuesta (sólo impacto directo) a la economía argentina aproximadamente US$ 300 (valor agregado no generado). En tanto, la sembrada pero que no se coseche le costará a la economía unos US$ 400 por hectárea. Para el ciclo 2017/2018 se espera una superficie con trigo de 5,35 millones de hectáreas.

En el caso del maíz, si no se puede sembrar en el ciclo 17/18, tendrá un costo total para la economía de US$ 800 por hectárea. Para la nueva campaña se viene previendo 5,4 millones de hectáreas para grano comercial.

Garzón consigna los múltiples problemas en las zonas afectadas, como mayores costos de almacenaje y comercialización de la producción agrícola, la menor área sembrada y el alza de costos de producción para atacar enfermedades vinculadas al exceso de humedad o por encarecimiento de los insumos para la alimentación animal.

También menciona la caída de productividad en los rodeos bovinos (carne, leche) por malas condiciones del entorno; la imposibilidad de decidir la mejor fecha de siembra de cultivos de verano 17/18 con riesgo alto de no poder sembrar en caso que las lluvias continúen (incluso normales), los campos no drenen y el exceso de agua se prolongue por varios meses. Además, cuando bajen las aguas, serán necesarios recursos para recuperar la infraestructura afectada.

El reporte contextualiza con lo que pasa en el mundo, donde el ciclo agrícola 16/17 está terminando con un “significativo” volumen de granos. Según el USDA, los stocks globales de maíz, trigo y soja cierran en niveles altos en relación a los últimos 10 o 15 años, tanto en términos absolutos como en relación al consumo normal de cada grano.

 

Efecto china

 

En este contexto de lo que ocurre en el mundo, un factor importante es China, que sostiene los precios, ya que sus importaciones de soja crecieron 17% en lo que va del año, por lo que los mercados de futuros muestran valores estables o levemente superiores para los meses que siguen y para la época de la próxima cosecha de la Argentina.

Garzón indica que China es probablemente el muro de contención para los precios internacionales. Sus importaciones de soja están dinámicas y en los primeros ocho meses del año crecieron 17% respecto al mismo período de 2016, apuntando a un volumen total de 93 millones de toneladas en el ciclo comercial 2016/2017 (período octubre / septiembre), que compara contra las 83 millones del ciclo previo (+11%).

Proyecta que a medida que se incremente la producción y el consumo de carnes y derivados animales y la harina de soja sea utilizada en forma más frecuente e intensiva en los procesos de alimentación de los animales, la demanda china de estos productos crecerá.

Los sistemas de producción de características intensivas utilizan más harinas proteicas que los de naturaleza extensiva. Por caso, las granjas modernas de aves o de cerdos se distinguen en este aspecto respecto de los establecimientos tradicionales de ganadería bovina.”Desde hace décadas los dos factores antes mencionados traccionan la demanda de harina y del poroto de soja”, señala.

Gabriela Origlia – PARA LA NACION