El país es el segundo consumidor mundial; el mercado local capta 89,2% de la producción
Tal como lo reafirma el reciente acuerdo para exportar carne con hueso a China, la Argentina mantiene alto su prestigio como productor de carne vacuna. Pero no solo eso. También conserva su estatus de gran consumidor de esta proteína: pese a que ha bajado su ingesta en las últimas décadas, su consumo per cápita anual alcanza los 57,2 kilos, según el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva).
Esta cifra coloca al país como el segundo consumidor de carne vacuna en el mundo, detrás de Uruguay, con 57,8 kilos per cápita al año (el promedio mundial es de 6,5 kilos). “En 2017, la producción de más de 2,82 millones de toneladas equivalente res se destinó en un 10,8% a los mercados de exportación (305.000 toneladas equivalente res), quedando el 89,2% restante a disposición del mercado doméstico”, se señala en un informe del Ipcva.
Con respecto a 2016, el consumo se incrementó en 1,4 kilos por habitante al año (+2,6%). Esta suba se dio en un contexto en el que los precios corrientes al consumidor de la carne vacuna, a diciembre de 2017, se incrementaron, en promedio, un 15,9% en forma anualizada, por debajo de los incrementos promedio de un conjunto amplio de bienes y servicios en el mismo período.
En tanto, las exportaciones de carne bovina argentina alcanzaron en 2017 un valor de aproximadamente US$1298 millones, una cifra 24,1% superior a los US$1047 millones obtenidos en 2016. China fue el principal destino de la carne argentina, seguido por Chile, Alemania, Israel y Países Bajos.
Se estima que el consumo saludable de carne oscila entre los 65 y los 100 gramos diarios, dependiendo de la edad y las necesidades energéticas de la persona. Si se multiplica el consumo diario recomendado (unos 80 gramos en promedio) por los 365 días del año, da una cantidad de algo más de 29 kilos al año.
Carlos Manzoni y Pablo Bernasconi – LA NACIÓN