Muchas plantitas de soja fueron aplastadas por el agua o destruidas por las partículas que arrastran los vientos, dijo el ingeniero José Marcelino. Expectativas por lo que se pueda sembrar de maíz tardío apenas vuelvan las lluvias
El ingeniero agrónomo José Marcelino, productor y docente universitario, advirtió sobre el aumento de los costos que implica la resiembra que se debe realizar en la región como consecuencia de la voladura de suelos. Aunque en muchos lugares llovió torrencialmente, provocando inundaciones temporarias, los días soleados posteriores hicieron que todo se secara rápidamente y la capa superior del suelo fuera arrastrada por los fuertes vientos que azotaron a la región.
Esto obliga a resembrar los lotes con sojas que apenas llegaron a nacer y desaparecieron antes de cerrar el surco. De todas maneras, habrá que esperar a que los suelos vuelvan a tener humedad, algo que no se daría en las próximas horas, ya los pronósticos de lluvia se van postergando.
Todo esto coincide con la presencia de fuertes vientos como los que hicieron caer árboles en la ruta 158 y causaron grandes destrozos en las provincias de Santiago del Estero y Catamarca.
Explicó Marcelino que es muy preocupante que, estando tan cerca de llegar a diciembre, “no se ve verde en el campo. Son muy pocos los lotes que se ven con algo de verde. Sólo en algunos maíces muy chiquitos en zonas muy puntuales, nada más”.
“En la zona vemos mucho suelo descubierto, de lotes con sojas que no alcanzan un estadío que les permita hacer cobertura. Y hay muchas sojitas que deben ser resembradas porque ante las últimas lluvias –que fueron torrenciales- estuvieron varios días cubiertas por el agua y entonces se muere la semilla”, afirmó, para recordar que en esta campaña se ha sembrado mucha soja y maní de muy mala calidad. “Eso nos quitó poder germinativo, vigor, energía, todo. Entonces los nacimientos son malos y se está viendo mucha tierra descubierta, que es lo que por estos días la vemos volar. Si vos entrás a la página del Servicio Meteorológico Nacional, te dice que en General Pico, Venado Tuerto, Río Cuarto, Pilar, Villa Mercedes, aparece: Cielo despejado, con polvo en suspensión”, precisó el profesional que durante décadas estuviera a cargo del INTA Río Cuarto.
Explicó entonces que ese polvo en suspensión es, precisamente, la parte superior del suelo de los campos de la región. “Es la parte más fina del suelo, que queda en suspensión por el viento. Pero además, hay polvo que no está en suspensión sino que corre a ras del suelo, conformado por las partículas más pesadas, que van teniendo un efecto abrasivo sobre las plantitas, que al mismo tiempo les está abriendo una puerta de entrada a los patógenos. Así parece también el vuelco, las enfermedades de base de tallo, que terminan de complicar la situación”.
Por otra parte, mencionó que para evitar mayores gastos en materia de herbicidas, luego de una campaña tan mala como la anterior, muchos productores han pasado una doble acción. Esto hizo que se fuera rápidamente la humedad que había y esos lotes quedaron sin sembrar, después se plancharon con las lluvias, que fueron muy intensas, y eso es lo que está volando ahora.
Todo esto hace que mucha gente esté resembrando, incluso de noche, porque había anuncios de lluvia que no se cumplieron y que –al menos por ahora- se están postergando hasta la semana próxima.
Maíz demorado
Se refirió también Marcelino a las demoras en la siembra de maíz, a pesar de las buenas perspectivas que tenía este cereal en el departamento Río Cuarto. “Hay que tener en cuenta que al maíz de segunda, que aún no se empezó a sembrar, le llevará bastante tiempo hasta lograr cobertura y cerrar el surco como para impedir las voladuras”.
Reconoció el especialista que son todos inconvenientes inesperados, porque pasamos de una sequía extrema a otra inundación con las lluvias de comienzos de noviembre. Y fue en unas pocas horas, donde pasamos de no poder de sembrar por sequía a no poder sembrar por falta de piso y, apenas se pueda, a resembrar para no perder la campaña.
Destacó el ingeniero Marcelino que todo esto derivó también en la rotura de caminos y –como la provincia no da abasto- los productores están haciendo aportes para poder arreglarlos y sacar la producción de leche, por ejemplo, que es un producto que no puede esperar.
Mayores costos
Reconoció además que toda resiembra implica mayores costos y alertó también sobre que los productores están comprando “por precio y no por genética, lo más barato que encuentran, y a esto hay que agregar que se trabajará con muy poca tecnología. Las refertilizaciones se harán con menores cantidades a las que hacen falta y eso resentirá los rendimientos al momento de la cosecha”.
A su juicio, todo esto conspirará contra las expectativas de cosechar más de 140 millones de toneladas, que ya se empiezan a recortar en todas las estimaciones.
Pérdidas en trigo
Se refirió también el ingeniero José Marcelino a las pérdidas que están sufriendo los lotes de trigo, sobre los que inicialmente se esperaba una buena cosecha.
“Hubo heladas en trigos de la provincia de Buenos Aires, donde se siembran variedades de ciclo más largo que los nuestros, y eso les quitará mucho peso a los granos. En esta zona también hay trigos arrebatados por el calor o afectados por enfermedades de fin de ciclo, lo que hace que los granos sean muy chiquitos. Es muy común que los calores de estos días de noviembre nos dejen algunos trigos a medio terminar. Encima la etapa crucial para el trigo, que es la del macollaje, se hizo sin humedad, que junto con los nutrientes, es vital para el desarrollo del cultivo. Y la aplicación de nutrientes también se hizo por debajo de lo necesario, ante el escaso poder de inversión de los productores”, dijo el profesional.
A esta altura, lo único que puede “salvar” la cosecha o reducir un poco las pérdidas, es que llueva pero razonablemente, no con los chaparrones que tuvimos la otra semana. Cayeron muchos milímetros en muy poco tiempo y eso derivó en la rotura de caminos. No hay campos ni caminos preparados para estas lluvias tan intensas que se convierten en una “verdadera catástrofe”, concluyó Marcelino.
JORGE VICARIO. PUNTAL TRANQUERA ABIERTA