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El sueño cumplido cierra su primer ciclo lectivo

Un sueño colectivo, que requirió del esfuerzo de muchas personas que entendieron que el objetivo valía la pena porque significaba la construcción de una institución que iba a trascender e iba a formar a generaciones futuras, está cerrando su primer año de vida.
El Instituto Educativo Sociedad Rural de Río Cuarto es hoy un orgullo de la Sociedad Rural; pero antes fue un sueño que se convirtió en una idea, que tomó forma y finalmente se transformó en realidad. Es una apuesta por la educación, por el futuro, por los chicos de hoy y los hombres y mujeres que vendrán. Porque es un orgullo de la entidad, pero es una construcción para el futuro de la comunidad.
Hoy nuestros alumnos están pasando la primera barrera dentro de la institución, bajo una premisa de educación de excelencia. Porque es una apuesta por contribuir a crear una sociedad mejor, con más educación, con más sentido crítico, con más visión de futuro y más preocupación por el presente. Y hacia allí avanzó este primer año que toda la comunidad educativa lo vivió con mucha intensidad.
Como todo sueño, parecía una utopía. Porque además no es habitual que una institución intermedia concrete un proyecto educativo. Pero los productores que forman parte de esta entidad decidieron lanzarse detrás de ese objetivo. Y no fue un camino de rosas. Hubo momentos en donde los esfuerzos parecían insuficientes, como siempre ocurre en estos sueños que parecen inalcanzables.
Porque además, tuvieron el convencimiento de que un mejor país comienza por una mejor educación. Y eso supone alejarse de las recetas fáciles y cortoplacistas, pero plagadas de hipocresía, que abundaron en la historia reciente, y que incluso se siguen pronunciando aún en el presente.
Los productores llevan en su genética la práctica de sembrar hoy para cosechar mañana; de apostar pero con esfuerzo y trabajo para que al final del camino haya frutos para recoger.
Estamos en un punto bisagra en la Argentina en donde este ejemplo puede significar una luz de referencia. Abundaron las recetas milagrosas que finalmente nos trajeron hasta este cuadro de situación en donde fácilmente se divisan graves dificultades económicas, sociales, financieras, educativas, sanitarias y también productivas. Y en la raíz de cada una hay severas impericias en la toma de decisiones acumuladas.
Como organización, la Sociedad Rural buscó además cambiar un exclusivo espíritu de protesta para avanzar con una propuesta de futuro que está cerrando ya su primer año de vida y que hoy tendrá su primer acto de fin de ciclo lectivo.
Será un momento de emociones que aflorarán incontenibles. Porque no es sólo un instituto educativo lo que logramos construir, sino la expresión de una visión estratégica y clave para las próximas generaciones que intenta levantar la bandera de la educación, como lo hizo hace un Siglo y medio aquella nación argentina del futuro dorado.
Es necesario volver a centrarnos en lo importante, en lo medular, para construir con bases sólidas un mejor país para las futuras generaciones. Y la mejor herramienta es la educación, de calidad y con compromiso.