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La presión impositiva en la soja se lleva 74,2% del margen bruto

El dato se deprende de un estudio realizado por Acsoja y la Fada sobre toda la cadena del cultivo.

 

La Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja) se ha manifestado en relación a la pesada carga tributaria que arrastra el cultivo de soja, en cada una de las etapas que conforman la cadena.

“Actualmente la situación tributaria plantea interrogantes en los futuros volúmenes de la producción, la comercialización y la industrialización del grano de soja”, indicaron desde la asociación.

Para las cadenas agrícolas, más retenciones “asfixiarán” a la producción

En esa búsqueda por esclarecer detalladamente este complejo esquema impositivo, Acsoja presentó un informe elaborado  por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada) que desgrana el componente tributario de la cadena del cultivo en cada uno de sus eslabones.

 

Incidencia

 

Si datos los relevados corresponden al mes de junio de 2019, con un derecho de exportación de 27,1, marcan que la presión impositiva en la cadena se lleva el 67,89 por ciento del valor bruto, cuando se lo proyecta con la retención actual del 33 por ciento ese valor crece hasta 74,2 por ciento del margen.

 

Eslabón primario

 

En el inicio de la cadena del cultivo, el impuesto a las ganancias es el de mayor peso, seguido en importancia por el impuesto inmobiliario rural.

“Entre ambos explican 83 por ciento del total de impuestos, mientras que 17 por ciento restante corresponde al Impuesto a los Créditos y Débitos Bancarios (ICDB), tributos sobre la mano de obra, Ingresos Brutos (IIBB), sellos y tasas municipales. En el actual esquema tributario, las retenciones son liquidadas por la industria e impactan directamente en el precio de venta del productor”, precisa el informe.

Cuando se analiza el destino, el Estado nacional representa el 82 por ciento de la carga tributaria, un 15 por ciento es provincial y el restante dos por ciento, municipal.

 

Eslabón comercial

 

Según el informe de Fada, los tributos de mayor peso son los correspondientes a la mano de obra, seguidos por los impuestos transaccionales (ingresos brutos, ICDB y sellos).

 

Eslabón industrial

 

En la punta de la cadena de valor del cultivo, las retenciones a las exportación explican el 95,02 por ciento de los impuestos (descontándose del precio de venta al productor); el 4,98 por ciento restante son por IIBB, ICDB, impuestos sobre la mano de obra, sellos y Derechos de Registro e Inspección (DREI).

 

Carga total

 

De esta manera, la carga tributaria consolidada entre estos tres eslabones asciende a 150,21 dólares por tonelada de soja, los derechos de exportación explican el 66 por ciento, mientras que el otro 34 por ciento se distribuye entre el resto de los impuestos: 21 por ciento Ganancias, tres por ciento ICDB, tres por ciento contribuciones y ART, tres por ciento inmobiliario rural provincial, dos impuesto a los sellos, uno por ciento ingresos brutos y uno por ciento tasas municipales.

Analizado por destino de la tributación, 93 por ciento corresponde al Estado Nacional, seguido por el nivel Provincial (seis por ciento) y por último el Municipal (uno por ciento).

“Expresado en valores relativos, la recaudación de 150,21 por tonelada representaban en junio de 2019 67,89 por ciento del margen bruto de la cadena”, precisa el informe.

Con la actual composición de las retenciones al 33 por ciento y manteniendo constante todos los demás valores, la carga tributaria por tonelada asciende a 165,49 dólares por tonelada, lo que representa 74,2 por ciento del margen bruto.

Según Acsoja, como consecuencia de la alta carga tributaria se ha desincentivado la producción, se ha generado un estancamiento del área sembrada y de la producción a través del tiempo.

 

Fuente: Agrovoz.