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El Gobierno le pone cepo a las inversiones y al sector productivo

Posición de la Sociedad Rural de Río Cuarto sobre las medidas económicas anunciadas por el Gobierno nacional. Columna publicada este viernes en el espacio institucional de nuestra entidad en el suplemento Tranquera Abierta de diario Puntal.

 

En el Gobierno nadie duda de que es necesario revitalizar las exportaciones para generar las divisas que hacen falta para poner en marcha una economía derrumbada. Sin embargo, las medidas que viene asumiendo van en sentido contrario porque se desalientan las inversiones y castigan a la producción y la generación de trabajo.

En el delicado contexto económico que se vive, el sector agropecuario tiene reservado un rol fundamental para el ingreso de dólares. De hecho, las exportaciones de la agroindustria representaron el 73,1 por ciento de las  ventas al exterior en el primer semestre, mejorando en un 44% el saldo comercial, el más alto desde 2009.

El diagnóstico es acertado, casi incontrastable, y hay un camino que marca el rumbo, pero se falla en la ejecución por lo cual ese camino se torna cada vez más sinuoso.

Una de las primeras medidas que tomó el presidente Alberto Fernández fue la suba generalizada de los derechos de exportación (retenciones), elevando la alícuota al 33 por ciento en el caso de la soja, con una promesa de compensaciones para pequeños y medianos productores que nunca se instrumentó.

Además, en el lanzamiento de líneas de créditos durante la pandemia se establecieron una serie de condiciones que prácticamente excluyen al sector agropecuario.

En esta avanzada se encuentra el proyecto de impuesto a la “riqueza”, que representa otro golpe al progreso, porque como advirtió CRA “multiplicar la riqueza sólo es posible favoreciendo la posibilidad de generar recursos a través del trabajo y no destruyendo los capitales productivos”.

En su informe los economistas de CRA alertaron que según la iniciativa un productor de zona núcleo con 200 hectáreas y una máquina, se considera rico y lo mismo le sucede al dueño de una pyme industrial, propietario de inmueble, instalaciones y maquinarias con tecnología.

Es decir, otro golpe a los actores que generan trabajo y crecimiento en el país.

 

La ampliación del cepo

 

A todo esto se suma la ampliación del cepo al dólar, que termina de minar la confianza y las expectativas.

La medida afecta a toda la economía y desalienta las inversiones: un claro ejemplo es que ante las restricciones varias empresas consideran inviable permanecer en el país y deciden irse, agravando el desempleo.

El sector agropecuario también se ve seriamente perjudicado y la brecha cambiaria llega en algunos casos hasta el 150 por ciento.

Por caso, un productor de soja percibe por su mercadería un dólar de 55 pesos (el oficial, deducido el 33 por ciento de retenciones), mientras que el dólar ahorro -por el cual se establecen los precios de la mayoría de los insumos- está a 131 pesos.

Estas medidas generan preocupación e incertidumbre entre los productores, que están iniciando la siembra de la cosecha gruesa.

En la zona de Río Cuarto la situación es más comprometida aún porque la sequía dejó márgenes negativos en la última campaña, de acuerdo con los indicadores económicos de la Bolsa de Cereales de Córdoba.

Sin un contexto de previsibilidad, seguridad jurídica y reglas claras el sueño de una superproducción y aumento de las exportaciones se desvanece.

Por el contrario, la incertidumbre sólo genera una reducción de las inversiones que seguramente resentirá la producción.