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El bolsillo de los argentinos sigue frenando el consumo de carne

En 2016 se comió un 7% menos de carne vacuna que el año anterior y la faena no llegó a los 12 millones de cabezas, con una baja del 6%. El cerdo llegó a las 500 mil toneladas y junto a la carne aviar se acercaron a la mitad del consumo total.

El consumo de carne vacuna bajó 7% anual en 2016 y se faenaron unas 11,7 millones de cabezas de ganado, un 6% menos que en 2015, uno de los niveles más bajos de la historia productiva del país. Así lo reportó el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC en un informe que señala que la suba registrada en el último mes del año está caracterizada por un “preocupante aumento de la participación de hembras”.

Un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, señala que durante 2016 el consumo conjunto de carnes rojas en nuestro país alcanzó los 110,5 kilogramos por habitante, representando una caída de 2,9% frente al año 2015, donde la carne de cerdo y de pollo lograron la mayor participación histórica respecto del total, tras representar el 49% del consumo, a expensas de un menor consumo de carne bovina.

Un menor consumo interno y una caída del 53% en las exportaciones de carne aviar llevaron a un descenso del 4 % en la producción durante 2016. Las importaciones crecieron 104% frente a 2015 por mayores excedentes de Brasil. La producción de carne porcina alcanzó un nuevo record tras superar las 500.000 toneladas. El consumo per cápita de carne aviar y porcina alcanzó la mayor participación histórica en el total de carnes rojas, pero siguen sin superar a la carne bovina.

Los 11.689.000 bovinos que según el consorcio ABC fueron faenados en 2016 quedaron muy lejos del récord histórico marcado en 2009 –con la restricción de las exportaciones- con unas 16.053.000 cabezas y se ubicaron en niveles similares a los de la crisis económica de 2002, cuando se registraron 11.499.000 faenas.

De acuerdo con la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA) el consumo por habitante de carne vacuna fue de 57,1 kilos en 2016, el nivel más bajo de los últimos cinco años, y cayó 4,1% en la medición interanual.

En tanto, Mario Ravettino, presidente del Consorcio, aseguró que la caída de la actividad en la industria frigorífica resulta evidente al comprobar que la cantidad de animales sacrificados durante 2016 fue un 12% menor que el promedio alcanzado entre 2004 y 2015.

El dirigente también indicó, con preocupación, que la faena del 2016 fue “la cuarta más baja de los últimos cuarenta años”. La producción de carnes bovinas estuvo en los 2,6 millones de toneladas peso res, 3% menor a la verificada en 2015.

Esa reducción levemente menor a la de la faena fue consecuencia de una mayor participación de machos que se reflejó en el peso medio de los animales sacrificados, explicó Ravettino.

Asimismo, esa disminución de la producción afectó al mercado local, mientras el consumo per cápita de carnes bovinas durante el 2016 puede estimarse en 55 kg por habitante y por año (ligeramente menor a la estimada por CICCRA), 7% por debajo de 2015 y el menor desde 2011.

 

Un despegue incipiente

 

Para Ulises Forte, presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, la ganadería tiene mucho futuro. “Yo creo que el 2016 fue el año del despegue porque hubo retención de vientres y se empezó a hacer novillos más pesados, mirando con otra óptica las exportaciones. La llegada de Marcelo Rossi con la nueva Oncca va a ayudar muchísimo porque va a transparentar el negocio y se están promoviendo las exportaciones. Están todas las herramientas dadas como para que arranquemos definitivamente”, señaló.

En el mercado interno, reconoció, hay varios interrogantes. “El 90% de la carne que se produce se consume en el país. El Indec dijo que hay un 32% por debajo de la línea de pobreza y que el 50% de la gente gana menos de 8.000 pesos por mes. Está claro que con un mercado así, el consumo se reciente y no hay posibilidad de recuperación de precios”, manifestó Forte.

“Nos queda la posibilidad de exportar, es cierto, pero tenemos que salir a recuperar y ganar nuevos mercados, pero hemos perdido competitividad, ya sea por el dólar bajo o por los altos costos internos. Hay algunos incentivos interesantes, como el reintegro a las exportaciones y la promesa de algún premio a quienes logren certificar la denominación de origen para nuestras carnes, algo muy valorado en el exterior, y también en la provincia de Buenos Aires, hay un descuento en ingresos brutos. No parece, pero estos pequeños premios adquieren importancia por los grandes montos que se maneja. Ganarse un 4/5%, por ejemplo, es un montón de plata. Yo creo que, dentro de todo, la ganadería tiene una gran oportunidad”, dijo el presidente del IPCVA en diálogo con “Valor Agregado”, el programa de FM Libre 105.5 y emisoras regionales.

Explicó Forte que ya el año pasado empezaron a trajinar en la búsqueda de mercados, con varias giras internacionales y ahora esperan tener una agenda mucho más cargada. “Lo primero que tenemos es un stand montado en la gran feria de la alimentación de Moscú, Rusia, donde estarán nuestros técnicos junto a tres importantes empresas y a fines de febrero y principios de marzo está Dubai y le daremos mucha importancia a China, que es el gran mercado por conquistar. También visitaremos Londres, porque al irse Inglaterra de la Unión Europea seguramente tendrá un status especial y ya no podrá comprar a través de Alemania, tendrá que ser un comprador directo. Todo eso hay que tenerlo en cuenta. Y la situación de Estados Unidos también es muy especial. Tiene un nuevo gobierno y habrá que ver qué actitud toma. Técnicamente no tiene más excusas: tiene que abrir su mercado a la carne argentina”.

En cuanto a la infraestructura de la industria frigorífica, Forte destacó que si bien hoy no sepodría volver de golpe a las 800 mil toneladas que se exportaban en 2006, si se puede seguir creciendo a una tasa del 10% al 15% como hicimos el año pasado. Es cierto que muchos frigoríficos se quedaron en el camino pero hay gente que siguió invirtiendo y le está yendo bien.

Destacó entonces que la Argentina tiene una capacidad de faena de 20 millones de cabezas y ahora se procesan algo menos de 12 millones de cabezas. “Hay capacidad ociosa que se podría recuperar, pero para eso tenemos que aumentar la producción, unificar el estatus sanitario, actualizar el sistema de tipificación y cambiar también la distribución, que todavía se hace por media res. Hay mucho para cambiar y esto nos permitiría reducir costos y ganar competitividad”, afirmó, para precisar que nada será fácil: “Yo no digo que mañana lleguemos con cortes a las carnicerías, pero se se podría empezar con el cuarteo y, con nuevos estatus sanitarios y también con nueva tipificación, se podría ir avanzando. No puede ser que sigamos con una tipificación antigua, que ya no va más porque se hizo hace muchos años, para el animal que se producía entonces. Eso no va más”.

 

Bajar la euforia

 

Terciando en el tema, Javier Rotondo, presidente de la Sociedad Rural de Río Cuarto, consideró que hay que quitarle un poco de euforia al tema. “El mercado de la carne está, hoy en día, sumamente dependiente del consumo interno y además tenemos un sistema exportador totalmente destruido por lo que hizo el Gobierno anterior. Estamos sufriendo mucho las tensiones internas”.

Para Rotondo, quien además es médico veterinario y productor ganadero,c on bolsillos flacos en el consumidor, el mercado interno se reciente, y eso es un poco lo que está pasando hoy. Si bien en el marco general hubo una recuperación del stock y hay una perspectiva distinta, en este último año el consumo de carne ha ido decayendo como consecuencia de la inflación y la situación económica del país. “Sobre el final del 2016 hemos visto una depresión de los precios típica de la época pero debida también al exceso de oferta. Hoy la oferta de hacienda gorda es más dinámica que antes y menos estacional, debido a los planteos intensivos (feedlot)”, puntualizó, para estimar que las expectativas son más calmas que a comienzos de esta gestión, pero con un horizonte cierto.

“Esto va de la mano de la mayor o menor rentabilidad que tenga el productor. Yo creo que si queremos recuperar la credibilidad en la Argentina, al negocio hay que darle rentabilidad. Entiendo que la carne es un bien social porque tenemos una cultura muy atada a su consumo, pero si no le damos previsibilidad al negocio ante el mundo con rentabilidad para el productor argentino, yo creo que estaremos trabajando con una visión de corto plazo”, señaló, para agregar que habrá que ver cómo nos va en este año en materia de mercados internacionales, que tienen una lógica donde la previsibilidad es muy importante, “algo que tratamos de eludir en esos 12 años y así nos fue. No somos creíbles para el mundo, estuvimos años sin cumplir con la cuota Hilton, entonces tenemos que empezar a remarla de cero”.

A su juicio, en el departamento Río Cuarto estamos preparados para eso. “Según los últimos datos del Ministerio de Agroindustria, somos el distrito con mayor cantidad de cabezas, y eso habla de que no se ha perdido la impronta ganadera, porque como bien sabemos, no estamos en la Zona Núcleo agrícola. Ojalá que todo se desarrolle dentro de cierta lógica económica y de un país creíble”, concluyó.

PUNTAL TRANQUERA ABIERTA