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No hay plata, y menos sin saber para qué

Los productores ganaderos representados por la Sociedad Rural de Río Cuarto manifiestan su más contundente rechazo a la decisión adoptada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) de aumentar la contribución obligatoria por cada animal enviado a faena, que ahora pasa a tener un valor de $834. Sólo vale recordar que 2023 cerró con un total de 14,5 millones de cabezas enviadas a faena según datos oficiales del Senasa, lo que arrojaría una cifra de aportes superior a los 12 millones de dólares para el organismo y de resignación por parte de los ganaderos.

En un contexto de extrema dificultad, saliendo de un proceso de larga sequía y con costos que no paran de subir, la revisión de las cuentas se hace inevitable. Y entonces, cada gasto debe justificar plenamente su funcionalidad y utilidad en el negocio para sostenerse. ¿Es necesario que cada ganadero resigne $834 por cada animal que tiene destino de faena? ¿Para qué? ¿Qué recibe a cambio?

En la intención de responder esas preguntas es que requerimos por parte del IPCVA, antes de reclamar un aumento de la contribución obligatoria, una explicación acabada de los motivos, el uso detallado que se hace de esa importante recaudación y por último, cómo retorna a los miles de aportantes de todo el país.

Es sabido que una parte de los fondos termina financiando a las entidades gremiales de orden nacional. Pero en ese caso: ¿por qué sólo los ganaderos deben sostener la estructura gremial mediante este costoso aporte?

El contexto obliga a revisar muchas cosas que estaban dadas desde hace mucho tiempo, y no sólo en la política. Los ganaderos no pueden seguir resignando recursos injustificadamente y menos tolerar aumentos unilaterales sin tener en claro cuál es su verdadero destino, en qué se gasta. Es hora de explicar y justificar, antes que de pedir más plata que no hay.