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Efecto sequía II: el valor bruto del trigo caería entre 300 y 500 millones de dólares en Córdoba

La cosecha podría caer a su peor volumen desde la campaña 2013/14. Con los bajos rendimientos actuales, el ciclo 2020/21 asoma con una rentabilidad negativa que podría llegar hasta el 19,5%.

 

La fuerte sequía que golpea a Córdoba desde principios del otoño podría derivar en una fuerte caída del aporte económico que realiza el trigo a la economía cordobesa, justo en un momento de crisis por la pandemia y las medidas de aislamiento social.

Según un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, el valor bruto de la producción triguera podría caer entre 34 por ciento y 51 por ciento con respecto a la campaña pasada, lo que significa entre 300 y 500 millones de dólares menos.

El primer efecto que tuvo la sequía fue una fuerte reducción del área sembrada. A principios de abril, se esperaba una superficie de 1,48 millones de hectáreas, apenas 10 por ciento por debajo del ciclo 2019/20. Luego, esa estimación se redujo a 1,42 millones de hectáreas en mayo y a 1,26 millones en junio, cuando la sequía ya estaba avanzada.

Es decir, más de 200 mil hectáreas menos que en la proyección original y 23 por ciento por debajo de la campaña previa.

El segundo efecto es que ya se descuenta que los lotes que lograron emerger tendrán un rendimiento inferior al promedio de los últimos años.

A partir de esta situación, el Departamento de Economía de la entidad bursátil elaboró tres escenarios  de valor bruto (supone toda la mercadería valuada a precios de exportación), ingresos brutos del productor (la cosecha valuada a precios del mercado interno) y rentabilidad esperada para un planteo de trigo-soja, que en todos los casos es negativa.

Escenario 1. Supone un rinde promedio que solo caería hasta 24 quintales por hectárea, lo que significaría una cosecha de tres millones de toneladas, un millón por debajo del año pasado. Esto representa un valor bruto de 614,2 millones de dólares, 34 por ciento menos que los 940 millones del ejercicio anterior. Y en el caso del ingreso bruto de los productores, un total de 562,9 millones.

Con este nivel de rindes, y suponiendo que la soja se sitúe en valores promedio, la combinación de ambos cultivos dejaría a los precios de hoy una tasa de rentabilidad negativa del 4,5 por ciento y un resultado económico también negativo de 25,9 dólares por hectárea.

Escenario 2. Prevé un rendimiento promedio que se achicaría a 21 quintales, por lo que la cosecha se situaría en 2,65 millones de toneladas, el menor valor en cinco años. Así, el valor bruto caería a 537 millones de dólares, y el ingreso de los productores a 492, millones. Así, la rentabilidad sería 12 por ciento negativa, con una pérdida de 68,9 dólares por hectárea.

Escenario 3. La opción más pesimista, pero posible teniendo en cuenta que se estiman caídas de rindes de hasta 50 por ciento, es un rendimiento medio de 18 quintales que llevaría la cosecha a solo 2,27 millones de toneladas. Así, el valor bruto descendería en casi 500 millones de dólares hasta 460,6 millones, con ingresos para los productores de 422,2 millones. A la ecuación productiva mejor ni mirarla: la rentabilidad negativa se ubicaría en 19,5 por ciento, y la pérdida se elevaría a 111,9 dólares por hectárea.

 

Fuente: Agrovoz.