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Planes A, B y C para producir según el resultado de las urnas

Plan A

Desde hace algunas semanas, el tema más frecuente de conversación entre los productores es qué orientación dar a las empresas según se vayan vislumbrando las posibilidades de las distintas alianzas políticas que se han armado. La consigna general es que las empresas deberán seguir manteniendo el sistema productivo y el capital de trabajo más allá de que triunfe el oficialismo o la oposición.

No obstante, con ese marco general comienzan a delinearse matices. El plan A de un productor mixto de Coronel Pringles, ante un marco favorable para las actividades agropecuarias, sería conservar sin cambios el esquema vigente, en el que conviven actividades agrícolas y ganaderas según la aptitud de los distintos sectores del campo y en función de la rentabilidad comparada de cada una.

Plan B

Ante un escenario menos favorable, con posibilidad de aumento de las retenciones y/o de intervención en la comercialización de granos, el empresario analizaría el plan B. Éste podría aumentar la proporción de la ganadería en el planteo, básicamente en los sectores más flojos del campo. En este plan, una parte de los lotes destinados anteriormente a la producción de grano comercial de maíz podría reorientarse hacia la confección de silaje o de grano para alimentación animal.

Ante un escenario político de mayor hostilidad aún, el empresario no descarta analizar un plan C, que consistiría en alquilar una parte del campo por un ejercicio, sin desarmar su equipo de trabajo ni su maquinaria para poder volver a la producción por administración después, si las condiciones cambian.

CARLOS MARIN MORENO – LA NACIÓN