Primero fue el titular de CRA, Dardo Chiesa, quien cuestionó la falta de políticas que respalden los anuncios del Presidente. Después, Federación Agraria rechazó la importación de alimentos
Apenas 22 días después de haber asumido al frente del Ministerio de Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etchevehere enfrenta un cambio de clima en el campo. Al menos eso pronostican las declaraciones que realizaron en las últimas horas el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa, y el secretario gremial de Federación Agraria, Orlando Marino.
Si algo había caracterizado a la relación del agro con el gobierno de Mauricio Macri en los primeros dos años fue la sintonía fina con la que se habían entendido, especialmente a partir de una serie de medidas que rápidamente se impulsaron desde Casa Rosada en diciembre de 2015, como la eliminación de los ROE, la quita de retenciones a todos los granos salvo la soja y la devaluación. Ese período coincidió con la gestión de Ricardo Buryaile en el ministerio, un hombre surgido de las filas de CRA.
Marino criticó “el avasallante ingreso de frutas y verduras en estaciones que se superponen con períodos de cosechas locales. Ver en las verdulerías y supermercados del país tanta uva, vino, manzana, naranja, banana, naranjas y otros productos traídos de afuera, mientras nuestra gente en las economías regionales tiene que abandonar la producción produce un dolor difícil de explicar”, señaló el dirigente federado.
“Nos dicen que la única forma de volver al mundo es con un mercado abierto, nos explican que los números de la importación son irrelevantes, pero la pregunta es: ¿qué vara usan para medir la relevancia? Lo que vemos nosotros es que en cada chacra nuestra gente siente de cerca que esto sí es un problema al que se le debe prestar atención”, añadió Marino.
Por su parte, el presidente de CRA, Dardo Chiesa, advirtió que las promesas de cambio del Gobierno para ese sector fueron “sólo palabras” y alertó también porque el campo podría entrar en un “ritmo de colisión”.
“Las tan ansiadas reformas anunciadas por el presidente Mauricio Macri en el CCK parecían aire fresco para el sector agropecuario, pero en el detalle han sido sólo palabras, cuando nos acercamos a los bocetos y las reformas”, se quejó el dirigente.
Consideró: “Junto a las últimas acciones que han tomado desde el Gobierno tanto nacional como bonaerense, por ejemplo, vemos que el sector agropecuario sigue siendo el que paga”.
Y agregó: “Es el momento de hablar de la responsabilidad fiscal, de la inflación y los impuestos. Esto no es negociable. Hay que reducir la carga tributaria. Argentina debe diseñar un sistema de impuestos equitativos”.
Chiesa se quejó de la carga tributaria que sumaron las administraciones provinciales para el año próximo al destacar que “el impuesto inmobiliario rural en la provincia de Buenos Aires aumenta en promedio un 50%, en Córdoba un 38%, y en San Luis, un aumento semejante: 40%”, puntualizó el presidente de CRA.
Por último, el secretario gremial de FAA agregó: “Si un productor no puede vender su producción, porque las reglas de juego hace años que no son claras en el mercado interno, porque se profundiza una distorsión de precios entre el productor y consumidor, al que tenemos que sumarle el ingreso importador.
Así, las industrias que procesan alimentos presionan hacia la baja del precio que nos pagan por la materia prima, como en el damasco y durazno, o la ciruela con un panorama cada vez más desalentador”, reclamó.
Marino recordó que a principios del 2016 el ministro de Producción, Francisco Cabrera, decía que no habría una apertura indiscriminada de la economía y que el Gobierno iba de la mano de una estrategia de inserción al mundo inteligente, donde nadie quedaría atrás. “Eso, hoy, parece un cuento de hadas”, cuestionó el dirigente federado, quien propuso: “Apostar a un desarrollo endógeno”.
PUNTAL
